13 febrero 2013

Cap 14 Mi dios griego


CAPÍTULO 14 

ACCIÓN



EDWARD


Ver a Bella sus acrobacias me tenían literalmente si aliento, al principio tuve miedo que se lastimara pero luego no podía apartar mis ojos cuando hacía sus volteretas.

—Ey Eddie, reacciona, no voy a parar el entrenamiento cada vez que llegan las animadoras— el burro hablando de orejas.

—No miro animadoras— le contesté.

—Ya sé que es sólo una pero párale, necesito tu concentración— me reprendió nuevamente, Dios, en que universo mi pervertido hermano era más responsable que yo.

—En serio es difícil concentrarse— dijo Jacob llegando junto a nosotros y mirando también a las animadoras. –Antes también se me iban los ojos, hasta que conseguí asegurarme a una— se me revolvió el estómago y sentí bilis.

—Creí que estabas sólo— le dijo Emmett mirándome extrañado.

—Sólo es una pelea tonta, le estoy dando tiempo para que se dé cuenta que no puede vivir sin mí. Es súper celosa, no resiste que nadie se me acerque y eso hay que educarlo— definitivamente quería matar a este tipo. –Debe acostumbrarse a verme con otras chicas, tengo muchas amigas, no puedo andar siempre al lado de Bella, tengo vida— soltó una asquerosa carcajada y se fue dando botes al balón, sabía que lo hacía para provocarme.

—Sujétame antes que el equipo sufra una baja— pedí, Emmett abrió los brazos para que no avanzara hacia Black y le estampara mi puño.

—Tranquilo Eddie, respira, recuerda las clases de yoga— las benditas clases que tomamos dos años atrás.

— ¿Yoga? ¿Tu aprendiste algo allí?— le increpé pues se la pasó coqueteando con la entrenadora y Esme nos retiró cuando se dio cuenta.

—Claro, conocí los yogasmos— dijo sin ningún remordimiento y me jaló al centro del campo de juego, eso al menos me dio algo que pensar para olvidarme de Black.

Después del entrenamiento fuimos a ensayar las dinámicas que Bella debía realizar con Emmett, no podía dejar de sentir un ligero malestar, sabía que era mi hermano, que no estaba interesado en ella pero sólo verlo tocándola se hacía difícil de digerir. Afortunadamente ella perecía querer que Emmett y Rose realizaran la dinámica.

En cuanto pude me ofrecí a hacer una demostración, Bella era muy ligera y me fue fácil lograr terminar los malabares, de hecho me encantó.

Jasper, Rosalie y Alice se marcharon, mi hermano Bella y yo nos quedamos un rato más para seguir practicando.

Un rato después escuché los groseros comentarios de los Volturi. Jacob y Quil venían con ellos.

Me obligué a permanecer sentado y tratando de mantener la calma, sólo eran unos tontos tratando de provocarnos. Podía manejarlo, si todo empeoraba podíamos irnos, no tenía intenciones de pelearme delante de Bella.

Pero lo que comenzó cómo simple provocación fue subiendo de tono, Emmett ya no podía seguir ignorando a esos tipos.

Cuando Jacob tomó bruscamente a Bella me irritó más que todas las tonterías que decían los Volturi.

—No la toques— por primera vez me plantaba delante de él, ya era hora de hacerle saber que Bella no era su chica.

— ¿Vas a dejar sólo a tu hermanito?— el otro Volturi me desafiaba.

Miré a mi hermano, pronto necesitaría mi ayuda, jamás se le dio bien pelear.

No sabía qué hacer, no quería dejar a Emmett solo pero no iba a permitir que ese… perro se lleve a Bella.

—Ve a ayudar a Emmett— Bella parecía a punto de llorar, se deshizo del agarre de Jacob y salió corriendo del gimnasio.

Al fin, sin ella todo sería más fácil.

Entonces Demetri me empujó, casi caigo al piso.

—Ahora si te voy a romper tu carita de niño bueno, vamos a hacer puré de Cullen— escupió al piso.

—Ya párale, Demetri, deja que Emmett y Félix arreglen sus asuntos solos ¿por qué te metes con Edward?— le increpó Quil.

