13 febrero 2013

Cap 7 Mi dios griego


CAPÍTULO 7

LAS COSAS EN CLARO



BELLA


Llegué a mi habitación y me derrumbé de bruces en mi cama, había tenido tanto miedo.

El año pasado fui a una fiesta con Jake, en la zona peligrosa de la ciudad. Al salir en la madrugada vi a Félix peleándose con otro muchacho, allí me enteré que los hermanos Volturi tenían como pasatiempo las luchas callejeras.

Jake fue a parar la pelea porque yo no dejaba de llorar, Félix casi había matado a su oponente mientras Demetri lo alentaba a rematarlo, llamé a la policía y nos marchamos de allí a la carrera.

Según los chicos eso es normal y hasta hacen apuestas. Pero sólo pensar que le podían hacer algo a Edward me ponía de los nervios.

Los Volturi respetan a Jake, no porque lo admiren sino porque Billy Black era el dueño de la empresa donde trabajaba el padre de Félix y Demetri.

Si en la tarde me sentía confundida, ahora mi cabeza era un hervidero. Edward me gustaba mucho, decididamente más que Jake.

No quería que fuese sólo mi amigo, quería estar con él, saber más de su vida, lo que pensaba.

Por otro lado las sensaciones que recorrieron mi cuerpo en la playa nunca antes la había sentido, ni cuando Jake me acariciaba.

Mi actual novio era muy apasionado pero siempre supe ponerle freno a tiempo, al principio pensé que era la juventud, luego porque no estaba lista. Me costó varios meses decidir entregarme a Jake y finalmente no se dio la oportunidad.

Pero con Edward era distinto, no hice el menor gesto para detenerlo, es más, si no fuera porque él mismo se detuvo tal vez ya sería suya. Mi mente se nublaba cuando Edward me besaba, sólo verlo hacía que mi respiración se acelerara.

No sabía si esto era amor. Pero lo descubriría. Mañana sería más fuerte y alejaría a Jake.

Necesitaba pasar un tiempo conmigo misma, meditar, ver si la amistad con Edward se convertía en otra cosa.

Me desperté pensando en Edward, me apuré y llegué al colegio rápido. Rose estaba a un lado de su coche con la cabeza gacha, parecía triste.

—Hola amiga ¿Te sucede algo?— pregunté.

—Alice dijo que vendría temprano, allí está. Les contaré a ambas.

Fuimos al gimnasio que era un lugar amplio donde no habría ninguna curiosa escondida.

—Que pasa amiguita— decía Alice acariciando el brazo de nuestra rubia favorita.

—Anoche salí con Emmett a tomar un helado. Estaba muy contenta, él y yo tenemos muchas cosas en común pero cuando él fue al baño apareció Félix, me reclamó, me dijo que me alejara de Emmett o le diría que yo… que entre nosotros…— rompió a llorar.

—Rose, si le dices antes a Emmett que fuiste novia de Félix, tal vez comprenda— la animó Alice.

—No entiendes Alice, no es fácil, yo no soy una chica virgen, Emmett creerá que soy una cualquiera, que es mi costumbre acostarme con los tipos que salgo y dejaré de importarle— unas gruesas gotas resbalaron por las mejillas de Rose y agradecí al cielo no haberme acostado con Jake hace dos semanas.

—Rose, yo creo que debes ser sincera, sería peor si Emmett se entera por Félix, quien sabe de qué modo se lo diría. Además Félix le tiene ojeriza a Emmett por lo del equipo de baloncesto. Anoche quería golpear a Edward para provocar a Emmett, si no le dices la verdad te va a utilizar— le aconsejé.

— ¿Anoche saliste con Edward?— preguntó Alice.

—Sip, fue algo imprevisto— me excusé

— ¿Terminaste con Jake?

—No, quiero hacerlo hoy— dije temerosa.

Fuimos a clases, las primeras horas tenía algebra Edward se sentó lejos de mí pero sentía su mirada.

