13 febrero 2013

Cap 5 Mi dios griego


CAPÍTULO 5

¿A QUIÉN QUIERO YO?


BELLA


Lo único que podía pensar en francés era Le amour, con el dios que tenía a mi lado.

¿Qué habría hecho yo, simple mortal, para merecer esto?

Esta mañana sólo quería de inventarle excusas a Jacob para que no me molestara más.

Pero cuando mi ex novio (porque eso es lo que es, sólo que él no lo sabe) llegó a pedir y casi suplicarme (¡tuvo el desenfado de arrodillarse en medio del estacionamiento!) fue que vi a mi dios griego en toda su gloria.

Estaba de pie junto a un auto plateado hermoso, miles de años atrás hubiera aparecido en un carro griego de oro macizo y tirado por caballos voladores, pero era el mismo dios.

¡Que tonta! No pude ni siquiera sostener su mirada. Me asusté tanto que salí corriendo, afortunadamente mis amigas me alcanzaron y me dieron valor, me hicieron respirar y calmarme.

Y con el valor suficiente entré a clases. Cuál sería mi sorpresa cuando lo vi entrar a mi aula y el profesor lo mandó a sentarse conmigo.

Otra vez casi caigo en shock.

No me había olvidado, se acordaba de mí, dijo que era un gusto conocerme otra vez.

Y cada cierto tiempo sentía su mirada, el cuerpo me temblaba y soltaba lo que tuviese en la mano, lapiceros, cuadernos… menos mal que no teníamos el microscopio ese día o me habría salido muy cara mi debilidad.

Pero en el cambio de clases Jake casi lo echa todo a perder, debía hablar con él cuanto antes, lo cité en mi casa para hoy en la tarde, todavía sigo pensando que le diré: "Lo siento Jake pero tuve un éxtasis y un ángel se materializó, ahora no lo puedo dejar sólo" o tal vez "Jake cuando los dioses bajan hay que seguirlos".

No creo que lo convencería con eso pero tal vez un "Jake lo que pasó me hizo meditar lo nuestro y me di cuenta de que realmente no te amo".

Sí, eso sonaba mejor y menos obsesivo.

Lo mejor del mundo fue que mi dios griego, alias Edward Cullen, estaba esperándome. Se veía tan varonil cuando tomaba la iniciativa, estuve a punto de echarlo a perder, a punto pero pude detenerlo y no me arrepentí, en verdad no sé cómo lo hacía, podía hacerme temblar con su voz y juro que casi me desmayo cuando me besó.

Ahora estaba a mi lado y parecía más tranquilo que en la clase anterior. Lo miraba de reojo
¡Qué perfil! sus manos eran pálidas y musculosas, sus brazos fuertes, sus hombros anchos, su pecho poderoso… su…

—Señorita Swan, estamos en prácticas ¿podría hacer pareja con su compañero de al lado y elaborar un diálogo simple?— me dijo el profesor algo fastidiado, me asusté, casi grito.

¿Tanto se me notaba que estaba más interesada en la anatomía de mi dios griego que en el francés?

Bueno, hacer pareja con mi compañero, si claro que sí, lo que sea con el chico de al lado.

Un diálogo simple "tu veus être avec moi?" "je táime, je t'aime, je t'aime"
¿Oh yo pensé eso?

— Bonjour mademoiselle— dijo en perfecto acento. Si ya oírlo hablar era un sueño, escucharlo en francés me derritió. —Bella, debemos sostener un diálogo. Debes responder y hacerme preguntas—dijo con una leve sonrisa.

—Bonjour monsieur— le respondí todavía atontada.

—Comment allez vous?— susurró tocando con un dedo el dorso de mi mano y subiendo por mi brazo. ¿Qué cómo estaba? ¡Hiperventilando! Si, esa era la respuesta pero no tenía idea de como se decía en francés.

—Très bien, merci et vous?— esto era más que bien, ahora masajeaba mis dedos y me miraba. Pero que par de ojos, parecían dos esmeraldas.

—Très bien, Comment tu t'appelles?— dijo sonriendo torcidamente. Oh si mi nombre ¿cuál era?

—Je m'appelle Isabella Swan. Et toi?—le pregunté respondiéndole las caricias y ticando los nudillos de su mano.

—Je m'appelle Edward Cullen. Quel âge as-tu?

—J'ai 18 ans— sonrió, miró de reojo hacia el profesor y luego susurró.

—Voulez-vous sortir avec moi ce soir?— ¿Salir con él esta noche? Claro, a donde quisiera. –Le cinéma— agregó. ¿Qué habré hecho para merecer esto?

—J'adorerais— si, si, si, me encantaría.

—Bien ahora que se conocen mejor y la señorita Swan consiguió una cita, abran sus libros para conjugación de verbos pasados— dijo el profesor a la clase.