—Porque el llorón de Jake no puede hacer que su novia vuelva con él. Mira cachorrito, Jake, a ti te hablo pedazo de imbécil. Así se recupera a tu mujer. No le compras flores, ni chocolates, te sale más barato darle en los huevos al que se interpone. Les das tan duro que no va a volver a intentar nada con tu hembra— se acercó a mí. Yo estaba preparado.

—Demetri, los van expulsar del equipo, al menos pégale fuera del colegio— Jacob se veía algo asustado.

—El equipo, es todo lo que te importa, eres igual de pendejo que nosotros, nada más te portas bien para que piensen que eres un niño bueno. Lárgate de aquí antes que me den ganas de regalarte a ti también Jake marica. Y detén a la zorrita, mas te vale que no nos acuse o se muere— se abalanzó hacia mí.

Lo esquivé y corrí al lado de Emmett, de un solo empujón le quité a Félix de encima. Escuché un grito.

— ¡Ya basta! Yo mismo los acusaré si siguen con eso— Quil se interpuso en el camino de Demetri quien rápidamente le puso las manos en la espalda.

— ¿Quieres morir? Lárgate antes que te saque la cabeza, hoy quiero sangre— Demetri lo soltó.

—Vamos Quil, deja que ellos se las arreglen, salgamos de aquí— Jacob tiraba de su amigo.

—Pero los van a matar, Jake, hagamos algo— le pedía su amigo.

—No hay nada que hacer. ¿Quieres que nos golpeen a nosotros también?— salieron y cerraron la puerta.

¡Por fin un poco de privacidad!

—Así que dos contra dos. Qué tal si les damos ventaja Félix— decía Demetri. —Primero tu y luego yo, hay que jugar con la presa— soltó una carcajada, a mi lado Emmett tenía un labio hinchado y el uniforme roto.

—Que tal si nosotros nos turnamos— dijo mi hermano sonriendo. –Les doy dos minutos con Edward, si sobreviven se enfrentarán conmigo ¿Qué dicen?— Emmett estaba muy contento. Los dos Volturi rieron de buena gana.

— ¿Que no vas a ayudar a tu hermanito?— preguntó uno de ellos.

—Técnicamente Edward es mayor que yo y no voy a ayudarlo ¿Qué clase de hermano sería si le quito la diversión?— Los Volturi se miraron confusos.

—Me gusta. Primero acabamos con uno y luego le damos al otro. ¿Qué dices Félix?

—Esto va a estar de lujo. Yo quiero romper esa cara. Ok, sin demora. Yo pido de la cintura para arriba— contestó Félix.

—Le voy a las piernas, ya no vas a poder jugar baloncesto— Demetri se lanzó hacia mí, trató de barrerme pero salté, apenas puse un pie en el suelo aproveché para patearle la cara ya que se había agachado mucho. Rodó por el suelo pero se inmediato se levantó.

—Bastardo, pendejo, vas a conocer porque me dicen demoledor— se agazapó y trató romperme una pierna con una patada directa a la rodilla, me agaché tomé su pierna y lo lancé por los aires. Fue a caer metros más allá.

Entonces sentí un abrazo por detrás. Era el otro Volturi. Rápidamente puse un pie detrás de los suyos y lo empujé hacia atrás. Lo levanté un poco para que le doliera más el golpe y lo solté de espaldas. Me alejé de ellos que todavía estaban en el piso.

—Eso, vamos ¿Quieren más?— Gritaba Emmett eufórico, vino hacia mí y chocamos puños.

—Así que el pequeño Cullen sabe pelear— Demetri ya estaba de pie, Félix se levantaba sobándose la espalda.

—Claro imbécil, cuando yo entrenaba baloncesto ¿qué creen que mi hermanito hacía? Ahora váyanse si no quieren que les eche encima a Eddie. Y no quiero volver a oírte decir nada sobre mi novia— amenazó a Félix.

—Esto no acaba. Vamos a ver si puedes contra los dos. Luego seguimos contigo "osito"— Demetri se lanzó contra mí, ambos estaban ahora en posición de combate, así que yo también me puse en guardia, apenas atacó, elevé el puño de mi oponente y clavé mi codo al lado de su cuello sobre su clavícula y lo giré antes que el otro Volturi me golpeara.

Si fuera uno contra uno sería más fácil.