Apenas cruzamos un saludo, sus ojos eran vivaces.

La próxima hora en deportes aprovecharía para hablar con Jake ya que las clases siempre inician con calentamientos. Me apuré a llegar a los vestidores, me cambié rápido, no vi ni a Rose ni a Alice, seguro iban retrasadas.

Llegué a la puerta del vestidor del equipo de baloncesto que estaba a un lado del vestidor común. Quil salió algo confundido, al mirarme se asustó.

—Hola Quil quiero hablar con Jake ¿ya llegó?— dije tratando de asomarme al vestidor. Él puso su brazo y me impidió el pase.

—No, creo que no ha venido hoy, no lo he visto— dijo nervioso pero pude oír una carcajada femenina.

Me agaché con rapidez y pasé por debajo del brazo de Quil, corrí unos pasos cuando sentí sus brazos en mi cintura.

—Bella no debes ver esto— dijo Quil a mi espalda, pero ya era tarde.

Tanya tenía contra la pared a Jake que se veía bastante desesperado.

—Deja de buscarme porque me vas a encontrar, no soy de piedra— le decía éste.

—Algunas partes tuyas con duras como rocas— dijo ella insinuante.

Quil se aclaró la garganta y Jake me miró, al instante alejó a Tanya suavemente.

—Bella, lo siento, es ella la que me busca ¿qué quieres que haga?— dijo asustado.

Ella se recompuso y pasó a mi lado con una mirada de desprecio.

—Soy persistente, siempre obtengo lo que quiero—me dijo saliendo del vestidor.

—Le permitiste lo del sábado y le permites lo de ahora sin más, dejas que se pavonee delante de mí. ¿Qué no vas a aclararle las cosas?— le dije seriamente.

— ¿Qué quieres que haga Bella?— dijo él.

—Nada. Porque tú nunca haces nada. Siempre he soportado que ella se restriegue contra ti cada vez que ganan un partido con el pretexto de que te esta felicitando, dices que no la haces a un lado por caballerosidad yo creo que es porque te gusta que haga eso, que te persiga, que te acose. ¿Acaso le armaste un lío ayer? Te bastó humillarte ante mí pero a ella no le dijiste nada. No aclaraste las cosas. Nunca le dices en su cara que deje de molestarte. Ya basta Jake, yo no quiero volver a ver más de eso— salí del vestidor del equipo, unos pasos más allá sentí su agarre en mi brazo.

—Vamos Bella, tú sabes que te quiero. ¡Estás celosa!— sonrió.

—No Jake, no estoy celosa. Es sólo que me cansé de esto, no es la primera vez. Me vas a decir ahora que ella tiene la culpa, que te busca. O como le dirías a tus amigos que eres "irresistible". Pues yo no quiero seguir contigo, quería decírtelo de la mejor manera, esto no va más. Lo siento— le dije serenamente y mirándolo a los ojos, su expresión cambió.

— ¿Qué? Tú no puedes dejarme, así nada más, somos la pareja perfecta. Eres mi novia, pronto serás mi mujer—dijo atrayéndome.

—En tus sueños Jake — le dije soltándome.

—Si, creo que tenemos más actividad en mis sueños porque eres una niña, te lo he pedido cientos de veces y nunca accedes ¿Qué quieres que haga? Soy hombre— me dijo con una mano en la cintura y otra alborotándose los cabellos.

—Entonces puedes serlo pero no conmigo. Esto se acabó— le dije molesta.

No me siguió, vi algunos curiosos al pasar, sólo unos pocos, los que habían llegado temprano a cambiarse.

Al salir vestidor de chicos me crucé con un par de ojos verdes pero evité mirarlos con más detenimiento.

El día transcurrió y oí los chismorreos y susurros a mis espaldas, para la hora del almuerzo toda la escuela lo sabía.

—Hay todo tipo de versiones— decía Rose sin mucho apetito.

