02 febrero 2013

Cap 28 Acosador




CAPÍTULO 28

SENTIMIENTOS EN CLARO

— ¿Qué me pasó?— preguntó cuando nuestros labios se separaron.
—Te mordieron— le sonreí.
— ¿Vampiros u hombres lobos?— soltó una suave carcajada y se sonrojó. Mi berrinchuda linda, estaba tan hermosa.
—Un par de serpientes amor, temí tanto que no abrieras los ojos, casi me vuelvo loco— le sonreí, tomando la mano que no estaba conectada a esos tubos.
— ¿Cuántos días he estado dormida? ¿Has esperado a mi lado todo el tiempo?— preguntó tratando de incorporarse un poco. Me agaché a mover la palanca de su cama para que Bella estuviera más cómoda.
—Han sido 6 días y no he estado cerca de ti todo el tiempo, tu padre y ese tipo no me lo permitían— me quejé.
— ¿Por qué? No me digas que papá sabe lo de Las Vegas. Me prometiste…— empezó a elevar la voz.
—No. Yo aún no he dado explicaciones. Pero mi padre volvió a la hacienda y trajo un par de sobres de Las Vegas, que llegaron a su casa por error. Debí haber equivocado las direcciones— traté de justificarme.
— ¿Tu padre lo sabe? Oh por Dios— dijo muy asustada. —Pero… ¿llegó la resolución de la demanda? ¿Lo anularon? Lo que hicimos allá…— preguntó preocupada.
—No lo anularon Bella… te olvidaste de firmar la solicitud— le dije con algo de temor. No por su reacción sino porque lo que dijera tal vez podría dolerme.
— ¿En serio? Seguimos…—sonrió.
—Si seguimos… casados. Y mi padre lo sabe y también el tuyo— le sonreí. Los ojos de mi berrinchuda se agrandaron mucho.
—Ay no, quisiera seguir inconsciente— dijo asustada, cerró los ojos con fuerza.
— ¡No!—casi grité. —Yo te necesito— le confesé.
— ¿Para qué no te golpeen? ¿O ya te dio la paliza mi papá?— se burló de mí.
—Aún no. Pero me tiene ganas y no me importa la verdad. Yo… quiero quedarme contigo Bella— me miró con esa expresión que tanto me gustaba. La misma mirada del río, cuando me pidió que no me fuera. Aunque parecía que no era muy a menudo, a Bella le costaba expresar lo que sentía, románticamente hablando.
— ¿Quedarte… conmigo?— preguntó.
—Para siempre. Te ofrecería un anillo si no estuviéramos casados ya. Te amo, no creí que se podía sentir así el amor, con necesidad y desesperación. Pero te amo Bella Swan y ni aunque me tires piedras pienso alejarme de ti— allí estaba, totalmente expuesto a lo que ella decidiera. Esperaba con ansias sus palabras que definirían nuestro futuro.
—No pensaba arrojarte piedras…— se ruborizó un poco. —Yo también… siento por ti… eso que dijiste— sonrió un poco.
— ¿Puedo sentirme correspondido entonces?— pregunté con una sonrisa. Que aceptara que me amaba, estando sobria, era un gran avance.
—Sí. Absolutamente. ¿Podrías estar conmigo cuando se lo diga a papá?— preguntó. Eso no tenía ni que pedirlo.
—Claro que sí. Como tu estarás a mi lado cuando se lo diga a los míos— le sonreí
—Ah no Cullen, resuelve tus problemas sólo— bromeó mientras tiraba de mi camisa para que me acercara más a ella.
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Charlie se dedicó a ignorarme, ya que no podía echarme de allí, Jacob "tropezaba" conmigo cada vez nos cruzábamos. Los golpes casuales eran más frecuentes e intensos. Me contenía para no estrellarlo contra la pared y preguntarle cual era su problema. En realidad sí sabía cuál era su problema.
Bella se limitaba apenas a hablarle. Su supuesta conversación privada fue de apenas cinco minutos y él salió cabizbajo de la habitación y no dijo ni pio.
Por la tarde y después de los análisis y revisiones médicas entré con May a la habitación, Bella había pedido que estuviésemos los cuatro. Su abuela, su padre y yo.