Sentí mis mejillas arder, creo que enrojecí hasta la raíz de mis cabellos. A mi lado Edward ahogaba una carcajada.

Las clases terminaron, por suerte. No podría soportar más emociones por hoy. El dios griego me acompañó hasta mi auto, me sentía en el cielo. Pero ya debería de dejar de llamarlo mentalmente “dios griego”.

—Te veo más tarde. Suerte— me dijo sonriendo.

—Sí. Yo también te veré… quiero decir, espero que ya sea de noche… nos vemos—me recriminé mentalmente por ser tan babosa, pero cada vez que lo miraba perdía la ilación de las cosas que decía o pensaba.

Manejé a casa a paso de tortuga, todavía estaba extasiada, regodeándome con cada recuerdo.

Llegué, tiré mis cuadernos por allí y me dejé caer en mi cama.

Él era perfecto. Era atlético, hermoso… parecía sacado del mundo mítico. Y lo mejor de todo: yo no le era indiferente. Me besó con tanta pasión, creí que me desmayaría. Además me invitó a salir en “francés”

Almorcé con ganas, a mí el amor no me quitaba el apetito, al contrario. Mamá había encargado que preparen Ravioles, mi plato favorito. A ella no le gusta cocinar y yo se lo celebro. La cocina experimental puede ser venenosa. Menos mal que había contratado una cocinera.

— ¡Bella! Jake quiere hablar contigo— me gritó Renée desde la sala. Que no moleste, no quería levantarme a contestar llamadas.

— ¿Puedes decirle que llame más tarde? Estoy ocupada— grité todavía recordando la noche que pasé con ese ser perfecto. Sus labios, su cuerpo… condenado licor que me hizo dormir tan rápido, tal vez si no hubiese dormido él y yo… y la forma en que me besó en el aula de biología, sus manos…

—Te dije que vendría a verte— oí la voz de Jake detrás de mí. Yo estaba balanceándome en mi hamaca, con los ojos cerrados y con una sonrisota en la cara, procesando mi almuerzo. ¡Carambas!

—Oh, disculpa, olvidé que vendrías. Siéntate— le dije señalándole una silla lejos de mi. Él la atrajo y se sentó muy cerca.

—Bella, no quiero que esté enfadada conmigo— dijo triste.

—No estoy enfadada Jake— le corregí.

—Bueno, la verdad es que se te ve muy feliz ¿Entonces ya me perdonaste?— preguntó con esperanza.

—Si tú me dices que no fue tu culpa te creo Jake. Fue horrible lo que vi y la verdad me dolió mucho pero tú siempre me has dicho la verdad y sé que Tanya estaba desde hace tiempo buscando la forma de hacernos pelear… pero…

—Me alegro tanto Bella, por un momento creí que…— se acercó para besarme pero lo esquivé tan rápido que caí de trasero al piso.

Jake sonrió. Hacía varios días que no veía esa sonrisa que tanto me gustaba. Había olvidado lo bien que lucía cuando estaba contento.

De pronto un remordimiento me llegó.

Si él no me había engañado… entonces yo sí.

Y dudé en cómo decirle que me gustaba otra persona ¿Cómo rayos, de pronto le dices a tu novio con quien planeabas acostarte que sin previo aviso te gusta alguien más?

Me sentí fatal.

Jake me levantó del piso y dio vueltas conmigo por los aires riendo.

— ¡Bájame! ¿Qué haces?— grité.

—Gracias mi vida, pensé por un momento que ya no me querías— dijo bajándome, quedé mareada, física y mentalmente.

— ¿Estaban peleados?— dijo mi madre pasando por el corredor.

—Fue un malentendido Renée, pero ya lo superamos, ahora estamos más felices que nunca ¿verdad amor?— dijo Jake dándome un beso en la frente.

—Se ven lindos, si no tienes tarea Bella pueden ir a pasear un rato, el día está excelente para ir a la playa. Nos vemos chicos, diviértanse—dijo mi madre guiñándome un ojo.

Me había olvidado de decirle que entre Jake y yo no pasó nada.

—Vamos Bella, seguro no te dejaron tarea, fue el primer día. En casa tengo muchas películas o podemos ir a nadar.

—No tengo ganas de salir Jake, lo siento es que… tengo un problema femenino ¿entiendes no?— le mentí para salirme de esta. Me miró un momento y volvió a sonreír.

—Claro, no hay problema podemos ver televisión, tengo que contarte algo importante— me dejé arrastrar hacia el salón dónde estaban los equipos de video.

Seguía pensando aún cómo decirle las cosas, me lo estaba poniendo difícil.

