03 febrero 2013

Cap 30 Jardinero


CAPÍTULO 30

MALAS NOTICIAS Y NUEVAS REVELACIONES

Todo estaba igual que ayer en nuestra habitación, bueno, algo más arreglado que cuando me fui, Edward era muy limpio y ordenaba siempre. Qué gran virtud.
Me di un baño y me preparé algo de comer, mi estomago gruñía. Las horas pasaban y no había noticias de Emmett ni de Edward, me parecía raro.
Emmett llamó casi a las 4 de la tarde.
— ¡Bella, tienes que venir pronto!— dijo asustado, mi corazón dio un vuelco, algo andaba mal.
— ¿Qué pasó Emmett?— pregunté aterrada.
—Estamos en el hospital de Forks, date prisa—me cortó.
Busqué dinero en donde sabía que Edward guardaba sus ahorros y me lo llevé todo, no entendía que pasaba, llegue en un taxi en menos de 10 minutos.
Mi amigo estaba sentado en la sala de esperas.
— ¡Emmett!— entre rápido.
—Fue mi culpa Bella, lo siento— Emmett estaba llorando. No, no podía pasar esto, no ahora que había decidido dar la espalda a toda mi vida anterior incluyendo a mi padre.
—Edward esta…— temblé sólo de pensarlo.
—Está muy mal herido, lo llamé Bella y se había ido a un lugar cerca del antiguo barrio de Rose. Cuando salíamos llegaron Royce y sus amigos, ya me habían advertido que no me acercara a ese lugar. Edward estaba fastidiado así que los insultó porque me empujaron… peleamos y… nos dispararon— el alma se me cayó al piso.
Me senté aturdida y confusa. ¿Qué iba a hacer ahora?
— ¿Donde está Edward?— pregunté.
—Lo están operando, a mí y me cosieron la herida— dijo mostrándome su brazo.
— ¿Donde le dieron?— pregunté.
—En el estómago. Creí que no llegaría vivo, no sé porque me dio tanto miedo que muriera… yo solo manejé como loco— parecía muy afectado.
—Está bien Em, hiciste lo que pudiste y no fue tu culpa. Ahora debemos ver cómo le va, hay que preguntar— fui a pedir informes a cada médico o enfermera que pasaba por allí. Me decían que debía ser paciente. ¿Pero cómo si no me decían la gravedad de sus heridas?
Nos hicieron esperar. Mucho rato después salió un doctor preguntando el número de seguro social.
Yo no lo sabía, Edward apenas había trabajado un tiempo, no recordaba que papá le tramitara eso o el señor Mallory.
—Sin seguro social, van a tener que correr con todos los gastos— nos dijo con seriedad aquel doctor.
— ¿Pero él está bien? ¿Se va a recuperar?— el semblante del doctor era sereno, me quitó un gran peso de encima.
—Lo hemos pasado a cuidados intensivos para monitorearlo pero no está en riesgo severo. Es fuerte— indicó.
— ¿Y... tiene idea a cuánto ascienden los gastos?— pregunté con miedo, ya no tenía dinero con que pagar.
—Vayan a servicio social, allí le pueden indicar.
Emmett y yo fuimos temerosos, él no quería llamar a sus padres porque culparían a Rose de este ataque y lo castigarían, además podían decirle a papá que yo estaba todavía en el país.
—Ha sido una operación de emergencia, debemos esperar a ver la evolución del paciente, pero solamente la intervención asciende a 50 mil dólares— casi me da un infarto.
Yo apenas tenía en el bolso 1600 producto del trabajo de Edward
¿De dónde iba a sacar tanto dinero?
— ¿Bella que vamos a hacer?— preguntó mi amigo.
—No se tu pero yo voy hacer algo, Edward no se va a morir por falta de atención y menos de dinero. Llévame a mi casa— pedí.
— ¿Estás loca?— me miró asustado.
—Todavía no es de noche. Papá aun no debe haber llegado. Haré lo que sea necesario Emmett aunque eso implique robarle a Charlie— no tenía miedo ya, Edward era prioridad.