—Unos dicen que abofeteaste a Jake porque lo encontraste tirándose a Tanya en el vestidor. Otros andan contando que Jake estaba jugando con las dos y le dieron su merecido. Sus amigos dicen que eres una celosa, que Jake es un ejemplo de novio pero que tus celos no dejan que se le acerque ninguna chica— dijo Alice mirando hacia la mesa de los del equipo de baloncesto.

— ¿Y qué dice Tanya?— pregunté.

—Que Jake terminó contigo porque está enamorado de ella— las tres soltamos una carcajada.

Tantas versiones de una misma historia y no me importaba ya.

En la última clase de Historia, me senté con Rose, Félix estaba en esa clase, Jasper, Edward y Emmett también.

Emmett entró y saludó a Rose, se veía atento y sincero. Rose apenas le sonrió.
Los Volturi entraron pavoneándose y se sentaron como siempre en la última banca desde allí no dejaban de lanzar comentarios groseros. Emmett y Jasper estaban tan entretenidos conversando que ni se dieron cuenta, Edward sin embargo estaba atento a todo.


Los días siguieron pasando sin novedad hasta el viernes. Cada día me encontraba y cruzaba saludos con Edward, su mirada no decaía. Jake por otro lado se hacía el ofendido conmigo, no me hablaba, había oído que esperaba que yo me disculpara. Cosa que no iba a pasar por supuesto.

Rose estaba de mejor humor, había vuelto a salir con Emmett. Le comentó que antes salía con Félix pero no entro en detalles.

Y Alice… bueno, ella y Jasper eran herméticos en cuanto a su relación pero a veces los veía tan acaramelados que no tenía ninguna duda de que estaban en su mejor momento.

Era el día de las convocatorias deportivas, la selección del equipo de baloncesto y también de las animadoras, nunca entendía porque nuestra suerte dependía del equipo, si había otros deportes en la escuela.

Al entrar al gimnasio con mi uniforme, vi formados como nunca a cerca de 50 chicos, era seguro que querían jugar al lado de un profesional.

La profesora Banner una antigua animadora, se encargada de gimnasia. Ella era amiga de Renée lo cual en lugar de favorecerme me causaba problemas con las demás chicas. Todas creían que me prefería por ser hija de su amiga.

Mi madre también había sido animadora en sus épocas de estudiante.

—A ver niñas, formadas, como es costumbre presidiré las audiciones junto a la capitana para elegir el grupo que representará al colegio en los eventos deportivos. Se tomará en cuenta, la destreza, habilidad y elasticidad. Tengo el equipo de sonido listo, acompáñenme al salón de gimnasia, creo que en esta cancha se realizará la selección del equipo de baloncesto— dijo señalándonos el camino, la verdad es que era mejor tener un poco de privacidad, sin chicos merodeando por allí.

Caminamos en fila, al pasar al lado de los chicos hubo muchos silbidos, pero lo que me sorprendió fue ver a Edward formado al lado de Jasper. Lo miré con suspicacia, entendió mi mirada e hizo un gesto que bien pude interpretar como despreocupación.

—Este año estrenaremos nuevos uniformes— escuché a la profesora al lado de un maniquí.

Me quedé pasmada, eso no era un uniforme, parecían disfraces de cabareteras. Mire a Rose que se veía sonrojada y a Alice con la boca abierta.

—Son geniales— escuché la voz melosa de Tanya, que al lado de Lauren, Jessica, Kate e Irina saltaban de alegría.

— ¡Estupendo! Sabía que les gustaría. Y las seleccionadas hoy podrán llevarse uno a casa para hacerle los arreglos necesarios. A ver, son 28 chicas, y necesitamos sólo 12. ¿Quieren presentarse voluntariamente o llamaré por orden alfabético?— dijo emocionada.

Todas las nuevas se miraron asustadas.

—Bella, creo que debes hacernos una demostración, sé que tienes una nueva rutina, muero por verla— me dijo entusiasmada.