Apenas derribé al primero esquivé una patada en el abdomen que Félix me dio. Caminé de lado y corrí, atrapé su cabeza con mis piernas y lo derribé tuve cuidado de dejar una de mis piernas detrás de su cabeza para no matarlo pero el golpe lo dejó fuera de servicio.

—Uno fuera— gritaba Emmett sentado en las gradas.

Demetri apareció de pronto, vi con que pierna me iba a patear y bloqueé su patada con la misma pierna, cambié de pierna y le di de lleno en su punto débil, eso hizo que cayera hacia delante de bruces.

— ¡Eddie, Eddie!— gritaba Emmett. Deje que mi oponente se levantara y atacara primero. –Wow esto se pon bueno— mi hermano estaba más que feliz de observador.

Me distraje una milésima de segundo, tiempo suficiente para que Demetri me tomara del cuello, al parecer estaba fuera de forma, estos primeros meses sin practicar me estaban pasando factura.

Sentí que el Volturi quería estrangularme, así que le pisé un pie, cuando se agachó por el dolor aproveché para llevar una de mis manos hacia su cuello y jalarlo hacia atrás, barrí sus pies y cayó de cabeza. También quedó inconsciente como su hermano, sólo que al último tal vez le saldría un gran chinchón en la cabeza pero no lo había derribado tan fuerte como para causarle algo serio.

Me levanté e hice una reverencia. Nunca debía terminar una pelea como si nada, mi maestro decía que no debíamos perder la educación y las buenas costumbres, ni siquiera con un enemigo.

—Te tardaste más de 3 minutos y te agarraron del cuello, un punto menos para ti Eddie— decía Emmett con los brazos cruzados detrás de su cabeza, al parecer este asunto le divertía mucho.

—Ni siquiera moviste un dedo y tú empezaste todo. Cállate o tú sigues— lo amenacé. Ni siquiera se inmutó.

—Para que esforzarme si tu solito podías con ellos y con los ojos cerrados. Además tenías que golpearlo, no puedo permitir que se exprese así de mi Rose— iba a responderle pero oí abrirse la puerta y el entrenador entró corriendo, se quedó en medio del gimnasio mirándonos con cara confusa.

— ¿Qué le pasó a los Volturi?— preguntó. Emmett se levantó.

—Pues les dimos su merecido, mire como me dejó el uniforme— claro, ahora si el grandote se ufanaba.

—Casi te parten el labio ¿estás bien? ¿No tienes ningún hueso roto? Déjame revisarte, te quiero entero para el partido— el entrenador se desvivía por atender a su estrella.

Vi entrar a Bella, se detuvo sorprendida ante los hermanito que yacían aún en el piso, me miró y corrió a mis brazos, temblaba y lloraba.

—Te quiero, te quiero, te quiero— la escuché decir y me sentí tan bien. Limpié su rostro, no me gustaba verla llorar.

—Yo también te quiero. Tranquila, te prometí que no dejaría que me lastimen— y tampoco dejaría que nadie la tocara.

— ¿Qué pasó? ¿Qué les hicieron?— preguntó mi novia señalando a los tipos en el suelo.

—Les dimos una paliza— Emmett caminaba pavoneándose.

Varios alumnos entraron al gimnasio y vieron la escena, unos rieron, otros estaban asombrados. Pero ninguno parecía molesto, todos estaban complacidos.

.

Al día siguiente los Volturi no aparecieron, dos días después nos anunciaron que fueron suspendidos de la escuela un par de semanas, el entrenador había intercedido para que no nos acusaran de nada a Emmett y a mí. El partido sería el sábado, así que entrenábamos varias horas y luego nos dábamos un tiempo para perfeccionar las dinámicas.

La profesora de gimnasia aprobó la presentación que le hicimos, en ella, Alice y Jasper iban al centro, Emmett y Rose a su izquierda y Bella y yo a la derecha. Aunque eso rompía la tradición de la rutina entre los capitanes.

Fue un partido sensacional pero lo que más me gustó fue tener todo el tiempo conmigo a mi novia.

Regresamos a la escuela felices pero me tardé porque no quería dejarla ir, fui el ultimo en quedarme en los vestidores cuando escuché risitas tontas. Me apuré en ponerme la camiseta. Entonces me sorprendí de ver a una de las animadoras parada junto a mí.

—Hola Edward— me sonrió. Era Tanya, una rubia irritante.