Me pesaba lo que iba a hacer pero si no había otra alternativa, con gusto daría mi vida por Edward, pero lo que necesitaba ahora era dinero.
Llegamos con temor, Emmett hizo sonar la bocina y le abrieron el portón, su Jeep era conocido en casa.
Apenas bajé entré rápido. Ángela salió a recibirme.
—Señorita Bella, creí que estaba de viaje, su papá me llamó, dijo que se iba a Londres— me miró confundida.
—Cambio de planes Ángela. ¿Papá dijo que hora llegaba?— me aseguré.
—Sí, dijo que vendría temprano— me sonrió. Temblé por dentro, no tenía mucho tiempo.
—Bien, voy a salir a comprar algo voy por mi bolso— subí a mi habitación y metí en un maletín parte de mi ropa y todas las joyas que tenía, las heredadas y las que papá me compro. También mi laptop, el resto de dinero que me quedaba, incluyendo los dos mil dólares que mi papá me dio para Edward.
Mire todo por última vez y salí. Esto sí que papá jamás me perdonaría. Ya no había vuelta atrás.
Subí a mi auto y salimos de allí, me sentía como una ladrona llevándome lo que una vez había sido mío.
— ¿Bella que vas hacer?— preguntó Emmett cuando llegamos al hospital.
—Ayúdame a vender o empeñar todo. Fácilmente te darán 50 mil por mi auto, las joyas también deben valer mucho, lo necesitamos para la recuperación y por si tienen que hacerle otra cirugía— le sonreí tristemente.
—Bien me encargaré de eso. Bella… tengo algo que decirte. Edward no estaba borracho cuando lo encontré, solo estaba frente a una botella y un vaso pero no había tomado… y pues yo, no le dije que habías vuelto, solo le pedí que me acompañara, todo pasó tan rápido, ahora me siento mal, si él esta así débil sin ganas de vivir…
—Él va a vivir Emmett… o yo me voy a morir con él, lo que suceda antes— le sonreí.
Espere en vano a que Emmett regresara, el día siguiente llegó y no había señales de mi amigo, ni siquiera contestaba el celular.
Casi a medio día las recetas empezaron hacerse más frecuentes, unidades de sangre, apósitos, antibióticos y mas anestesia.
Los médicos me decían muy poco a pesar de estar preguntándoles cada vez que los veía.
Ya llevaba un día allí cuando la madre de Emmett entro muy molesta.
— ¡Isabella!— dijo furiosa cuando llegó a mí. Su esposo venía detrás. — ¿En qué has metido a mi hijo?— me gritó.
—Esme, yo no he hecho nada— dije tratando de mantener la calma.
— ¿No? Emmett está arrestado por intentar vender cosas robadas—sus ojos caramelo siempre tan amorosos me miraban ahora con furia.
— ¿Robadas? Esas cosas eran mías— dije con una gran culpa.
—Tu padre las reportó como robadas— dijo Carlisle serio como siempre.
—Fui a ver a mi hijo pero lo único que quería era que viniera a verte a ti, no sé que le has hecho a Emmett. ¡Tú y esa Rosalie parecen hermanas, solo causan pesar a donde van!— me gritó Esme, me dolía lo que me decía.
—Lo siento, en verdad lo siento, es que mi novio se muere señora y yo solo saque mis cosas y quise venderlas— sollocé sin poder contenerme
— ¿Tu novio no es Félix Volturi?— me miró incrédula.
—No, él no es mi novio. Yo, soy novia de Edward… era el jardinero de mi casa— confesé.
—Con razón se llevaban tan bien Emmett y tu— dijo Carlisle sonriendo con sarcásticamente
—Nos viste la cara siempre, cuando pensábamos que salías con Emmett en realidad se tapaban sus cosas, luego saliste con Félix para despistar a todo mundo, eres de lo peor— me dijo Esme.
