20 enero 2013

Capitulo 37



CAPÍTULO 37

PARIS VS ROMEO

BELLA
Llegué a casa y me encerré en mi habitación. Uno de los policías se quedó fuera de mi puerta por instrucciones de Charlie.
Sabía que la hora había llegado. La hora en que debía decidir si me quedaba o me iba de casa.
Yo quiero muchísimo a mi padre pero no puedo permitir que vuelva a pasar nada parecido a lo de hoy. No soportaría otro enfrentamiento entre él y Edward.
Me senté en mi cama e hice una revisión mental de todas las cosas que había en mi habitación. Cada una era un recuerdo, solo espero que al irme pueda llevarme conmigo sólo los buenos. No quiero recordar a mi padre con esa mirada asesina.
Quiero llevarme los recuerdos de mi niñez, las pescas en el lago, los paseos en el coche patrulla, esos donde me sentía la niña más importante de Forks por poder jugar en un auto así. Las noches en que papá me leía cuentos y se dormía junto a mí para que no tuviera pesadillas.
Charlie ha sido un padre bueno, sólo que ahora estaba fuera de sí. Ojalá regresara otra vez mi papito de siempre, ojala pudiera mirarme como lo hacía cuando era niña.
Busqué entre mis cosas personales y llené una mochila, un neceser con objetos de limpieza, dos mudas de ropa. Me coloqué el abrigo más grueso, mientras algunas lágrimas caían por mi rostro.
Entonces encontré el prendedor que me había dado Edward hace tiempo.
Me lo puse en el pecho lo aseguré bien para no perderlo, le di vueltas a la flor intentando encenderlo. No sabía si él podría salir pronto de la cárcel, tal vez sólo debíamos esperar a que Leah despierte y pueda testificar. Pero eso puede tardar y no estaba dispuesta a ser arrastrada por papá a un lugar incierto.
¿A dónde ir?
No podía presentarme en casa de los Cullen, sería el primer lugar dónde me buscarían.
Sólo me quedaba una opción: Mamá. Edward sabría encontrarme con ella. Debía salir de Forks, de Washington y llegar de una u otra manera a Phoenix. Vi por la ventana que el auto de papá acababa de llegar. No tenía tiempo, el guardia que estaba en mi puerta bajó a recibirlo y aproveché en salir de allí. Fui a otra habitación y me escondí.
— ¡Bella no está!— gritó papá furioso al no hallarme.
—Señor no he abandonado su puerta.
—Entonces habrá salido por la ventana ¿Qué no piensas?
—Buscaré fuera señor.
—No. Si se ha ido, ya debe estar lejos. Salgan con las patrullas, denle alcance a los autobuses que hayan partido de Forks, no debe llegar aún a Port Ángeles. Den la alarma como si tratara de una fugitiva, que la detengan.
Los policías abandonaron la casa de inmediato. Papá entró nuevamente en mi habitación y aproveché para deslizarme lentamente por los pasillos. Bajé las escaleras, quería llegar a la puerta lateral de la casa. Atravesé la cocina, Sue no estaba, seguramente había ido al hospital a ver a su hija. También la extrañaría a ella, me había tratado con mucho cariño siempre, me ayudó con mis tareas de escuela hasta que pudo. Y Leah, me daba mucha tristeza, Jacob había sido tan canalla.
Sólo me faltaban unos metros para llegar a la puerta, correría con todas mis fuerzas atravesando el bosque hasta llegar a casa de alguna de mis amigas y poder conseguir un auto para salir de Forks.
Sentí unos brazos sujetarme por la cintura, unos brazos que no me eran familiares en absoluto. Me apretó fuerte y me levantó del suelo sin problemas. Comprendí que no era nadie que yo deseaba que me rescate y antes de que me tapara la boca grite con todas mis fuerzas.
—Cállate o tendré que golpearte— dijo Jake tapándome la boca.
