13 febrero 2013

Cap 16 Mi dios griego


CAPÍTULO 16

INDIFERENCIA


EDWARD


Bella llevaba más de dos semanas evitándome. Desde la última vez que me pidió que no la molestara, sólo la veía de lejos. Mi vida era un infierno, peor que antes y ni siquiera podía entender que le pasaba.

Siempre creí que esa frase de "nadie entiende a las mujeres" era un mito. Pero hoy debía darle la razón al tipo que lo inventó.

Siento tantas dudas, cosas que dijo que no entendía además de sus temores. Ya no me miraba como antes, ahora parecía tenerme miedo.

Eso me derrumbaba por dentro, pasaba horas frente a la playa, al principio mi cabeza era un hervidero de teorías. Hoy sólo me dolía el pecho, trataba de centrarme en los estudios y sobrevivir a esto.

Si al menos me dijera que le pasa o lo que piensa. Pero sólo me rehuía. No confiaba, no me quería tanto como para abrirme su corazón.

El siguiente partido era hoy, contra la preparatoria de Compton. Una maldita hora de tortura en el autobús de ida y otra de vuelta.

Por si fuera poco, ahora Black se acercaba a hacerle conversación y ella lo aceptaba. Eso sí me reventaba.

—Eddie ya deja de torturarte— Emmett apareció en la cocina a desayunar. No dije nada porque no tenía ni ganas de hablar. — Rose no me quiere decir que le pasa a Bella, dice que se lo juró. Pero estoy seguro que Alice si hablaría si la acosas, secuestra a Jasper y pídele que confiese como rescate— bromeó.

No era mala idea después de todo, preguntarle a Alice claro, eso del secuestro sonaba ridículo.

Llegué a la escuela y vi a Bella junto a su auto. Ni siquiera intenté acercarme ya estaba cansado de que huyera de mí. Pasé cerca sin siquiera mirarla. Mi plan era sorprender a Alice y rogarle que me dijera que pasó. Así que tenía que ubicarla.

La vi en los pasillos pero esa chica era un torbellino, caminaba muy rápido entre la multitud de estudiantes y durante la primera hora de clases no la pude alcanzar.

Luego, la selección y el equipo de animadoras fuimos convocados para abordar el autobús que nos llevaría al partido.

Llegamos al lugar del evento y me fui con los chicos a calentar. El partido comenzó con Emmett y Bella haciendo varias dinámicas que no miré. Ella ya no quería hacer las rutinas en pareja como los primeros ensayos.

Fingir que no me importaba se estaba haciendo cada vez más pesado, me dolía, y mucho.

A pesar de mi tristeza empecé a jugar haciendo mi mejor esfuerzo. Ganamos con amplia ventaja porque esta preparatoria tenía a jugadores trolls. Eran muy grandes pero se movían como piedras.

Por fin pude ver a Alice al terminar el partido, conversaba con Jasper, me acerqué y él entendió, nos dejó solos aunque pude ver la duda en el rostro de la pequeña.

—Ya sé lo que me vas a preguntar y no, no puedo decirte nada— dijo aunque se veía que en realidad si quería decirme.

—Está bien, no digas nada. Pero dame pistas al menos. Sólo responde sí o no, o al menos mueve la cabeza— me dio una gran sonrisa.

— ¿Bella sigue molesta conmigo por lo de Tanya?— pregunté. Ella movió la cabeza negativamente.

— ¿Está molesta conmigo por algo que yo hice?— ella lo pensó unos segundos y movió la cabeza negativamente.

—Pero me evita— apenas asintió.

— ¿Hice algo que le molestó?— Alice se encogió de hombros. Me revolví el cabello porque nos sabía que más preguntarle.

— ¿crees que me lo dirá si la secuestro? Porque sinceramente ya no sé qué hacer— le solté de golpe. Miré al piso y tuve ganas de romper algo, estaba al límite de mi paciencia, mi autocontrol estaba disminuyendo.

—Te tiene miedo, no se te ocurra hacer algo como eso— se giró y se fue saltando hacia el autobús. ¿Miedo? ¿Qué Bella me tenía miedo? ¿Por qué?

Eso era algo que no me lo esperaba. Pero debía averiguarlo.