—Sabes, hay muchos rumores en la escuela, este año empezó mal— dijo frotando su cuello, tan sólo unos días atrás ese era el movimiento que más me gustaba porque sus bíceps se marcaban mucho y sus hombros subían ligeramente.

— ¿Por qué?— pregunté para alargar la conversación.

—Pues desde hace una semana habían rumores, decían que un jugador de las reservas de los Toros vendría a la escuela. Y hoy lo vi. Es Emmett Cullen, es un jugador muy fuerte. Félix y Demetri decían que le darían la capitanía del equipo, recién hoy salieron las convocatorias. No lo admitiré delante de mis amigos pero confío en ti Bella. Me da celos, yo soy el capitán y de pronto viene este tipo y tan vez lo pongan a dirigir mi equipo. Me preocupa eso, no podría soportarlo. Si es por el bien de la escuela me resignaré pero será difícil amor, te necesito más que nunca.

—Eso es… ¿dijiste Cullen?— pregunté.

—Si, es enorme, también dicen que es un Don Juan. Cuídate Bella por favor, eres la chica más linda de la escuela seguro intentará algo contigo.

—Claro pierde cuidado— dije para calmarlo. Entonces era el hermano de Edward, el chico que llegó con Jasper.

Claro que no intentaría algo conmigo pero su hermano si me había flechado. Su hermano era mi dios griego.

—Entonces… ¿Cuándo empezarán los ensayos para las animadoras?— preguntó.

—No lo sé, creo que el fin de semana, sabes que tengo cursos extras y quisiera poder cumplir con todo.

—Eres la más inteligente de la escuela, podrás Bella. Pero no descuides los ensayos, ya sabes que Tanya y su grupo desde hace tiempo que quieren dirigir a las animadoras, sigue practicando, además a ti el uniforme te queda mejor— dijo bajando sus manos por mis costados, me asusté y corrí a prender la televisión.

— ¿Sabes que hoy Jasper se llevó un susto?— dijo sonriendo.

— ¿Y eso?

—Me lo dijo Quil, según dicen, parece que Alice conoció a otro tipo. Pobre Jasper, juega realmente bien, me hubiese gustado tenerlo en el equipo el año pasado pero no se lleva bien con Félix, ya sabes él estuvo saliendo con Rose y la dejó. Temo que si juegan juntos se estorben debido a los problemas externos.

—Félix se portó fatal con Rose, yo misma lo patearía si pudiera— le reclamé.

—Bueno él es así, tu amiga no debió entregársele.

— ¿Félix te dijo eso?—grité

—Todo el mundo sabe que Félix nada mas quería tirarse a Rose, ella se lo puso fácil ¿No pensabas que iba en serio?

—Claro que no pensaba que se casarían pero al menos que la respetaría, no que solo la iba a usar. Él le dijo que la amaba.

—Los chicos dicen esas cosas en el momento pero es deber de las chicas darse a respetar

—Y ustedes a parte de mentirosos son unos chismosos. Así que una chica debe darse a respetar ¿No? Pues quiero que me respetes y te vayas- grité.

—Bella, esto no se aplica a nosotros. Yo tengo una relación contigo, te quiero, eso todo mundo lo sabe. Y hagamos lo que hagamos no iré diciéndolo por allí.

—Pero todo mundo sabía lo que pasaría entre nosotros el sábado y seguro saben ahora porque no pasó nada ¿verdad?

—Bueno sólo mis amigos, tal vez lo hayan comentado pero sin mala intención, tú también le cuentas tus cosas a tus amigas.

—Yo sólo tengo dos amigas, no un equipo completo para develar mis intimidades.

—Bueno, creo que tienes eso que llaman síndrome no se que… mejor me voy antes de que me lances algo. Nos vemos mañana Bella y déjame volver a decirte lo hermosa que te ves molesta y lo mucho que te quiero. Deséame suerte en las convocatorias, te necesito tanto— dijo dándome un abrazo delicado.

Me sentí más miserable todavía.

Ahora no sé qué haría con la cita con Edward. Jake salió rápido, me dejó triste y confusa.

Lo quería mucho, habíamos crecido prácticamente juntos, nos conocíamos de muchos años. ¿Sería amor? ¿O Sólo costumbre?

¿Y qué es lo que realmente siento por Edward? Era sólo un gustazo o verdaderamente me había enamorado.

Mi madre una vez me contó que estuvo en un dilema parecido cuando se enamoró de papá, ella era novia de Phil Dwyer un gran jugador de béisbol ya retirado. Cuando más confundida estaba y no sabía qué hacer, los dejó a ambos por un tiempo, hasta poder definir sus sentimientos.

Si, eso haría, sólo que no sabía cómo hacer con la cita con Edward. Tal vez si le hablaba claro, le decía que tenía novio y que estaba confundida. Eso me dolería mucho porque tal vez otra chica le echaría ojo, con lo guapo que era.