Me resistí, traté de patearlo y llegar a su rostro para clavarle las uñas pero no alcanzaba. Escuché pasos detrás nuestro, su agarré se debilitó, me escurrí pero caí sentada en el suelo.
— ¿Cómo pudiste Jake?— gritó papá encendiendo la luz.
—Charlie, no sé lo que te hayan dicho, pero es mentira en serio, sólo quiero que Bella esté a salvo.
— ¿Por eso quieres llevarte a mi hija como un delincuente?— gritó mi padre.
—Apártate Charlie, me la llevaré por las buenas o por las malas— amenazó.
— ¿Por qué? ¿Por qué has hecho todo esto? Leah es una buena chica, es como mi hija, su padre me la encargó y no debiste…
—Leah se lo tomó todo muy en serio, le dije que debía cuidarse, tú entiendes Charlie. Pero yo me casaré con tu hija, pase lo que pase, Bella será mía— intentó sujetarme nuevamente.
—No. Tú no sabes cómo tratar a una mujer.
—Al menos no dejaré que me abandonen como un idiota.
—Bella no se va a casar contigo, no volverás a ver a mi hija, ni tu… ni ese…
—Ah, ya te diste cuenta… a mi no me la va a quitar ningún Cullen, mi pueblo no me va recordar como un cornudo ni voy a dejar que los demás se rían de mi como lo hacen contigo. Un hombre debe tener bien puesto los pantalones, los que le faltó a tu padre para matar a la perra de tu madre, o a ti cuando la mujerzuela de tu esposa te abandonó. Yo no soy un estúpido Charlie… de mi raza nadie se burla— antes de que pudiera seguir arrastrándome para huir Jacob levantó algo pesado que tenía al lado y golpeó a mi padre.
Grité son todas mis fuerzas, quise levantarme y correr pero no llegué muy lejos, nuevamente fui tomada por la cintura. Pataleé, pero me puso algo oscuro en la cabeza, no podía ver nada. Muchas veces llamé a papá pero no oí que nos siguiera. Ojalá aquel golpe no haya sido fatal.
Fui colocada bruscamente en el asiento de algún auto. No era el auto de Jake, los asientos eran duros. En cuanto dejé de sentir sus manos en mí, busqué desesperadamente sacarme aquel trapo de la cabeza pero nuevamente sus manos tomaron mis muñecas y me amarró al asiento, seguí forcejeando pero sólo conseguía que la soga me lastimara.
Cuando terminó de atarme subió al asiento del conductor y arrancó.
—Eres un desgraciado Jake ¡Suéltame!— grité.
—No. Primero voy a hacerte mi esposa, después te encerraré hasta que pueda matar al idiota de Cullen. No voy dejar nada a la suerte esta vez, yo no seré como el imbécil de James Swan.
— ¿Quién?
—Tu abuelo, el padre de Charlie. El esposo de Marie. Todavía se le recuerda por cornudo. Toda su vida tuvo que soportar las burlas de los demás hasta que se murió de bilis. Es el destino de un hombre débil. Yo no voy a perder contra un Cullen, creo que eso lo aprendí mejor que Charlie— soltó una carcajada.
—No te entiendo— me calmé porque seguir forcejeando era en vano y me quitaba el poco aire que pasaba a través del saco de tela con que Jake me había envuelto la cabeza.
—No entiendes nada pequeña Bella. Y no entiendes porque el cobarde de tu padre nunca quiso que supieras la verdad del pasado.
— ¿Y tú si sabes?— dije entre dientes.
—James Swan crió a Charlie y a mi padre. Sí, Billy y tu papá se criaron juntos. El gran James, era el jinete más rápido de Forks, el hombre más rudo del pueblo, podía matar un venado con sus manos. Y no pudo conservar a su mujer. Tu abuelo les hizo jurar a Charlie y a Billy que desaparecerían a todos los Cullen, sea como sea. Pero Charlie es un imbécil, ni siquiera se atrevió a contarle a su tierna hijita, la verdad. Es blando y la gente blanda merece ser aplastada— soltó una cruel carcajada.