Tanya hizo un gesto de asco, pero no me intimidé, cualquier cosa que hiciera ella, yo la podría superar, siempre y cuando fuera académica, o provechosa.

Hice la rutina que aprendí en la escuela para animadoras a donde me llevaba mi madre cada año durante la primera semana de vacaciones, en Jacksonville, esta vez no había sido tan aburrida como en otros años.

Puse mi canción favorita "Yo amo el Rock" de Joan Jett, me moví con ritmo, varios giros al frente, a los lados, hice tres volteretas seguidas y terminé abriéndome de piernas.

La profesora aplaudía feliz, mis amigas llegaron a felicitarme.

Luego, una a una fueron mostrando sus rutinas mientras la profesora y yo estábamos sentadas en una mesa observándolas.

Rose fue la segunda con "Get Up" de Ciara, sus movimientos eran sensuales pero sin llegar a lo vulgar.

Alice le siguió con una rutina muy rápida y fresca, puso Hollaback girl y me encantó, sobre todo porque ella hacía muchas volteretas.

Después, varias novatas empezaron a salir, algunas eran muy elásticas, parecía que este año sería muy bueno para nosotras. Tanya esperó para ser la última. Puso la canción "I'm too sexy" y empezó a moverse voluptuosamente, parecía que pronto se quitaría la ropa, mis amigas y yo nos miramos sorprendidas y pasmadas.

En eso vi que Emmett entraba a nuestro salón. Cuando vio el movimiento de Tanya sonrió y se colocó cerca de ella y empezó a moverse de igual forma pero su rostro era graciosísimo.

Todas reímos, la profesora también soltó una carcajada y apagó la música.

—Señoritas, este joven es Emmett Cullen el nuevo capitán del equipo de baloncesto. Trabajaremos juntos este año, el equipo de animadoras y el de baloncesto. Tendremos ensayos los mismos días y viajaremos a todos los partidos con ellos. Y tendrán que enseñarle la rutina para que el capitán pueda bailar con ustedes, es tradición— dijo la profesora, entonces empezó el murmullo, yo no sabía con certeza que Emmett sería el nuevo capitán.

— ¿Yo bailaré?— preguntó él muy preocupado.

—Si, el capitán baila con sus animadoras, así ha sido siempre— dijo la maestra mirándome con algo de tristeza.

Seguro era por Jake. Solía practicar mis rutinas con él, incluso tenía la costumbre de levantarme del piso y ponerme en sus hombros durante los partidos. Ahora tendría que hacerlo Emmett.

Tal vez a Rose le gustaría hacer eso. Sí, creo que sería genial que ellos hicieran ese número.

—Profesora el entrenador solicita al equipo de animadoras cuando estén listas, para presentarles a los nuevos jugadores— dijo Emmett más serio.

—En unos minutos iremos, nos falta terminar de escoger— Emmett hizo una reverencia y salió, me di cuenta que le guiñó un ojo a Rose.

—Si el equipo de Baloncesto tiene nuevo capitán ¿Por qué aquí eso no se somete a votación?— escuche a Tanya.

—La elección de Emmett Cullen no se dio por votación señorita Denali, fue el entrenador quien lo nombró, al igual que yo nombré la señorita Swan el año pasado. Bella por favor comparemos puntajes de cada aspirante para ver quienes se quedan— dijo mirándome nuestra entrenadora de gimnasia y nuestra jefa de equipo.

Revisamos nuestras cartillas y casi eran los mismos puntajes, escogimos a Rose, Alice, Jessica, Lauren e incluso a Tanya ya que era buena en muchas cosas y muy ágil. Pero Irina se quedó fuera porque habían otras chicas muy buenas también, entraron 3 nuevas. Eso a Tanya le cayó bomba. Quince minutos después salíamos rumbo a la campo de baloncesto, cuando llegamos los chicos aplaudieron.

Para mi sorpresa en la formación y con los uniformes puestos estaban Jasper y Edward.

