02 febrero 2013

Cap 27 Acosador




Capítulo 27

Despierta Bonita

Llegué al hospital sólo para quedarme fuera. No me dejaban entrar a verla, siempre había alguien en la puerta, Jacob o uno de los chicos de a hacienda. Y Charlie dentro de la habitación.
Me la había pasado el día mirando hacia su ventana, ella estaba en el quinto piso del hospital y yo en una mísera banca en los jardines.
Pero aún si despertara no la dejarían acercarse a su ventana. Y tal vez piense que la abandoné.
Debía llegar a ella, de algún modo, debía haber una forma.
No podía escalar la pared, era muy lisa. No podía entrar por su ventana desde otra habitación, estaba muy lejos y no había salientes.
El único modo era burlar a Charlie o tal vez podría verla cuando le hagan estudios.
Volví a entrar al hospital a preguntar por ella.
Su médico amablemente me dio informes, le dije que su padre y yo estábamos peleados por eso no me dejaba acercarme pero que estaría pendiente y si ella despertara que me llamara.
La vi durante unos segundos cuando la llevaron a hacerle una resonancia. Seguía pálida. Me estremeció un fuerte deseo de protegerla, de estar a su lado para siempre, por lo que me quedara de vida.
No iba a permitir que pasara más tiempo sin decírselo, debía repetirle cuanto la amaba.
Tres noches me quedé esperando que Charlie o Jacob abandonaran su habitación.
Esos dos eran unos perros guardianes difíciles de superar y vaya que lo intenté hasta disfrazándome de médico. Apenas pude llegar a su puerta.
May sólo vino dos veces, me la encontré saliendo del hospital, había cogido un catarro y le habían recetado guardar cama. Tampoco me podía ayudar esta vez mi nana.
Pero no me iba a dar por vencido. No sin luchar.
Así que tracé mi plan maestro para poder llegar a mi berrinchuda.
Vigilé los horarios de cambio de guardias. Las horas en que se turnaban Jacob y Charlie y otros chicos de la hacienda. Sam vino un par de veces, no era alguien con quien razonar, así que mejor no me acerqué mucho.
Mi oportunidad llegó una tarde cuando Seth entró al hospital. Jacob salió un rato después.
Sabía que mi buen amigo Seth no me montaría una escena. Llamé a la puerta de la habitación.
— ¿Edward? No deberías estar aquí…— dijo él confundido.
—Lo sé. Pero quiero verla, Jacob y Charlie no me dejan acercarme. Sólo un momento, por favor. Prometo que serán solo 5 minutos. Necesito estar a su lado— confesé.
—Wow. Nunca me lo imaginé… tú y Bella… ¿En serio pasó algo entre ustedes? Nadie me quiere contar— parecía dudoso.
—Te prometo que si me das unos minutos con ella te lo cuento todo— estaba a punto de echar abajo esa puerta, me urgía verla.
—Bien. Me quedaré aquí afuera, si alguien viene fingiré dormir y no seré responsable por lo que te pase— me sonrió. Me dejó la vía libre.
Con cuidado entré y cerré la puerta tras de mí. Me acerqué a ella.
—Bella— dije con miedo a no volver a ver sus preciosos ojos chocolate. –Amor, estoy aquí… ven conmigo— la llamé mientras tomé su mano. La sentí tibia.
—Despierta Bella, te necesito— deposité un beso en su frente. Aún a pesar de las medicinas y el lugar lleno de olor a desinfectante su aroma permanecía intacto.
—Si despiertas nos iremos a la playa, te mostraré el video de nuestra boda… sabes… me costó 1350 dólares y valió la pena. Sé que no tengo mucho tiempo contigo, quisiera tapiar esa puerta y quedarme aquí para siempre, aunque sólo sea para verte dormir. Te necesito Bella… no sabes cuánto te necesito. Te amo… esa es la única verdad que existe en mi vida.
No estoy muy seguro si su mano me apretó por un segundo o fue sólo un reflejo de su sistema nervioso, pero esperaba con todas mis ansias que me hubiese escuchado.
Me quedé unos minutos más, el tiempo no pasaba si estaba a su lado, al menos yo no lo sentía.
Pronto escuché el pomo de la puerta. Alguien trataba de entrar pero yo le había puesto seguro.
Habían llegado, Charlie o Jacob.
— ¿Quién está allí?— escuché a Charlie. – ¿Seth eres tú? ¡Abre!— parecía enfadado. Volvió a aporrear la puerta.
Me sacarían de aquí a patadas porque por mi cuenta no me iba. No tenían derecho a echarme, yo era el esposo de Bella, en los papeles y en la práctica. Sólo que eso no se lo podía decir a su padre o tal vez no vería el amanecer mañana.
