13 febrero 2013

Cap 17 Mi dios griego


CAPÍTULO 17

¿ES MI CULPA?


BELLA


Edward había cumplido su palabra y se alejaba de mí… cada vez más.

Eso me debería tranquilizar ya que le tenía miedo. Pero a pesar de saber que él tenía ese tipo de gustos, yo todavía lo amaba.

Él ya no me miraba siquiera, parecía indiferente, tal vez su amor no fue tan fuerte y ahora ya lo había superado.

—Eso te ganas por no aclarar las cosas— me dijo Alice antes de indicar las rutinas durante el partido contra los de Compton.

—Así estoy bien—le dije.

—Bella, no nos engañas, estas triste, ya no tienes esa chispa de antes, se te nota aunque tú no quieras reconocerlo— Rose parecía muy segura de lo que decía, a lo mejor tenía razón.

—Yo creo que te torturas en vano, no voy a poner en duda lo que viste… pero tal vez hay otra explicación, ni siquiera le diste el beneficio de la duda— Alice me arrojó nuestros pompones.

—Eso… la comunicación es básica. Mi osito y yo hemos aclarado las cosas por fin, no saben el peso que me quité de encima. Me preguntó si… bueno ya saben me pregunto por Félix. Le conté la verdad, lloré como una magdalena, me sentía tan sucia.

— ¿En serio? ¿Cómo lo tomó?— le pregunté.

—Simplemente me dijo "ahora estás conmigo, el pasado no existe" Estoy tan feliz.

—Sigo pensando que hiciste mal, a él que le importa con quienes estuviste— se quejo Alice.

—Pero es su novio ahora, es justo que lo sepa—le rebatí.

—Sí pero ¿Por qué sentirse mal? Emmett no es un santo eso se ve, Rose solo se acostó con uno, él debe haberse revolcado con cientos de chicas.

—Eso no me importa, yo quería ser sincera con él— dijo Rose pensando.

— ¡Hombres!, todos son unos machistas— se quejó la pequeña.

Oímos a las otras chicas del equipo llegar. María y Jessica iban a la cabeza, Tanya venía detrás de ellas hablando con Irina.

—Brandon, ¿cómo estás?— dijo María sonriéndole burlonamente a Alice.

—Bien. A propósito con tantas cosas se me olvidó devolverte algo— Alice caminó hacia ella. María la miró con curiosidad, entonces Alice le saltó encima y la derribó, Rose se puso de inmediato de pie, yo no sabía qué hacer.

—Que te pasa ¡Estás loca!— gemía María, Alice la soltó y se levantó.

—Quería devolverte tus bragas, le puse la colonia de Jasper para que alucines—Alice miró a las demás retándolas a acercarse pero nadie hizo nada, sabían cuan peligrosa era si se molestaba.

Alice siguió forcejando hasta dejar a María con su lencería en la cabeza, de alguna forma mi amiga había logrado ponérsela alrededor del cuello y no se la podía quitar.

—Ay… esa babosa, ya va a ver, un día de estos me voy a reír de ella, esto no se queda así— gritó, mientras que las demás le ayudaban inútilmente a quitarse sus pantaletas.

Rose sonrió y me tomó de un brazo para salir de allí.

—Alice está loca, pero le doy la razón, María me cae bomba, siempre ha tratado de estar con mi hermano— me dijo mientras trataba de no reírse.

—Sólo espero que esto no malogre nuestras rutinas— dije

Ganamos el partido con amplia ventaja, podía ver que la tensión entre María y Alice y eso no era bueno.

.

Edward seguía sin acerarse a mí, eso estaba bien… creo.

Pero no podía mentir y decir que no me importaba.

A veces manejaba hacia la playa esperando verlo pero no me atrevía a ir hasta "nuestro lugar" por temor a encontrarme con él.

Busqué información en internet acerca de ese tipo de tendencias pervertidas. Muchos psicólogos decían que era normal las inclinaciones a lo voyerista o masoquista.

El 95% de adolescentes leía pornografía. Pero ¿Por qué Edward?

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—Hagamos noche de chicas en mi casa el viernes— pidió Alice.

—Tengo una cita con Emmett, vamos a ir a bailar— dijo Rose.

— ¿Qué dices tú Bella? Ya que esta mala amiga nos cambia por un hombre— sonrió la enana.

—Bien. Ya necesito una manicure, mira— dije mostrando mis uñas, Alice se encogió con horror.

—Aleja esas garras de mí— nos reímos.

Era muy agradable pasar tiempo con mis amigas ellas me reconfortaban y hacían mi vida más soportable.

Seleccionamos películas, compramos soda y bocadillos, nos acomodamos en su alfombra y encendimos su enorme LCD con cine incluido.