— ¿Qué piensas hacerme?— pregunté temerosa.
— ¿Hacerte? Tú eres una carnada Bella. La mejor de todas y mira que yo sé de pesca. Sé que vendrán por ti. Esos idiotas correrán tras nosotros.
—No Jacob, no… por favor déjalos en paz, yo… me casaré contigo… podemos irnos juntos. Muy lejos de aquí pero no hagas nada…— rogué, supliqué; solo quería a Edward fuera de todo este mar de odio.
—Eso mismo dijo tu abuela pero no pudo mantener su palabra, en cuanto el cara pálida volvió se olvidó hasta de su hijo.
—Entonces no me casaré contigo, me negaré. No puedes obligarme— grité.
—No puedes. Tú tienes sangre quileute. Estás supeditada al mandato del jefe, mi padre. Y él puede elegir quienes se casan, según nuestras tradiciones el matrimonio será válido, incluso legalmente, no necesito que aceptes— soltó otra carcajada.
— ¿No te importa que te aborrezca, que me des asco y que nunca quiera estar contigo?
—Yo no soy un violador como tu abuelo, las mujeres a mi me buscan. Ya vendrás suplicándome algo, sólo tendrás que pagar el precio.
—Nunca. ¡Preferiría morir a estar contigo!— grité.
—Eso lo veremos. ¿Serás capaz de ver morir a tu cara pálida?— me quedé helada ante la pregunta. Por Edward yo haría cualquier cosa. —Nunca he entendido que le ven las chicas a ese desabrido, si es un estúpido, francamente.
—Él es un hombre, no un animal como tú. Edward es gentil, amable y correcto con todo el mundo—repliqué
— ¿Me vas a decir que es correcto si se la pasaba en tu cuarto todas las noches? ¡Qué correcto! ¡Qué gentil! ¿Te pide permiso para desvestirte?— su risa era ensordecedora. –"Bella me das permiso para quitarte la blusa" "Bella me permites quitarte las bragas" "Disculpa Bella se me viene el…" No claro, él es tan correcto diría… voy a eyacular— soltó otras de sus risotadas. Estaba siendo tan grosero, así hablaba con sus amigos pero era un lenguaje que yo aborrecía.
—Como dije, Edward es un hombre y tú nunca dejarás de ser una bestia.
—Me aseguraré que el marica ese nunca vuelva a tocarte— gruñó.
—Él nunca me ha tocado. ¡Me respeta!— grité.
— ¿En serio? No lo puedo creer— volvió a reír. — ¿Lo ves? Es un marica, no te hace nada porque no sabe cómo hacerlo— siguió burlándose.
— ¿A dónde me llevas? ¿A La Push?— pregunté.
—No, a un lugar más antiguo. No quiero que te vean en la reserva, el bueno para nada de Sam armaría uno de sus shows sobre moral.
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EDWARD
—Edward, debemos detenernos, necesito revisar un libro— dijo Jasper.
— ¿Un libro?— pregunté intrigado.
— ¿No íbamos a salvar a Bellieta? ¿Qué has traído, una guía para Romeos principiantes?— le reclamó Emmett mirándonos por el retrovisor ya que Jazz le había cedido el volante de su auto negro. Algo muy extraño.
—En cuanto supimos que te habían detenido busqué entre tus cosas, encontré esto— dijo mostrándome el lapicero y los audífonos.
— ¿Has oído algo?— pregunté alarmado.
—Si, al principio todo estuvo en silencio pero luego escuché muchas cosas. Creo que no te va a gustar. Bella tiene el micrófono del prendedor encendido— mi amigo se veía preocupado.
—Quiero oír— reclamé presuroso.
—Black se ha llevado a Bella, fue lo último que oí antes de entrar por ti a la delegación.