—Bella, amor. Volveré tan pronto como pueda, no sé si me tarde mucho, no sé si encuentre otro momento como éste. Pero te prometo amor, te juro, que volveré. Y cuando despiertes no dejaré que nos separen. Te amo, te amo con toda el alma— Apreté su mano cuando oí una conversación afuera. Alguien estaba usando una llave para entrar. Sabía que me echarían pronto.
Volví a mirar el dulce rostro de mi Bella. Dentro de ese frágil cuerpo estaba la mujer más extraordinaria que había conocido, fuerte, decidida y muy terca. Nadie podía con ella, era una desquiciada berrinchuda, adorable.
Pronto abrirían, parecía que estaban probando algunas llaves. Me acerqué a mi Bella, su piel parecía de porcelana. La arruguita ente sus cejas estaba más pronunciada que hace unos instantes. O tal vez sólo sería mi imaginación.
Miré sus labios, tan dulces y tentadores. Cuando Bella hablaba los movía de muchas formas graciosas y si estaba molesta los juntaba hasta formar una O. Me sentí desesperado, no sabía si ella volvería a abrir los ojos o volvería a besarla.
No lo pensé dos veces, así me mate su padre a golpes tenía que besarla. Me acerqué decidido, si no me escuchaba al menos podría sentirme. Sentir mi amor y mi necesidad de tenerla conmigo otra vez, tal vez eso me la traiga de vuelta.
Me acerqué y suavemente junté mis labios con los suyos, mi corazón latía aprisa, quería demostrarle con ese beso cuanto la extrañaba, cuanta falta me hacía.
No terminé mi ferviente demostración de cariño pues uno fuerte tirón de apartó de ella.
— ¡Deja a mi hija maldito pervertido!— Charlie me sujetó los brazos detrás de la espalda.
—Llamaremos a seguridad— dijo un médico a su lado.
—No es necesario, de este tipo me encargo yo. Jake, vamos a llevarlo abajo y le vamos a mostrar porque no puede seguir insistiendo en ver a Bella— dijo Charlie furioso. No tenía más opción que ir. No me importaba ya lo que me pasara.
—Como digas, yo también tengo cuentas que ajustar con este imbécil— le contestó Jacob sujetándome. Me empujó contra la pared.
—Señores, no es lugar para escándalos, por favor salgan de aquí— se quejó el doctor de Bella.
Sentí una fuerte presión en mi brazo derecho, Jacob trataba de ser rudo. Con gusto le rompería la cara pero él la había salvado y sólo por eso estaba en deuda.
Estábamos por salir de la habitación cuando escuché jadear a Charlie.
—El pulso se ha incrementado— comentó el doctor a lo lejos, me giré a ver qué pasaba.
— ¿Papá?— escuché la voz suave y aturdida de Bella. Quería saltar de alegría. Sólo saber que estaba bien y que había vuelto me hacía el hombre más feliz de la tierra.
— ¡Vete Jacob!— gritó Charlie.
— ¿Qué pasa? ¿Y Edward?— cuando escuché mi nombre en sus labios me des hice del agarre de mi custodio, podría enfrentar una turba embravecida sólo por verla. Nadie me detendría.
—Aquí estoy— dije llegando a ella. Me miró y sonrió lo suficiente para devolverle la luz a mi vida. — ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo? ¿Necesitas alguna cosa?— pregunté desesperado por saber si estaba bien.
— ¿Me hablaste de un video o lo soñé?— su rostro confundido me enterneció más.
— ¿Me escuchabas?— me acerqué a su cama.
—Sal de aquí Cullen— bramó su padre. Ni aunque me ladre me marcharía. Bella lo miró dudando.
— ¿Por qué quieres que se vaya papá?— preguntó ella.
—Ya sé lo que hicieron en Las Vegas. Y exijo que este infeliz se mantenga alejado de ti— se notaban las venas en el cuello de mi querido suegrito. Si por él fuera me desaparecería.
—Edward se queda. No voy a discutir eso contigo. Ahora… por favor necesito hablar con él.
—Necesitas que te examinen y descansar— le contestó él.
—Es cierto señorita Swan, debo terminar de hacerle algunas pruebas y unos análisis más para comprobar si…— pero el buen médico no terminó de hablar.
—Quiero hablar con Edward ahora y si no salen de aquí lo haré yo misma por mi propio pie— Bella los miró ofuscada. Por fin volvía a ser ella.
—Regreso en unos minutos— se excusó el médico y salió como si llevara prisa.
—Necesitamos hablar seriamente Bella, tu comportamiento me ha decepcionado— Charlie me miró como si quisiera estrangularme. Pero sin más salió abatido.
—Hola Bella, imagino que también quieres que me vaya— Jacob habló por primera vez.
—Jake, hablaré contigo luego ¿sí?— le dijo algo avergonzada.
Escuché la puerta cerrarse y no pude evitar el impulso de correr a su lado y volver a besarla, para recuperar la alegría de vivir.

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