Cap 1 ¿Quién llamó a la Cigüeña?

CAPÍTULO 1

¿FOREVER ALONE?

“Noche de paz, noche de amor…” escuché nuevamente el conocido villancico, terminé de recoger los servicios de la cena de navidad. Sólo dos platos, dos dulceras, dos tenedores, dos cucharitas y un bol de ensalada. Como cada año…

Papá y yo juntos, forever....

Pero él tenía novia, incluso mi padre, un viudo maduro, tenía con quien salir a pasear.

Fui por mi regalo debajo del arbolito.

Una caja cuadrada, muy bien forrada. “Lo compró en el centro comercial” suspiré.

Hace varios años que los regalos bajo el árbol no me entusiasmaban. Mi vida había llegado a un tedio constante. Quizás debiera inscribirme en un curso especializado en estimulación infantil… o tomar un crucero.

—Gracias papá— le sonreí al descubrir una pañoleta de seda. Era la tercera… una en mi cumpleaños, otra en Halloween y ahora esta… Sólo que en diferentes colores. ¿Comprará por docena?

—Qué hermoso— dijo papa sacando el llavero que le regalé. Unas esposas de plata en miniatura. Lo compré hace unos días cuando fui a Port Ángeles a sacar cita con una ginecóloga muy buena. Ángela me la recomendó.

Yo no me sentía muy bien. Desde hace dos años, fuertes dolores antes y después de mi menstruación me hacían faltar al trabajo. Y eso no estaba bien.

— ¿Vas a salir?— pregunté.

—Eh… no. Mañana iré a ver a Sue— sonrió.

Sé que quería ir a verla pero no quería dejarme. Y no se atrevía pedirme que lo acompañe o invitar a su novia porque cree que me sentiré desplazada.

Pobre papá.

Pobre Bella también.

Si mamá viviera tendríamos un árbol verdadero que apenas quepa en nuestra sala. No este arbolito de un metro hecho de plástico. Y cantaríamos villancicos hasta quedarnos afónicos.

Pero como Renée decía: Al mal tiempo buena cara.

Estos tiempos no eran malos precisamente. Sólo que Charlie y yo extrañábamos la alegría, las risas, los cantos.

Los dos nos quedamos solos y no somos el alma de las fiestas precisamente…

Quizás la próxima navidad sea mejor, quizá el año que viene traiga muchas sorpresas y alegrías… quizás… deje de ser tan forever alone.