Jake estaba al final de la fila con los brazos cruzados y la miraba baja. Félix y Demetri estaban también con uniformes pero en la banca, habían quedado como suplentes.

—Ahora que tenemos a dos Cullens tendré que volver a hacer la camiseta de capitán— decía el entrenador. –Para diferenciarlos les llamaremos por sus nombres. Me sorprendiste Edward, creí que no jugabas baloncesto— le dijo el profesor.

—Mi hermanito ha cambiado mucho desde que llegamos profesor— dijo Emmett riendo.

—Oh allí están las damas que adornan el equipo y nos dan fuerza— dijo el entrenador mirándonos. Nos saludamos.

—Bien los presentaremos— dijo el entrenador –El nuevo capitán del equipo es el señor Emmett Cullen, los cuatro titulares son Edward Cullen, hermano del capitán, Jasper Hale, Quil Ateara y Jacob Black nuestra antiguo capitán. Y en la banca tendremos muy buenas reservas, Félix y Demetri Volturi, Embry Call, Mike Newton, Tyler Crowley y la revelación Seth Clearwater una futura promesa— concluyó el entrenador, nosotras los aplaudimos con ganas, Edward el dios griego estaría en el equipo, nunca había visto el uniforme en un mejor cuerpo.

—Nosotras los acompañaremos en cada uno de sus juegos—chillo nuestra maestra como si fuera una quinceañera. —Aquí están las animadoras: la capitana la señorita Isabella Swan, Rosalie Hale, Alice Brandon, Jessica Stanley, Lauren Mallory, María Sandino, Claire Young, Leah Clearwater, Ángela Weber, Heidi Seear, Kate y Tanya Denali— concluyó, los chicos silbaron y nosotras sonreímos.

—Bueno, ahora que se conocen espero que establezcan amistad ya que pasaremos mucho tiempo juntos durante todo el año. Que comiencen los entrenamientos— dijo el profesor.

Entonces salimos al patio, era más agradable calentar y empezar las rutinas en el césped. El día era soleado y agradable.

Cuando terminamos corrimos a bañarnos y cambiarnos para ir a casa, así sería cada viernes hasta que se formalicen los entrenamientos todos los sábados por la mañana.

Cuando salía de los vestidores me sorprendí de encontrar a Edward afuera esperándome.

—Felicidades capitana— me dijo sonriendo.

—Felicidades, por entrar al equipo, creí que no te gustaba mucho el baloncesto— le reclamé.

—No me gusta mucho pero los entrenamientos serán buenos, las salidas para los partidos, las convocatorias. No me perderé ninguna de sus rutinas— me dijo guiándome un ojo. Me sonrojé un poco.

— ¿Por eso entraste en el equipo?— pregunté.

—No. Le prometí a alguien estar cerca, solo cumplo mi palabra— dijo con convicción. Sonreí.

— ¿Bella puedo hablarte?— escuche la voz de Jake y la sonrisa de Edward se esfumó.

—Bueno, adiós Bella y felicidades— dijo saliendo elegantemente.

Me quedé mirando su caminar, era como si flotara, como si no tocara el piso, sus pasos tan acompasados, sus movimientos tan felinos.

— ¿Bella me oyes?— dijo Jake preocupado.

—Ah sí, disculpa, estaba concentrada en… mis rutinas— dije tratando de sonreír.

—Bella te necesito— dijo él.

—Ay... Jake, no hagas esto, por favor— pedí.

—La traeré aquí para encararla, la amenazaré para que no se me acerque, pero vuelve conmigo, estoy destrozado Bella. He sido relegado, ahora Cullen es el nuevo capitán— dijo queriendo abrazarme pero retrocedí.

—Lo siento Jake pero no...—dije.

— ¿Ahora tendrás que hacer las rutinas con el nuevo capitán verdad? No quiero que te pongas las manos encima, eres mi chica—dijo aunque por su tono parecía deprimido.