Camino a la escuela seguí pensando el aquello y reparé en las otras porristas. Tal vez ellas sabrían algo. Y la única manera de saberlo sería ganándome su confianza, algo muy difícil pero debía intentarlo.

Al día siguiente, busqué conversación con Jessica, no quería acercarme demasiado a Tanya y sus hermanas o sospecharían.

—Hola ¿está ocupado?— pregunté sentándome a su lado en una de las clases que no tenía con Bella.

—No. Siéntate— me sonrió.

—Te he visto en las prácticas ¿qué tal van las porras?— le pregunté.

—Bien, ya no te veo con la capitana— me miró con desconfianza.

—Prefiero no hablar de eso— miré a otro lado.

—Pues si ya no te interesa… ¿Oye quieres venir a mi casa? El viernes es mi cumpleaños— no esperaba eso.

—Pues no sé si debería. ¿Quiénes más irán?— le pregunté para asegurarme de no ser emboscado.

—Bueno el equipo de baloncesto, claro menos tu hermano, él no aceptó. Ni tampoco Hale, pero si lo traes estarán casi todos.

—No creo que sea buena idea— le dije

—No invité a los Volturi porque me destrozarían todo ¿Qué dices?— Preguntó.

—No lo sé… tus amigas…

—Déjalas a ellas con sus líos, de todas formas no le hiciste nada a Tanya— sonrió.

—Está bien, allí estaré— prometí. ¡En la que me estaba metiendo!

—Súper— dijo acercándose más a mí, afortunadamente llegó el profesor.


.


Me fui a casa aún pensando si lo que estaba haciendo era correcto. Pero necesitaba respuestas. Llamé a Jasper, no podía hacer esto sólo.

—Edward Cullen ¿eres consciente que voy a mentirle a mi novia?— preguntó.

—Si no me ayudas jamás recuperaré a la mía— le pedí.

—Bien, pero tu pagarás las facturas del hospital, si algo sale mal Alice me romperá los huesos— se quejó, reímos pero acordamos asistir a la fiesta de Jessica.

.

— ¿Un Cullen?— gritó Irina al vernos llegar. –Por todos los cielos casi esta completa la selección de baloncesto—sonrió abriéndonos las puertas.

—Vuelve a repetirme por qué hacemos esto— susurró Jasper.

—Porque necesito saber la verdad.

—Edward, si Alice se entera a dónde vine quizás no pueda tener descendencia, así que necesito tu palabra… cuando esto se sepa debes explicarle, promételo— me exigió

—Yo me haré cargo, te doy mi palabra— le respondí, él me miró más tranquilo.

—Wow, Jasper, que alegría verte— una joven de cabellos negros, largos y lisos avanzó hasta mi amigo y lo tomó de un brazo.

Mi estómago se retorció, si algo salía mal Alice me iba a matar a mi también.

—Hola María— dijo mi amigo visiblemente fastidiado.

Sonreí un poco cuando Jessica llegó.

—Edward, no pensé que cumplirías tu palabra— tomó mi mano y me guió al sofá.

—Feliz cumpleaños— le ofrecí lo que había traído para ella.

—Gracias. Eres tan atento — lo desenvolvió y casi chilló de alegría al ver los pendientes que le había comprado. Yo sólo lo consideraba una inversión por saber la verdad. Entonces Tanya apareció y al vernos se puso nerviosa pero no dijo nada.

Me ofrecieron bebidas y las acepté pero me cuidé de no ingerirlas, cada cierto tiempo me levantaba por unos bocadillos y tiraba el contenido de mi vaso en un macetero.

Pero Jessica si tomaba todo lo que le ofrecían, esperaba atento a ver los primeros indicios de embriaguez.

Para la decima copa ella se reía de todo. Yo no era bueno conversando sólo le preguntaba sobre sus gustos y eso hacía que hablara sin parar. Al otro lado del salón Jasper se veía algo abochornado, la joven con la que conversaba lo estaba acosando, mi amigo no resistiría por mucho tiempo más, sabía que en cualquier momento saldría corriendo de aquí.

La música se hizo más fuerte y muchos de los invitados empezaron a bailar.

—Bailemos por favor— me rogó Jessica. Apenas asentí. Ella se movía como si tuviera una crisis, Jasper a unos pasos me miraba molesto. Jessica parecía más ebria cada vez. Apenas se podía sostener.