— ¡Entonces iremos a La Push!— grité.
—No se la ha llevado allí, dijo que irían a un lugar más antiguo, seguro que a otra ciudad o ruina de su pueblo. Traje un libro de historia quileute— encendió la luz y buscamos algún mapa que nos indique ruinas u otro lugar histórico. —Acá está, cruzará el río al norte en la antigua ciudad de Makah. Edward hay más.
— ¿Qué más? Vamos hacia allá a toda velocidad—dije desesperado.
—No. Debemos pedir ayuda, es difícil llegar allí y necesitamos a alguien que nos guíe.
—No irás a llamar a mi padre, debemos ir allá, ahora— me quejé. Si mi Bella estaba en manos de ese desgraciado, cada segundo contaba.
—Escucha Edward. Jacob se va a casar con Bella, hoy, para eso se la lleva, seguro que su padre estará allá.
— ¿Qué? ¿Cómo que se van a casar? Eso no es legal— grité.
—Sí, si los casa el jefe de su tribu, si será legal.
—Pero Bella… oh no, Bella es…
—Sí, también es quileute, ellos pueden probar que su abuela era nativa.
—Hay que llamar a Sam Uley— dijo Em muy serio.
— ¡Claro! Sam. Él podría guiarnos, debe conocer muy bien la zona. Pero no tengo su número— se quejó Jasper.
—Llámalo— dijo Em arrojándonos su móvil. –La primera vez que hicimos vencidas y me ganó le pedí que me entrenara, me dio su número— dijo Emmett sonriendo.
Jasper marcó, de inmediato se comunicó con él y le dijo cosas que a mí no me había mencionado, quedaron en que nos encontraríamos en el puente así que tomamos otro camino más corto.
—Jazz no me dijiste que Black golpeó a Charlie— le dije lentamente.
—Será mejor que lo oigas, ahora ya no se escucha nada, parece que le quitaron el micrófono o Bella está lejos— me alcanzó el reloj donde se grababan las conversaciones, me coloqué los audífonos y oí aquella grabación.
No podía contener la ira que me embargaba a medida que aquel audio avanzaba.
Me sorprendí cuando Black hablaba sobre el abuelo de Bella, no sabía que Charlie Swan y Billy Black habían crecido juntos, ellos habían jurado acabar con nosotros y vaya que el destino había vuelto a poner las cosas igual que antes, creo que mamá tenía razón, los patrones se vuelven a repetir. Pero esta vez no será así, no dejaré que Bella sea la esposa de ese bruto, por la forma como le hablaba, las cosas que decía merecía que le rompieran el hocico.
Minutos después encontramos a Sam en su camioneta en el puente del río Quileute. Descendimos aunque yo quería continuar, rápidamente Jazz le explicó. Él se me acercó.
—Sé lo de ustedes, Bella se lo dijo a mi prometida hoy en el pueblo. Billy no tiene derecho a torcer las leyes de la tribu, cuando esto pase pediré a los ancianos que sea destituido. Vamos por tu Bella, el camino es difícil ¿Tienen planes sobre lo que harán después?— nos preguntó a todos.
—Somos 4, no sé si Billy tendrá gente para defenderse— dijo Jazz.
—Seguro que si, cinco o seis de los amigos de Jake. No portan armas de fuego sólo sus hachas y lanzas. Tengas cuidado son diestros con el hacha pero por favor, esos chicos no tienen culpa de nada, no quiero que nadie salga herido, trataré de convencerlos primero— dijo Sam como todo un líder preocupándose por los demás.
—Bien, si no te hacen caso tendremos que ponerlos a dormir— dijo Em.
—Edward tú sólo debes preocuparte por Bella, la sacas de allí como puedas, creo que deberías llevarla a Port Ángeles, no regreses a Forks. Llamaré a la estación de policía para ver si ya encontraron a su jefe herido, ojala no sea nada grave pero si ya se levantó irá por su hija y no quiero que te pegue un tiro para recuperarla— dijo Jasper.