—No haré las rutinas con Emmett, pero si me lo mandaran tendría que hacerlo, y Jake, no soy tu chica, ya no— le dije caminando lo más rápido que pude.

Pasé todo el fin de semana buscando nuevos movimientos y estructurando una nueva rutina para el equipo con mi madre.

El lunes por la mañana llegué temprano pero me entretuve con la profesora de gimnasia porque mi mamá le envió un recado, llegué cuando estaban a punto de cerrar la puerta del aula de biología, fui directo a mi lugar y me sorprendí de encontrar varias flores allí.

Y en un recipiente con agua, había un perfecto loto azul, pequeño, con una sola flor. Me quedé congelada. Mire de inmediato a mi compañero de carpeta que me sonreía.

—No era una leyenda, si existen realmente— me dijo muy contento, quise abrazarlo y besarlo, los ojos se me llenaron de lágrimas, era lo más lindo que habían hecho por mí.

—Gracias— dije antes de sentarme a su lado.

—Pueden encender sus microscopios y retirar una muestra de cada pétalo u hoja que hayan traído. Señor Cullen ya que usted fue de los pocos que recordó traer lo que pedí por favor comparta con sus compañeros— Edward sacó algunos pétalos que tenía aparte y los repartió.

—No deshojare las flores que traje para ti— me dijo sonriendo

— ¿Estas flores son para mí?— pregunté sonriente.

—Claro que sí, hay una rosa, una margarita, una yerbera, un tulipán y un loto azul— dijo.

Me limpié una lágrima que no pude contener y miré hacia otro lado para que no se diera cuenta.

Definitivamente Edward no era de este mundo.

Con mucha habilidad cortó pétalos y los colocó en varios portaobjetos, puso uno en el microscopio.

—Las damas primero— me dijo cediéndome el lugar para mirar. Le di una sonrisa y miré, enfoqué bien el lente y le di el aumento necesario.

—Wow mira que bonitas células tiene el tulipán— dije mirándolo de pronto, lo sorprendí mirando mis labios, sentí ganas de besarlo entonces, me aproximé sólo un poco, la electricidad que emanaba de ambos podía sentirse.

—Señor Cullen tenga cuidado con eso…— oí gritar al profesor y escuché un fuerte sonido.

Me asusté y me volví a ver qué pasaba.

— ¡Lo tengo, lo tengo, no se rompió!— decía Jasper en el suelo sosteniendo el microscopio en sus manos. Los portaobjetos y demás tinturas estaban rotas en el piso. Emmett estaba con las manos en la cabeza, totalmente pálido. Muchos rompieron a reír segundos después.

Continuamos mirando muestras, el profesor nos dejó un trabajo de investigación en parejas sobre células ADN vegetal.

Al terminar la clase Edward guardó todas las flores en una caja que había traído para que no fueran tan comprometedoras. Sólo el pequeño loto estaba en su envase. Lo tomé con delicadeza.

—Nos tocas francés— me dijo sonriendo, mientras yo me acomodaba la mochila para poder tomar las flores con la otra mano.

—Te ayudo con eso— dijo a punto de tomar la caja.

—Yo llevaré las pertenencias de mi novia. Gracias— dijo Jake, adelantándose a Edward en tomar la caja de flores. La expresión de Edward cambió, se veía dolido.

—Te veo luego Bella— dijo saliendo del aula.

—Jake, no soy tu novia— me giré molesta.

— ¿Qué rayos es todo esto?— dijo él abriendo la caja. — ¿Y ese tipo? Siempre lo veo cerca de ti— dijo molesto.

—Son muestras para la clase de biología—le dije, quitándole la tapa de la caja.

— ¿Qué es eso que cargas allí?— me dijo mirando mi loto.

—Es una flor, para mi trabajo de células— le dije tomando la caja en una mano y el loto en otra.

—Bella esto no puede seguir así, son varios días, creí que estarías tan deprimida como yo— se quejó.