—Dígame lo que quiera pero todo lo hice por Edward y ahora está allí adentro y no se la forma de ayudarlo porque no tengo dinero. Mi papá no quiere verme y no me importa solo quiero que Edward se recupere— rompí a llorar.
—Emmett dijo que Royce King les disparó ¿Es eso correcto?— preguntó Carlisle.
—Sí. Podría ser su hijo el que esté ahora en esa sala de cuidados intensivos, no mi Edward— seguí sollozando, me agache a sacar pañuelitos de mi bolso, Esme se quedo mirándome muy seria su rostro había cambiado por completo.
Se acercó a mí con temor y llevo sus manos a mi cuello donde todavía llevaba puesta la cadena que Edward me había dado y que jamás me quitaría.
— ¿Has ido al Volterra alguna vez?— preguntó.
—No, jamás— me limpié las lágrimas y la nariz pero Esme seguía dudando si tomaba la medalla o no. Me pareció la cosa más rara del mundo.
— ¿Puedo?— me señaló la medalla. Yo sólo asentí.
—Me la regaló Edward— dije cuando tomó la joya entre sus manos.
Entonces ella giró la medalla y sus ojos se llenaron de lágrimas. Casi cae de la impresión, su esposo la sostuvo.
— ¿Esme, amor que pasa?— le preguntó.
—Carlisle mira— dijo señalándole mi medalla, instintivamente la tome y me la guardé.
—Permítame Isabella por favor— pidió él. Pero que personas más raras, sólo accedí porque era la petición del padre de Emmett.
La observó un instante y la giró igual que su esposa, no sabía que de interesante tenía el nombre de Edward allí, pero a ellos parecía asustarlos, quedaron si habla.
— ¿Donde obtuviste eso?— preguntó Carlisle.
—Ya se los dije, me la dio Edward. Fue en mi cumpleaños, no es robada si es lo que piensan, su madre se la heredó— defendí a mi novio.
— ¿Edward qué?— Esme temblaba.
—Edward Masen, es mi novio, es jardinero, se crio en un orfanato de Port Ángeles pero es buena persona, esta medalla se la dio su madre antes de morir— protegí la joya algo fastidiada por su repentino interés en ella.
— ¿Masen… que no teníamos una niñera que se apellidaba así?— dijo Carlisle.
—Elizabeth— dijo Esme y tuvo que sentarse, la verdad que no les entendía nada.
— ¿Elizabeth Masen? Era la madre de Edward— le dije.
—Es él Carlisle, quiero verlo— dijo Esme asustada. No tenía idea de nada, para mi hablaban otro idioma.
—No podemos pasar si está en cuidados intensivos, pero apenas podamos haremos los análisis— le respondió él.
— ¿De qué hablan? No les entiendo— protesté.
—Siéntate conmigo y te cuento—dijo Esme mientras Carlisle entraba a hablar con algún médico
— ¿Se siente bien?— pregunté, parecía muy pálida e impresionada.
—Sí, como hace años no me sentía. Bella, yo tuve dos hijos, Emmett el mayor y Anthony mi pequeño. Un día en que salí al centro comercial me robaron a mi Anthony, él tenía 3 años…y nunca lo volví a ver. Al principio pensamos que lo habían secuestrado, esperamos que pidieran rescate pero nadie se comunicó. Lo buscamos, contratamos detectives y mi hijo no apareció. Pero cuando se lo llevaron tenia puesta esa medalla… Edward era el padre de Carlisle, él mismo le dio esa medalla a mi bebé cuando nació con la esperanza que lo llamáramos así— me quedé muda, no sabía que decirle.
—Y usted cree… ¿que mi Edward es su hijo perdido?— dije tratando de razonar.
—Debemos hacernos pruebas de sangre, ya no recuerdo la cantidad de pruebas que me he hecho en cada orfanato al que iba… ¿dijiste que creció en un orfanato de Port Ángeles? yo los conozco todos— ahora entendía, Emmett me dijo que solían ir a orfanatos… y también porque siempre decía que ya conocía a Edward de antes… y por eso eran tan cercanos… tenía sentido todo.