—Iremos a Port Ángeles— le dije.
—Pero allí no se pueden quedar, Charlie los encontrará rápido— dijo Jazz pensando.
—Le avisaré a papá, veré si puede recogerlos de Port Ángeles en un par de horas, debe tener al menos un helicóptero en ese aeropuerto— comentó Em.
—Sí, necesitamos que Richard nos ayude. Edward, apenas estén fuera de peligro llama a Esme, debe estar muy preocupada— me aconsejó Jazz y asentí, mis padres deberían en estos momentos saber de la fuga.
—No sería mala idea llamar a la policía— dijo Sam.
— ¿Por qué?— preguntó Em.
—Si Charlie sabe lo que le quieren hacer a su hija no tendrá misericordia con Jake ni con Billy— respondió el quileute.
—Yo le llamo— pedí. Me alcanzaron un celular y marqué el número de la policía. De inmediato respondieron.
— ¿Me pasas con el jefe Swan? Es urgente, sobre su hija— solicité, pidieron que esperara. No mucho después un agitado Charlie Swan respondió.
— ¿Quién es?— gritó.
—Soy Edward Cullen señor.
— ¿Cómo tienes el descaro de llamar después….?— no lo dejé terminar.
—Jefe Swan, no le voy a pedir disculpas por lo que hice. Black tiene a Bella y voy tras ellos
—Yo sé que Jake tiene a Bella, estoy saliendo para La Push— me gritó.
—No están en La Push. Estoy en el puente del río Quileute, creo que la tiene en la antigua ciudad de Makah…— traté de explicarle
— ¿Estás loco?— me gritó.
—El señor Billy Black, los casará esta noche—
— ¡No! Eso no es posible, ese mal nacido no puede…— gritó furioso.
—No dejaré que lastimen a Bella. Estoy con Sam Uley, estamos a punto de llegar donde ellos están. Por favor venga pronto— pedí.
—Cullen… esto no cambia nada entre nosotros…
—Yo amo a su hija jefe Swan, es lo único que le puedo decir. Lo siento, no fue a propósito, no fue planeado…
— ¡Sólo mantenla a salvo! Llegaré allí lo más rápido que pueda, no dejes que…
—Nadie la lastimará se lo juro— corté.
Subimos a los autos, yo me subí a la camioneta de Sam que parecía la más rápida, Emmett se maldecía por no haber traído su Jeep, cuando fueron a sacarme de prisión no habían pensado donde acabaríamos.
Pasaron unos quince minutos, yo seguía con los audífonos puestos, saqué el lapicero espía y fui apuntando hacia el bosque en busca de voces. El prendedor de Bella seguía sin funcionar, estaba preocupado de pronto cuando apunté con el lapicero hacia una colina oí una conversación.
"Me da miedo Quil creo que es la policía, yo me voy, no debemos tener a Bella así, su papá nos va a matar"
"Sí. Es la primera vez que no pienso seguir a Jake. Billy se volvió loco ¿Cómo los va a casar? Las bodas en la reserva son pactadas y arregladas por la familia pero siempre que los dos quieran, esto es descabellado"
"¿Quién cuida la entrada?" preguntó uno de ellos.
"Jared y Paúl, pero Paúl ya se arrepintió, está allí porque le tiene miedo a Billy"
Le indiqué a Sam de dónde provenían las voces.
—Esa es la entrada a Makah, el antiguo pueblo que aniquilado. Es aterrador que quieran celebrar una boda aquí en plena noche— estacionó el auto y seguimos a pie, Jazz y Em se nos unieron, Sam iba por delante con los larga vistas que me había dado el coronel Withlock.
Al llegar Jazz derribó a uno de los guardias y Em al otro, Sam y yo seguimos avanzando por un camino de piedras que conducía a una especie centro.
Allí, en medio de ese círculo de piedras y al lado de una fogata estaban los Black y Bella.