Después de hacernos mascarillas y manicure, nos recostamos para ver "el cáliz de fuego" Alice decía que ese nuevo actor el que hacía el papel de Cedric estaba muy guapo.

Las escenas casi nos tenían al borde de los gritos cuando sonó el teléfono.

—Avada kedabra— dijo mi amiga apuntando con su lima de uñas al aparato que seguía sonando en un rincón de su casa. Se levantó molesta y yo puse pausa a la película.

—Si— dijo de mala gana. –No sé dónde dejé mi celular, estoy viendo una película con Bella—otra vez silencio. –Si, en mi casa ¿qué quieres?— de pronto arrugó la frente, algo de lo que le decían del otro lado la había molestado. —¿Dónde?¿Estás segura? ¿No habrás bebido o absorbido algo?— Dijo ácidamente. —No soy una loca celosa, si eso es cierto, cosa que pongo en duda, no tengo de que preocuparme yo confío en él— dijo y cortó la llamada de forma brusca.

— ¿Quién era?— pregunté.

—La loca de Heidi, se debe haber fumado alguna porquería, llamó para contarme que está en la fiesta de Jessica— dijo mi amiga molesta.

—Lo había olvidado, claro, su cumpleaños cae cerca de Halloween— dije recordado que estábamos a unos días del celebrar la noche de brujas, eso a Jessica le molestó desde niña.

—Heidi dice que Jasper y Edward están en la fiesta en este momento— Alice se veía indecisa.

— ¿Jasper?— dije tratando de no parecer interesada en que Edward también estuviera allí.

—Eso dijo. Jass no me había dicho nada, bueno tampoco me tiene que decir a donde va todo el tiempo. Sólo que es muy raro, él jamás ha mostrado interés en las fiestas de las zorras—murmuró mi amiga.

—Heidi se debe haber confundido— dije para no preocuparla.

—Solo puede estar allí por una razón— me miró cómo si hubiera encontrado el motivo.

— ¿Qué piensas?— Pregunté.

—Si está con Edward es porque lo está acompañando. Conozco a Jasper nunca me ocultaría algo así, somos muy unidos.

— ¿Por qué confías tanto en él?— la confianza que Alice tenía en su pareja era muy firme.

—Mi coronel y yo tenemos una conexión muy fuerte. Casi puedo saber qué es lo que piensa, no necesito esforzarme. Hoy estuvo algo callado, eso quiere decir que sabía que iría allí, y si me lo oculto es porque creía que yo me iba a molestar— concluyó.

— ¿Y por qué crees que Edward querría ir a la fiesta de Jessica?— pregunté con temor.

—No lo sé, ese es tu terreno, eres tú la que debería saberlo pero como eres tan obstinada y te cierras como un mejillón ahora mi Jass está allá con esas zorras— me gritó.

— ¿Insinúas que es mi culpa?—dije molesta.

—No lo insinúo… lo afirmo. Si tuvieras el valor de enfrentar tus problemas y no simplemente salir huyendo esto no pasaría, estaríamos posiblemente los seis en algún cine o en una fiesta celebrando y no aquí como hongos— me gritó.

—Pues si no quería estar conmigo esta noche no me hubieras invitado— también grité a punto de llorar.

—No puedo evitar verte sola y preguntarme ¿Por qué mi amiga que siempre fue tan valiente se esconde de un chico? Crees que lo que haces es lo correcto pero piensa Bella, solo por un momento piensa ¿Y si Edward no es culpable? ¿Y si todo fue montado? ¿Cómo crees que Edward se siente si fuera inocente y tú lo hiciste a un lado?

—Entonces ¿crees que es por mí que él está allá con Jessica? ¿Y si es porque en realidad le gustan ese tipo de chicas?¿ o si ya se olvidó de mi y sale con una de ellas?

—Entonces Jasper no estaría con él. Así de simple. Si mi Jass está allí es porque le cree y para serte sincera yo también. El otro día Edward trató de averiguar conmigo, me persiguió todo el día hasta que consiguió acorralarme, vi en sus ojos que está desesperado y atormentado…

—Tal vez no fue buena idea venir— dije y empecé a recoger mis cosas.

—Anda huye, ya se te está haciendo costumbre, soy tu amiga pero no voy a quedarme callada viendo como sufres y nos hechas a perder la alegría a todos.

— ¿Eso piensas de mi? ¿Que soy cobarde y que les causo penas a todos?—ahora sí una lágrima se me escapó.

—Bella, una relación es de dos, y se necesita mucha confianza, debes ponerte de un lado y ese siempre debe ser el de tu pareja. Hasta que no veas o compruebes que él te miente no puedes dudar o creerle a los demás. Tú no comprobaste nada ni dejaste que Edward aclare las cosas.

