03 febrero 2013

Cap 6 Jardinero


CAPÍTULO 6

EN MARCHA MI PLAN: ENAMORANDO A MI JARDINERO

Me vestí informalmente para recibir a Emmett Cullen, necesitaba aclarar cosas con él y tal vez podríamos colaborar mutualmente.
Llegó puntual y muy bien vestido, ese chico sí que se las gastaba.
—Hola Bella, ¿Y ese milagro? Me dijo la enana que querías verme, pues aquí me tienes. No me toques que me arrugo— sonrió ¿Quién podría permanecer un minuto al lado de él sin reír? Era realmente empático con todo el mundo y con demasiado sentido del humor para mi gusto.
—Hola, gracias por venir tan rápido, siéntate— saludé, ahora debía soltar mis ideas una tras otra para que parecieran convincentes.
—Tú dirás— se sentó con total desparpajo.
—Iré directo al grano, mi padre me ha pedido que te frecuente, parece que le gustas, o al menos los bienes de tu padre— no podía ser más directa que eso.
—Que puntería, eso es exactamente lo que yo creí cuando Carlisle me dijo "es una chica de buena familia". Pensé en tu cuenta bancaria, no te ofendas, si engordaras un poquito tal vez voltearía a verte— sonreí, al menos nos comprendíamos en ese punto.
—Exacto. Así que pensé ¿Por qué contrariar a los viejos?, si ellos quieren vernos juntos, pues no les vamos a desobedecer— le sonreí.
— ¿En serio? ¿Y eso significa que me estás proponiendo algo? Porque tengo novia y una muy celosa— parecía preocupado.
—Pues creo que por nuestro bien y la presión arterial de mi padre deberíamos frecuentarnos, al menos aparentemente— hice hincapié en esta última palabra.
— ¿Aparentemente? No te entiendo, ¿Quieres decir que parecerá que salimos pero en realidad no salimos? ¿Cuándo te volviste tan fría y calculadora?— sonrió.
—Desde que me dieron mi primera tarjeta dorada Emmett. No quiero contradecir a mi padre y creo que no te vendría mal obedecer un poco al tuyo, si ellos quieren que andemos juntos podemos hacerles caso, al menos por un tiempo, les diremos que vamos a salir, nos ponemos de acuerdo y cada uno se va por su lado, pero si ellos preguntan les diremos que estamos juntos. No es necesario que finjamos un romance, sólo nos han pedido que nos conozcamos.
—Sin romance, no acepto— giró su rostro fingiendo estar molesto pero su sonrisa lo delató.
—En serio Emmett, creo que es una buena opción ¿Qué dices aceptas?
—Sólo si me prometes decirme a dónde te vas a ir. No es que me importe mucho pero quiero estar seguro que no vas a hacer algo ilegal que me pueda traer problemas—
—No te preocupes por eso, soy la criatura más tranquila del mundo, ni siquiera tengo novio, y no he pensado donde iré cuando finja salir contigo—
— ¿En serio terminaste con Jacob?
—Sí, era algo complicado para mí—
—He oído algo— dijo mirándome sospechosamente.
—Pues no creo que sea cierto. Emmett no soy mala persona, si terminé con Jacob es porque me di cuenta que nos llevamos mejor como amigos— esperaba que me creyera a mí y no a la sarta de tonterías que había regado Jake.
—Bien. Solo debes saber que tu reputación no es la mejor por allí—
—Sí, eso me han dicho, pero ya sabes cómo es un chico despechado.
—Mike también dice que tuvo un romance contigo— hice una cara de asco tan genuina que Emmett empezó a reír. –Ok estoy convencido que con Mike no pasó nada.
—Jamás— grité.
Escuché que alguien llegó a la puerta y me levanté a abrir, quizás Ángela se quedó fuera. Pero había otra entrada por la puerta de servicio ¿Qué extraño?
Era Edward, con dos macetas de helechos, de un verde muy bonito.
—Hola, tengo lo que me pediste— sonrió. Uy tenía visita, pero no tan importante como para pedirle que regrese en otro momento.
—Gracias— sonreí. — ¿Podrías dejarla en mi habitación? Es arriba, la del fondo, la que tiene la terraza— lo dejé pasar.
—Si por supuesto— dijo entrando en la casa, se fijó en Emmett y pasó de largo pero mi amigo no le quitaba la mirada de encima.
— ¿Y ese quién es?— preguntó el grandulón.
—Es el jardinero, le pedí plantas para mi habitación— dije
— ¿Para tu habitación?— sonrió.
— ¿Qué estas pensando pervertido?— grite.
—"Piensa mal y acertarás"— dijo riendo nuevamente.
—Eres un fresco, soy una señorita, tontorrón— le di un pequeño manotazo y él sonrió más. Entonces sin previo aviso me tomó en brazos y me dio una vuelta por el aire. Creo que grité un poco y me sonroje.
—Siempre quise hacerte esto, eres tan delgaducha que parece que el viento te va a llevar. Además tenemos una cita el viernes en la noche— tenía mirada cómplice.
—Bien, el viernes en la noche. ¿Y a dónde iremos?— le seguí la corriente.
—Creo que tu mereces el mejor lugar de todos ¿Qué te parece el Hilton?, nunca he comido allí.
— ¿Idiota me vas a llevar a comer a un hotel?— me quejé y él soltó una fuerte carcajada depositándome en el piso.
—En realidad pensaba llevarte a cenar a un yate.
—Suena bien. Pero nunca he comido en uno, así que no quiero tener que darle detalles a mi papá después. ¿Qué te parece… un restaurante de comida oriental? Conozco el mejor lugar. Se llama Magma, es en la calle Bali—
—Hecho. ¿Entre qué horas saldremos?— preguntó.
—Creo que entre las 7 y las 11. Si, debo volver antes de la media noche.
—Perfecto. ¿Pero como haremos, tengo que venir por ti?
—No, yo iré por mi cuenta, tengo ganas de un facial, voy a sacar cita ahora mismo. Si alguno de los viejos llama no olvides llamarme primero para corroborar coartadas—
—Ok, me viene de perlas esto, sabes. Gracias Bella— me dio un beso en la frente e iba a salir cuando nos dimos cuenta que Edward estaba pasando a nuestro lado hacia la puerta.
— ¿Oye nos conocemos?— le dijo Emmett. Edward se detuvo, visiblemente serio.
—No lo creo— no me miraba, sólo a Emmett.
—Te he visto antes, estoy seguro. Soy Emmett— Edward lo miró con más detalle y aceptó la mano de mi amigo. Se saludaron.
—Estoy seguro que no nos hemos visto antes, no soy de Forks—
—Qué extraño, bueno un gusto. Nos vemos Bellita, no te olvides, el viernes— y salió dejándonos solos.
Cuando la puerta se hubo cerrado el silencio se apoderó de nosotros. No sabía que decir, tal vez él pensaba que estaba saliendo con Emmett, no era que me importara mucho pero tampoco quería que creyera que si tengo novio.
—Gracias por las plantas, ¿vas a traer flores?— pregunté.
—Si tienes novio— me miró algo triste.
— ¿Emmett? No, es sólo un amigo— le sonreí.
—Te traeré las orquídeas en unos minutos— salió apurado.
¿Estaba celoso? Vaya entonces no era de piedra, bueno ya me lo había demostrado ayer, pero esto era nuevo.
Un rato después me trajo una maceta con las más hermosas orquídeas que haya visto, eran hermosas pero me las entregó en la mano y se fue sin decir casi nada.
Si, parecía celoso. Creo que era hora de la fase dos de mi plan: enamorando al jardinero.

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