Pero tenía que definir mis sentimientos.

Seguí sentada pensando hasta que escuché la puerta. Papá entró a la casa, apenas me miró sonrió.

—Hija afuera hay un auto plateado, un muchacho me preguntó si vivías aquí. ¿Lo conoces?— dijo escrutando mis reacciones.

—Si, es mi nueva pareja en biología, también llevamos francés, parece que es un alumno muy aplicado— le dije tratando de no mostrar emociones.

— ¿Es nuevo en la ciudad? Nunca lo había visto.

—Si, acaba de mudarse su nombre es Edward Cullen.

— ¿Cullen? ¿Será hijo del nuevo director del hospital? Hoy conocí al doctor Cullen, un buen hombre. No demores mucho pequeña, ve a ver que quiere el chico.

—No tardaré, quería mostrarle la ciudad, una tour rápida. Necesita ubicar la biblioteca y el centro cultural.

—Ah, otro ratoncillo de biblioteca, me gustan más los deportistas del estilo de Jake. Bueno no tardes— dijo entrando a buscar a mamá, seguro que ni notarían si no regreso, ellos siempre andaban juntos y mi madre era una persona muy cariñosa. Rose decía que eso se llamaba ser ardiente pero yo no quería imaginar a mis padres de ese modo.

Salí con un poco de temor, ni siquiera me había cambiado, quería hablar claramente con Edward.

Estaba en mi puerta esperando. Se veía más encantador de noche, traía una camisa y pantalón negro de infarto.

¿Por qué lo hicieron tan sexy? Esto iba a ser difícil.

Al verme sonrió torcidamente, casi se me para el corazón.

—Hola Bella— saludó. Qué bien sonaba mi nombre en sus labios, que eran tan carnosos y dulces… oh no otra vez pensando en su anatomía. Vamos Bella valor.

Me miró de pies a cabeza, me sentí fatal, ni siquiera me había peinado.

—Te ves lindísima— me dijo con énfasis en "ísima", las piernas se me relajaron.

—No estoy lista. Lo siento— dije bajando la mirada.

— ¿No quieres ir al cine? Podemos ir a dónde quieras o sólo conversar— me dijo cambiando su expresión.

—Conversar estará bien. Vamos a otro lugar, aquí seguro que mamá saldrá a cada rato para curiosear— le dije. Avancé pero él me impidió el paso y me abrió la puerta de su coche, me sorprendió Jake nunca había hecho eso.

Lo guié hasta llegar al mirador, el sol ya se había puesto pero no oscurecía por completo.

— ¿Hay algo que me quieres decir? Te noto ausente— dijo girandose a mirarme, me dio de lleno con esos preciosos ojos verdes que me hacían olvidar todo.

—Si, es sólo que… bueno, tú y yo, es decir lo del sábado fue algo imprevisto. Verás… yo tenía mi vida en calma, ahora todo…

—Esta de cabeza, te sientes confundida y abrumada y a la vez con una extraña felicidad que te asusta…— dijo tan seguro ¿acaso podría leer mi mente y mis emociones?

—Si ¿cómo sabes eso?

—Es lo que yo siento. Me asusta todo esto, nunca fui a buscar a una chica a su casa, jamás había besado a nadie. Y no sé si es algo más que sólo un gusto porque estás en mi mente todo el tiempo— dijo con tanta emoción en su voz que me dejó pasmada. Siendo tan guapo cualquiera pensaría que había tenido docenas de chicas en su curriculum.

—Creo que lo mío es más complicado que eso— le dije.

—Claro, porque tienes novio ¿verdad?— dijo mirando al infinito.

—Sí… y estoy confundida— le confesé.

—Yo no quisiera causarte penas ni malestares. No quiero que sufras por mi causa. Si no quieres que nos veamos, lo entenderé, si quieres que me aleje lo haré. Estaré cerca si me necesitas, me guardaré esto que siento—sentí su voz quebrarse.

Y ahora me recriminaba no haber tenido el valor de dejar a Jake y decirle la verdad.

Mis ojos se llenaron de lágrimas.

—Dame una noche más— dijo tomando mi rostro.

— ¿Qué?— pregunté asustada.

—Bueno no una noche, disculpa, unas horas, dame lo que queda del día y mañana seremos dos desconocidos nuevamente— sonrió y le correspondí.

Entonces se acercó y me besó, con tanta ansiedad, con tanto fervor que creí que me desvanecería.

1 comentarios:

Liz Avilan dijo...

Aww! que triste por que!! Casi puedo sentir el dolor de Edward :l

En algun momento me gustaría leer un fic en el que jake no sea el co-protagonista hahah xD

Publicar un comentario