—Tal vez tengas razón pero… tenía miedo— empecé a llorar.

—Todos tenemos miedo pero no podemos dejar que el miedo nos tenga a nosotros— me abrazó mientras gruesos lágrimas corrían por mi rostro.

—Lo extraño Alice, me hace mucha falta— confesé.

—Lo sé, se nota. Haremos algo, el lunes a primera hora le hablarás. Le dirás lo que viste en su casillero…

— ¿y Tanya?— dije asustada.

—Yo te doy mi palabra que aunque me caiga más pesada que un saco de piedras Jasper y yo la vigilaremos, si eso te hace sentir mejor. Pero no creo que lo que te dijo sea cierto— me alcanzó unos pañuelitos. –Ay vas a necesitar unos pepinillos, los ojos se te hincharon— dijo tocando mis parpados.

—Oye, ¿no vas a ir a esa fiesta?— pregunté.

—Lo pensé. Pero para demostrarte que es la confianza no voy a presentarme allí, porque conozco a mi Jasper y sé como es. Debe estarlo pasando fatal, seguro el lunes me cuenta todo y nos reiremos mucho— sonrió.

.

El sábado y domingo mis amigas vinieron a mi casa porque teníamos ensayos con mi mamá, a pesar de tener más de 35 años mi madre era muy ágil y siempre nos ayudaba con las nuevas rutinas. Teníamos una especial que queríamos practicar, era una mezcla de hip hop y música electrónica. Sonaba fuerte y los ejercicios también lo eran.

— ¿Mi coronel se encuentra bien?— preguntó Alice a Rose.

—No lo sé, cuando vine para acá aún no se levantaba— Alice no preguntó más, se veía muy segura.

.

El lunes fui más temprano a la escuela, Alice quería sorprender a Jasper ya que él siempre era uno de los primeros en llegar. Nos encontramos con el grupo de las Denali, Tanya, Irina, Kate, Jessica, María y Lauren. Odiaba que siempre estemos divididas, pues parecía que jamás podríamos llevarnos bien todo el equipo de animadoras.

—Pero si son las vampirezas— dijo Irina derramando veneno.

— ¿Tienen convención de zorras?— dijo Alice riéndose.

—Ya basta, no se ofendan así, somos un equipo— les llamé la atención a todas, no podía permitir que volviera a pasar lo del otro día, debía ser firme hasta con mis amigas.

—Brandon sólo está despechada, es normal— dijo María.

—La única despechada eres tú, pero porque eres tan plana como una tabla— se burló mi pequeña amiga.

— ¿Porqué no se dan una vuelta por el tablón de anuncios? A lo mejor encuentren algo interesante— le devolvió María.

—Si, a lo mejor tus padres pusieron un anuncio para darte en adopción— Alice estaba empezando a molestarse lo podía ver. Y cuando mi amiga se molestaba podía parecen un volcán en erupción.

—Vas a tragarte tus palabras Brandon, te vas a dar cuenta lo fácil que es ligarse a tu querido coronel— María soltó una risotada.

—Es más fácil que los Jonas se vuelvan gays, a que mi Jasper se fije en alguien tan corriente como tú— Alice le dio la espalda y entramos a la escuela.

Caminamos rumbo a las aulas.

—Esas zorras me están colmando, un día de estos las voy a dejar calvas a todas— refunfuñaba Alice. Pronto nos cruzamos con Heidi.

—Lo siento Alice, se pasaron de la raya, lo quité pero pusieron otro— parecía alterada.

— ¿Qué pasa?— le pregunté.

—Lo del tablón de anuncios, también está en el panel de la cafetería…— Heidi miraba a Alice como si alguien se le hubiera muerto.

Alice caminó rápidamente hacia la gran pizarra que estaba doblando el pasillo.

— ¿De qué rayos hablas?— le pregunté a Heidi en voz baja mientras casi corríamos para alcanzar a Alice.

—De la foto, hay una enorme fotografía…— entonces miré el rostro de mi amiga que estaba de pie frente a los anuncios, parecía estar a punto de llorar, los labios le temblaban, jamás en todo el tiempo que la conocía la había visto en ese estado. Volteé a ver lo que sus ojos miraban y sentí un vacío en el estómago. ¿Eso es lo que pasó en aquella fiesta? Pero… Alice dijo… ella confía o al menos confiaba. Debía haber un error, tal vez la foto era manipulada, si, quizás María o sus amigas la arreglaron en su computador.

—Oh no. Allí viene Hale— Heidi me dio un codazo para mostrarme. Edward y Jasper aparecieron, parecían muy contentos y hablando de algo importante.