—Gracias por haberme cuidado— dijo apenas Bella al verlos tomar asiento. Me miró como esperando algo. No tuvo ni que pedirlo, me situé a su lado de la cabecera y tomé su mano. Su padre bramó por lo bajo y May sonrió apenas.
—Papá, sé que las cosas no salieron como estaban planeadas y que actué por desesperación e impulsividad. Pero…
—No debes tomar una decisión definitiva. Estás delicada aún y tomará un tiempo recuperarte. Si quieres podemos ir a Jacksonville a que te mejores, el aire de mar te sentará bien— dijo secamente Charlie.
—No es lo que había pensado. Edward y yo…— Charlie se levantó de su asiento.
—El señor Cullen debe haber perdido mucho de su valioso tiempo y debe querer retomar su vida normal— dijo fastidiado.
—Charlie, deja que Bella termine de hablar— May parecía esperanzada con nuestra declaración, así que decidí tomar la palabra.
—Señor Swan, sé que no fue el modo apropiado de hacer las cosas pero con respeto le pido nos dé su bendición. Bella y yo estamos casados y queremos permanecer juntos. Yo amo a su hija y cuidaré de ella— dije formalmente. May me miró con una sonrisa.
—Bella ya estaba casada y aunque Jake le falló el matrimonio fue bendecido. Primero debería arreglar eso. Un matrimonio en las Vegas no es válido— dijo mirándome sin mucha expresividad.
—Lo siento Charlie pero ya le dije al padre Jeremías todo lo que debía— Bella parecía enfadada.
—Bella… "viejo manipulador" no fue lo mejor que pudiste decirle al sacerdote— le llamó la atención. No pude evitar soltar una pequeña carcajada que camuflé con un acceso de tos.
—Pues lo que él dijo tampoco fue muy amable ¿quién se cree que es? ¿El portero del cielo? No voy a volver atrás en eso. Si él sigue sin querer escuchar mis razones no pongo un pie otra vez en una iglesia y si quiere excomulgarme que lo haga.
— ¡Bella!— a mi suegrito empezaron a latirle las venas de la frente.
—Voy a tratar el tema con un abogado papá, lo resolveré legalmente. Y… Edward tiene razón en lo que dice… queremos estar juntos— titubeó en la última parte. Yo apreté su mano con más fuerza.
Charlie se limitó a esbozar una sonrisa forzada.
—Te estás equivocando hija— dijo mirándome con desprecio.
—Eso es algo que pienso descubrirlo por mí misma papá— dijo mi berrinchuda firmemente. Eso me alegró mucho. Yo le demostraría a su padre que no era un error. La amaba y estaba dispuesto a dedicar mi vida a cuidarla y hacerla feliz.
—Tan testaruda como siempre— Charlie salió de la habitación visiblemente enojado. Me acerqué a darle un beso en la frente y demostrarle que contaba conmigo.
—Si no cuidas como es debido de mi nieta, yo misma te daré un par de nalgadas niño— dijo May tratando de parecer, atemorizante. Le sonreí.
—Descuida nana, me portaré bien, seré un buen chico— fui abrazarla. Si ella estaba de acuerdo era suficiente para mí.
—Bueno. Ahora hay que decirle a tus padres— Bella me lanzó una mirada pícara.
—Cuando te mejores. Me quedaré contigo hasta que te den de alta— tomé su mano decidido a cumplir mi promesa. La dejaría sola únicamente cuando necesitara los servicios higiénicos, nadie lograría arrancarme de su lado.

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Tres días después la llevé a la hacienda. Quería que mis padres supieran la verdad. Sobre todo mi padre, para que no me juzgue mal.

Sorprendentemente al llegar nos recibió Alice.
—Edward, Bella. Sabía que vendrían hoy— Nos saludó muy feliz, sonrió con más amplitud cuando se dio cuenta que íbamos de la mano.
— ¿Lista para esto?— le pregunté antes de entrar al despacho de papá, ellos nos esperaban.
—Ni un poco Cullen, vamos a ver que nos dicen aquí. Pero si dan lata nos largamos a Florida esta noche— dijo arrugando la frente.
Esa era mi chica, tan decidida como siempre.

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