14 febrero 2013

Cap 2 ¿Quién llamó a la Cigüeña?



CAPÍTULO 2


UNA NOTICIA INESPERADA

—Aquí tengo los resultados Bella, pero necesito que estés preparada para lo que te voy a decir— ay Dios, la doctora Tanner me veía con semblante preocupado. Esto no era bueno, nada bueno. Ya sabía yo que esos dolores no tenían buena pinta. ¿Por qué no habré venido antes?

¡Voy a morir! Lo sé. Voy a morir, tan joven y sin haber amado… bueno, tan joven no soy y sí he amado. Pero esas dos cosas pertenecen a una triste y muy enterrada historia de amor.

Apenas tengo 23 años, no es justo, tanta gente pasa de los 80…

— ¿Bella? No es el fin del mundo a muchas mujeres les sucede— sonrió la doctora.

Creo que mi mente si estaba exagerando un poco. No había dicho cáncer, sida o alguna de esas enfermedades terminales.

—Bueno… ¿Qué es lo que dijiste que tengo?— pregunté. Ya me había dado el diagnóstico pero entiendo de medicina lo que entiendo del sistema jerárquico de las hormigas.

—Quistes Bella, son quistes— cerró mi historia clínica y me miró. ¿Eso era algo leve o no? Parecía más serio cuando me lo dijo técnicamente. ¿Y por unos quistes me preocupaba tanto? Que me los saquen y ya.

—Son muchos, tu útero entero presenta quistes y fibromas, por eso tus dolores. Necesitas una histerectomía—sentenció. Ahora si sonaba serio. Histerecto ¿Qué? Espero que esa sea la raíz de la histeria y mi carácter mejore un poco.

—¿Qué es exactamente eso Bree?— pregunté.

—Una extracción total del útero— uy, eso sonó grave. ¿Mi útero? ¿Esa no era la fábrica de bebés? O sea, ¿No podré ser madre… en el futuro? Qué triste.

—Tienes dos opciones Bella, accedes a hacerte la histerectomía ahora o después del parto— casi me caigo de mi silla. ¿Cuál parto? Ni que fuera la virgen María. Yo no estaba embarazada, de eso podía estar muy segura como que me llamo Bella Swan. La miré con cara de espanto mientras ella siguió hablando.

—Los poli quistes son frecuentes, sé que es una decisión difícil porque eres soltera y tal vez no has planeado familia aun pero es tu única oportunidad. Los dolores se volverán más intensos si esperas que pase el tiempo.

—Entonces ¿O me operan ahora o después de tener un hijo?— pregunté. Acababa de entender el punto.

—Si Bella, aun puedes ser madre. No sería un embarazo fácil pero te lo dejo como opción porque después de extraerte el útero la maternidad ya no será una opción para ti— me sonaba a sentencia.

—Debo pensarlo— dije con mi cabeza hecha un caos.

—Te recetaré algunos analgésicos para los dolores, no demores mucho tu decisión— me sonrió. Como si fuera fácil una decisión de ese tipo.

Salí del consultorio y fui a sentarme al parque. Había poca gente a esa hora de la mañana. Volví a pensar en lo que Bree me dijo. “Es tu única oportunidad. Aún puedes ser madre”.

Un niño corría tras una pequeña pelota. Su madre muy cerca lo alentaba a devolvérsela. El pequeño apenas caminaba, daba pasitos tímidos… ¿Me iba a privar de eso?

De unas manitas pequeñas que me acaricien, de unos ojitos que me miren. De un “te quiero mami”.

Un hijo… Era algo en lo que pocas veces me había detenido a pensar. Todavía tenía tanto por hacer y por vivir.

No era justo… ¿Por qué a mí?

Amo a los pequeños. Sus caritas inocentes, sus preguntas infantiles… es mí día a día. Amo ser maestra de pre escolar. Amo estar rodeada de niños pequeños.

Si me hacían la operación ahora me iba a arrepentir.

Mi vida estaba de cabeza. Otra vez. Cómo hace tanto tiempo.

Cerré mis ojos para recordar cuándo fue la última ocasión en que sentí que el destino me jugaba una mala pasada. 

0 comentarios:

Publicar un comentario