—Pues ya ves que no. Jake lo nuestro no era más que costumbre, siempre hemos estado juntos desde niños. Intenta salir, divertirte. Verás que poco a poco te darás cuenta de que lo nuestro es amistad.

—Bella por favor, dame otra oportunidad, sólo una más. Te prometo que todo será diferente, no dejaré que Tanya se me acerque ni ninguna otra chica. Este sábado es tu cumpleaños, lo hemos pasado juntos siempre, déjame estar contigo—pidió.

—Jake tengo planes— mentí.

— ¿Planes? Tus planes siempre han sido conmigo, con todos nuestros amigos. ¿Cómo has podido cambiar así?

—No he cambiado Jake, simplemente me he dado cuenta de muchas cosas. Lo siento— le dije y me fui lo más rápido que pude a mi otra clase.

Edward me esperaba en el siguiente pasillo para ayudarme con las flores.

—Miren la reina del colegio consiguió sirviente— dijo Tanya al pasar a mi lado, Jessica, Kate e Irina soltaron risitas tontas.

—Esta mochila está muy pesada Edward ¿podrías llevármela?— preguntó Jessica acercándose a él, para restregarse como hacía Tanya con Jake. Edward retrocedió un paso.

—Lo siento, no te me acerques— le dijo muy serio.

— ¿Acaso te crees mucho Cullen?— amenazó Irina.

—No señoritas, es sólo que le tengo alergia a la hipocresía— dijo él y se fue a al aula rápidamente. Alice y Rose que pasaban cerca rompieron a reír, pero ellas aún seguían pensando en el significado de las palabras de Edward.

Nuestra clase fue tranquila, esta vez no hicimos diálogos. Estuvimos traduciendo "Le Marsellese".

Al salir Edward me acompaño al estacionamiento, yo estaba muy contenta, él también reía conmigo, era tan fácil hablar con él de todo.

—Miren que tenemos acá, parece que el hermanito del nuevo capitán está coqueteando con Bella. ¿Qué diría Jake si viera esto Félix?— preguntó Demetri.

—Yo creo que lo oí una vez… oh si, le rompería la cara a cualquiera que intente ligarse a su chica— le respondió su hermano.

—No, no. Yo creo que diría "amigos háganme el favor de romperle la cara al que intenta ligarse a mi chica" Eso diría, a Jake le faltan huevos para andar haciendo líos— dijo Demetri mirándome con una asquerosa sonrisa en la cara.

—Bella, sube a tu auto— me urgió Edward.

—No. Félix, Demetri, déjennos tranquilos, yo no soy novia de Jake y Edward sólo me está ayudando— gemí, tenía tanto miedo que lo lastimen.

—Claro, este se cree un caballero, el otro día lo vimos con una chica en la playa, también intentaba ser galán, dándole respiración artificial— Félix soltó una carcajada.

—Te vamos a dar la bienvenida amiguito, no te va a doler… mucho— dijo Demetri acercándose a Edward, quise gritar.

—Hola chicos, que gusto verlos ¿qué hacen por acá?— dijo Emmett, llegando junto a Jasper, él parecía ignorar que los Volturi lo odiaban o tan vez se hacía el loco.

—Capitán, que gusto— dijo Demetri, girándose a saludarlo.

—La próxima vez no te salvará ni siquiera tu hermano— amenazó Félix mirando a Edward con odio. Se giró y sonrió hipócritamente.

—Capitán, cuídese de las rubias— dijo en tono de burla y se alejaron riendo.

— ¿Qué querían esos idiotas?— preguntó Jasper.

—Querían golpear a Edward— dije temblando pero para mi sorpresa Emmett ahogó una carcajada.

—Entonces la próxima vez no los salvo— dijo, Edward lo miró y le hizo un gesto que no entendí.

—Nos vemos mañana Bella, maneja con cuidado— me dijo Edward ayudándome a subir.

Vi como los tres amigos se marchaban conversando entre sí.

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