—Tengo que ir a los servicios— caminó sosteniéndose de las paredes vi que Tanya la seguía.

Lentamente fui detrás de ellas y me escondí tras la puerta de una habitación.

—Eres una estúpida ¿porque lo invitaste?—le reclamó Tanya.

—Es guapo, además ya no está con la Swan.

—Eso no importa, ya sabes lo que dijo Félix…

—Hicieron el trato contigo, yo apenas ayudé.

—Jessica, ten cuidado, con esos tipos no se juega. Ya hicimos nuestra parte, y ellos pudieron reunir el dinero para sus apuestas, un paso en falso y…

—Ya cállate, la Swan no va a volver con él, quedó bien asustada, cree que es un pervertido.

— ¿No piensas verdad bruta? Crees que Cullen se ha acercado a ti porque le gustas…

—Ya cállate tonta, yo no soy una ofrecida como tu— escuché un sonido, creo que Tanya había golpeado a Jessica.

—Te pagué cien dólares para poner esas cosas en el casillero de Cullen, pero si por tu culpa se echa a perder todo te acusaré con Félix…— empezaron a forcejear

— ¿Quién mierda crees que eres para pegarme en mi casa?… y en mi fiesta, eres una zorra, miedosa… lárgate de mi casa…— salí de allí antes que me descubrieran, pero al llegar a la fiesta me sorprendí. María tenía a Jasper contra una pared, mi amigo parecía afectado por el licor, el ruido y la música. Estaba como desorientado. Pero María no perdió el tiempo prácticamente lo estaba seduciendo allí mismo, lo besaba y acariciaba sin que él hiciera nada.

—Jasper ya vámonos— le dije, me miró como si no me conociera, tenía los ojos rojos.

—El no se va, si ya te aburriste vete— me miró ella muy feliz.

— ¿Qué le diste?— pregunté al verlo como un títere.

—Nada— dijo sonriendo con malicia.

—Lo siento pero me lo llevo— tomé a mi amigo de un brazo y prácticamente lo cargué para salir.

Fui a dejarlo a su casa, todavía se veía fatal. Le habían dado alguna droga porque no estaba bien. Me aseguré de dejarlo en su cama, afortunadamente no había nadie en su casa, si Rosalie lo veía así le diría a Alice y no quiero imaginarme el lío.

Ahora sabía que algo habían hecho ellas, Jessica dijo que Bella se había asustado y Tanya mencionó mi casillero, y lo peor es que Félix Volturi estaba detrás de esto. Debía hablar con Bella sólo esperaba que me escuchara.

.

El lunes siguiente Jasper se veía más repuesto.

— ¿Te sientes mejor?— pregunté.

—Ahora sí, pero me dolió la cabeza todo el fin de semana, ¿oye hice algo malo? Porque apenas me acuerdo ¿Tanto bebí?— preguntó

—Creo que te dieron algo, parecías drogado.

—¿Averiguaste lo que pasó?— Preguntó

—Algo. Ahora estoy seguro que me tendieron una trampa, pusieron algo en mi casillero y Bella se lo creyó, pensé que tenía más confianza en mí. Los Volturi están detrás de esto y a menos que los obligue no van a confesar— sonreí por lo tonto que sonaba.

—Obligar a los Volturi, ¿Estás loco verdad?— sonrió.

—Sí. De alguna forma debo hacer que confiesen, quizás deba tenderles una trampa, no sé…— caminábamos por los pasillos de la escuela, vimos mucha gente arremolinada frente al tablón de anuncios.

—Quizás hayan colocado la relación de los próximos partidos— sonrió mi amigo.

Estábamos por llegar a ver cuando Alice y Bella nos cortaron el paso. Sin decir una palabra la pequeña se plató frente de Jasper, parecía molesta. Y, delante de todo mundo y para sorpresa mía lo abofeteó. Todos voltearon a mirar.

— ¡No te me vuelvas a acercar nunca más!— le dijo furiosa, Bella me miró decepcionada y ambas se marcharon.

Algo no estaba bien aquí, pero en cuanto miré el tablón me di cuenta, había una fotografía del tamaño de un cuaderno grande donde se podía ver a Jasper y María besándose y debajo unas letras brillantes "La pareja del mes"


Esto era mi culpa. ¿Cómo lo remediaba?

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