Escuché que Alice tomó aire con mucha fuerza y caminó hasta ellos, yo simplemente la seguí, no sabía lo que le diría ni que pasaba por su cabeza.

Quedé asombrada cuando mi amiga le propinó tal bofetada a su novio y le dijo que no volviera a acercarse a ella, luego caminó en dirección contraria, nuevamente la seguí, no podía dejarla sola. Apenas había cruzado miradas con Edward.

Alice parecía volar, casi no le podía mantener el paso, escuchamos ruidos detrás de nosotras, alguien venía corriendo.

— ¡Alice! ¡Alice! Escúchame— era Edward, se colocó frente a nosotras impidiéndonos avanzar más.

—Es mi culpa, yo tengo la culpa de eso, Jasper no tiene nada que ver…— pero la pequeña no lo dejó terminar.

—Pero no eres tú el que está en esa foto— dijo ella como si estuviera apretando los dientes.

—Yo lo llevé, le rogué que me acompañara. Lo drogaron, le pusieron algo en la bebida, cuando lo saqué de allí apenas podía caminar, no sabía que le habían tomado una fotografía, por favor tienes que creerlo, te digo la verdad— Edward parecía desesperado y yo le creía cada palabra.

— ¿Por qué debo creerte? Ni siquiera tu novia confía en ti— me dolió lo que ella le dijo, sentí un pinchazo, como si quisiera defenderlo.

—Es la verdad— dijo él visiblemente dolido.

—Yo no sé si pueda volver a confiar Edward. Tal vez fue como tú dices, tal vez no. Pero eso sucedió y delante de muchas personas ¿Cómo crees que pueda volver a mirarlo sin dudar? Sólo dile… que no quiero que me busque ni que me llame. Al menos no por ahora.

—Se lo diré— dijo él.

Vi que algunos salones empezaban a cerrarse, las clases ya casi iniciaban. Alice y yo caminamos hasta su aula. No me atrevía a decirle nada, sabía que podía responderme de forma brusca o hiriente. Simplemente me mantenía cerca para mostrarle mi apoyo, hasta que decida hablar, yo estaría allí para ella.

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Antes de iniciar la siguiente clase Rose nos alcanzó, se veía furiosa.

—Si les crees a esas zorras entonces dejarás de ser mi amiga— amenazó.

—Haz lo que quieras, ofrécele tu amistad a quien te dé la gana— Alice estaba irreconocible. No sabía que más hacer, ya me había saltado biología, no pensaba saltarme francés pero tampoco podía dejar que mis mejores amigas peleen.

—Perdóname no quise ser tan idiota, lo siento, lo siento. Compréndeme, Jasper es mi hermano y está destrozado— Rose abrazó a Alice que seguía como en otro mundo.

—Rose debo ir a clase de francés, ustedes tiene la siguiente hora juntas…

—Sí, yo me quedo con ella, vete Bella— las dejé a ambas y caminé hasta mi clase.

Edward llegó minutos después y se sentó a mi lado, era extraño, hacía más de dos semanas que no se sentaba conmigo.

— ¿Alice está mejor?— me preguntó.

—No. Parece muy afectada— dije sin mirarlo.

—Tuve que ir a dejar a Jasper a su casa, parece… devastado, me siento tan mal— lo miré de reojo.

— ¿Fue cierto lo que dijiste? ¿En verdad lo drogaron?— pregunté.

—Sí. Cuando lo saqué de casa de Jessica tenía los ojos rojos, decía incoherencias y apenas caminaba. No estaba ebrio, apenas bebió— a pesar de todo me alegraba poder hablar con él, hacía días que no oía su voz.

— ¿Qué hacían allí?— traté de no parecer ansiosa por su respuesta.

—Es… algo personal— me respondió.

—Entiendo— respondí.

—No, no entiendes, para ti es más fácil suponer las cosas— me dejó confundida lo que dijo. Estaba por responderle cuando el profesor entró.

—Buenos días. Señor Cullen veo que ocupa su antiguo lugar, que bueno. Saquen sus libros en el capítulo 8, hoy vamos a traducir literatura francesa, hagan parejas por favor— lo único que me faltaba, volver a oír a Edward hablarme en francés y poesía. ¿Sería capaz de resistirlo?

Abrí mi libro en el capítulo que nos indicó y horror. Todo era literatura romántica.

—Primero deben leerlo en francés, corríjanse la pronunciación mutuamente. Luego deben traducirlo, espero que hayan traído su diccionario. Se intercambian traducciones con su pareja para corroborar y me presentan el primer poema en una hoja— yo estaba mirando el primer párrafo que venía escrito, no tenía ni que sacar el diccionario, esto iba a ser difícil para mí.

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