—Tal vez no sepas leer, pero allí hay un cartel que dice vestidores para varones, a menos que hayas engañado al colegio los últimos 18 años— me aparté un poco para pasar no tan cerca de ella.

— ¿Siempre eres así de sarcástico?— su voz parecía triste. Pero ya había oído muchas de sus "hazañas" como para creerle.

—Sólo digo lo que pienso, si eso te parece sarcasmo lo siento— seguí avanzando y sentí que me abrazaba por detrás, instintivamente la reduje y la dejé en el suelo, apenas la toqué.

— ¡Auxilio! ¡Ayuda!— gritó histérica, se revolvió el cabello y se rasgó el diminuto uniforme, entonces salieron dos de sus compañeras de detrás de otros casilleros, una rubia y otra de cabellos muy negros.

— ¡Déjala! ¡Suéltala! ¡Ayúdennos!— Gritaron, yo estaba en shock, en mi vida había visto tal despliegue de hipocresía.

— ¿Qué pretenden?— pregunté sin inmutarme. Escuché pasos acercarse.

—Eres un pervertido— me gritó Tanya.

—Mejor no te digo lo que pienso de ti. Responde ¿qué te propones?— sabía que me tenían ahora en sus manos, la escena fue planeada, serían tres contra uno.

En cualquier lugar les creerían. Algunos estudiantes llegaron, otros salieron de las duchas solo con una toalla. Yo tenía las manos en los bolsillos de mis pantalones.

— ¿Qué pasa aquí?— gritó el entrenador.

—Fue él, me atacó, yo venía a ver a Jake y me atacó…— Tanya empezó su interpretación, debería dedicarse a la actuación ya que como animadora era patética.

—Llegamos a tiempo entrenador, lo vimos todo— dijo una de ellas, creo que era hermana de Tanya.

— ¿Qué hizo señor Cullen?— me dijo él.

—Nada. Pero imagino que la palabra de las tres será más válida que la mía. Así que me pongo en sus manos.

—Acompáñenme a la dirección, todos— gritó.

Antes de irme vi que Jacob nos miraba, no me había dado cuenta de dónde salió, sonrió levemente.

Llegamos al despacho del director, yo fui retenido en otro privado. Escuchaba el llanto de Tanya del otro lado. También la voz chillona de la profesora de gimnasia.

Estaba en líos. Me tuvieron allí casi media hora. Después me hicieron pasar al despacho dónde estaban mis padres. Esme apenas me miró vino hacia mí y me tomó de la mano.

—Señor Cullen, estamos deliberando cual será su castigo. Obviamente esto no se puede quedar así— me dijo con dureza el director. –Ya había tenido noticias de su carácter violento y ahora esto.

—No ha oído todavía la versión de mi hijo— Esme estaba como una fiera.

—He oído la versión de las tres señoritas. La víctima, la señorita Denali ha sido llevada al departamento de psicología debido a su crisis nerviosa. ¿Qué más pruebas quiere, traía el uniforme desgarrado?— le encaró el director.

—Hijo, queremos oírte. Sin importar lo que nos digan, nosotros te creemos— dijo Carlisle.

Les relaté la forma en que había ocurrido todo pero el director me miraba escéptico.

— ¿Me dice que ella sola se rompió el uniforme? ¿Cree que soy tonto?

—No. Usted les cree a ellas porque son mujeres y aparentan ser las víctimas. No tengo pruebas ni testigos para defenderme. Es sólo mi palabra— concluí.

—Edward jamás miente— dijo Esme.

—Pues tendré una entrevista con los demás chicos y con los profesores. Deliberaremos si su hijo debe ser expulsado o no. Esto es una falta muy grave. Por lo pronto queda suspendido hasta nuevo aviso— sentenció el director.

Salimos de su oficina, fuera estaban muchos de mis compañeros, algunos me miraban sorprendidos. Yo sólo quería encontrar a Bella.

—Vámonos Edward, luego la llamas— mis padres me llevaron hasta el estacionamiento. Esme subió a mi auto y fuimos a la casa. Llamé a Bella a su celular y a su casa pero no me respondía.

Sólo esperaba que su confianza en mí sea más sólida que la mía, hace unos días atrás yo no había tenido en ella la misma fe que ahora necesitaba.

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