—Si es su hijo— dije sin querer.
— ¿Qué?— dijo ella aturdida.
—Emmett y Edward son muy amigos, yo no entendía porque, si eran de tan distinta clase social, Emmett siempre decía que lo conocía de algún lado, se buscaban, se llamaban— dije tratando de entender.
—Emmett nos habló de un amigo especial que tenía, con quien se llevaba muy bien— dijo ella sonriendo.
—Y esa mujer Elizabeth… una vez Edward y yo fuimos a Chicago a buscar su pasado, venía de una familia trastornada pero Edward siempre dijo que en el orfanato le hicieron pruebas y todas salieron negativas… el creció en el orfanato del padre Eleazar— Esme sonreía.
—Conozco ese orfanato pero ¿por qué nunca lo vi allí?— se preguntaba Esme.
—Edward entraba y salía según las crisis de su madre, o de la mujer que lo crió… a veces lo encerraba y le decía que se lo le llevarían…— traté de recordar todo lo que Edward me había contado.
— ¿Qué pasó con ella?— pregunto Esme.
—Falleció, cuando Edward tenía 9 años y pasó a vivir en el orfanato definitivamente—
—En ese tiempo fuimos una temporada a vivir a Los Ángeles, Carlisle creyó que si me alejaba podría olvidar pero regresamos a los tres años, yo no me acostumbraba— ahora estaba casi segura que Edward si era hijo de ellos. Todo coincidía.
—Tengo una fotografía de Elizabeth Masen— le dije
— ¿Es cierto eso? Necesito verla— dijo asustada.
—Está en nuestra habitación, verá, rentamos un lugar donde nos quedamos a veces— le dije abochornada.
—Te llevaremos allá y Bella… no te preocupes por nada, nosotros cubriremos todos los gatos así no sea nuestro hijo— sonreí aliviada, ya estaba perdiendo las esperanzas.
Carlisle llego a los minutos ya había pedido las pruebas, me llevaron hasta mi pequeño nidito de amor a buscar las fotografía, por suerte Edward era tan ordenado que no tuve más que pasar mi vista para ubicar el libro que leía, y allí estaba. Salí presurosa con la fotografía en la mano, apenas se la di a Esme empezó a llorar.
—Es él Carlisle, es él, esta foto se la tome con Elizabeth cuando fuimos de vacaciones al Florida ¿lo recuerdas?— dijo Esme emocionada.
—Entonces fue la niñera que se obsesionó con nuestro hijo y se lo robó— dijo él molesto.
—Ella tenía un tipo de desorden mental, esquizofrenia paranoide o algo así— le dije.
—Es nuestro hijo Carlisle, estoy segura, no necesito pruebas— Esme lloraba feliz ante la noticia.
—Si amor… pero debemos liberar a Emmett primero, ya puse mi tarjeta de crédito en garantía en el hospital, Edward va a estar bien atendido— dijo su esposo, recordé entonces a mi amigo bonachón, debía estar en la delegación por mi culpa.
—Iré a arreglar eso— dije sin mucho entusiasmo.
—Es verdad, veníamos a decirte que tu padre no piensa liberar a Emmett mientras tú no te presentes— me confirmó Carlisle, suspiré.
—Ay no, no debí sacar las cosas así. Pero estaba desesperada no tenía dinero para pagar la operación— dije otra vez triste.
—Ve a la delegación, nosotros cuidaremos de Edward. Si tienes problemas nos llamas— me fui más tranquila, ésta era la parte más fácil de enfrentar, podía seguir viviendo así mi padre me despreciara, pero no podía vivir sin Edward, ahora lo tenía claro.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta tu historia, pero esto de que sus padres sean ricos, es algo como de telenovela xD desde un principio me imagine que terminarían juntos sin dinero, pero todo ha sido lindo, este capitulo me fascino como los anteriores, como decía anteriormente, esto de que venga de una familia rica es algo como de Telenovela ._. , pero lo demás me ha encantado ;)
PD: Espero que no tomes a mas mi comentario

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