Quería despedazar al desgraciado, mi Bella tenía las manos atadas a su espalda, sin abrigo ni suéter, con una túnica delgada.
Su mirada perdida en el cielo me hacía sospechar que algo extraño le habían dado. Billy Black hierbas al fuego, pero olía a estiércol.
—Todavía no le pone el lazo, ni las pinturas— murmuró Sam. –Hay cuatro chicos más en cada esquina— señaló a cuatro figuras.
—Emmett y yo podemos con ellos, Sam ve por Billy y tu Edward…— no dejé que Jasper terminara de hablar.
—No tienes ni que decirlo— murmuré.
Corrimos hacia ellos, yo no miré a ningún otro lugar que no fuera Black pero a medida que avanzábamos, de la nada salieron otro grupo de hombres. No sabría decir si eran quileutes, estaban encapuchados.
Nos cortaron el paso.
Sin pensar o titubear nos lanzamos contra ellos, los otros quileutes vinieron a unírseles. Pronto Sam y Emmett había reducido a dos cada uno, Jasper los hacía rodar y yo también tiré un par al suelo. Miré hacia la fogata, rápidamente Billy Black puso una cuerda en las muñecas de su hijo y de Bella que acababa de ser desatada. Con algún tipo de pigmento les marcó el rostro a ambos.
Al verme, Jacob se levantó del suelo, tomó a Bella en brazos y corrió hacia la oscuridad. Quise seguirlos pero uno de los hombres me cortó el paso de un golpe, lo tumbé sin ningún reparo, a estas alturas ya no me importaba si hería a alguien.
Corrí tras ellos, estaba a tan sólo unos metros. El la subía a una camioneta grande, parecida a la de Emmett pero más vieja. Le di alcance antes de abordara en el asiento del conductor.
Lo empuje contra el auto.
— ¿Así que viniste de todas formas? Tarde Cullen, tarde. Ahora ella es mi esposa— me dijo sonriendo.
—Eso no fue una boda desde ningún punto de vista y aunque tuviese valor, no me importa— le aclaré.
—Se me había olvidado que a los Cullen no les importa salir con mujeres casadas— volvió a sonreír. Me dio un empellón para soltarse, le volví a cerrar el paso hacia su vehículo.
— ¡No dejaré que te la lleves!
—Quisiera matarte antes de consumar mi matrimonio porque eres el bicho más insoportable que hay. ¡Prepárate!— se agazapó.
Siempre supe que así terminaríamos un día, peleando. Esta sería nuestra batalla personal.
Esperé que atacara. Se lanzó con tanta fuerza que cayó sobre mí, me tomó del cuello. Sentí que el poco aire que tenía dentro había salido con el golpe y ahora no podía respirar.
—Acéptalo Cullen, no eres rival para mí. Al menos tendrá un hombre de verdad y no un niño, yo la haré feliz— sonreía asquerosamente.
Sentía que la ira recorrer mis venas, como si toda mi sangre hirviera, cada músculo y nervio de mi cuerpo reaccionó.
Pude sacar una de mis piernas y le di una patada en el pecho. Cayó de espaldas hacia atrás, me levanté de un salto y llegué hasta él, lo levanté y le di un buen golpe de puño en el rostro. Quería dejarle una marca para que me recuerde.
Lo dejé en el piso, traté de bordear la camioneta para llegar a Bella pero Black enredó un pie entre mis piernas y caí. Inmediatamente sentí un golpe fuerte en el costado y me encogí de dolor, sabía que no se detendría y seguiría aprovechándose de su posición. Rodé hasta que pude levantarme también.
Lo miré fijamente, sus ojos parecían los de un animal herido. Volvió a abalanzarse sobre mí, esta vez no lo esquivé, yo también me arrojé hacia él, nuestros cuerpos chocaron como dos rocas. De allí en adelante sólo me quedó arremeter contra él, de todas las formas conocidas, con toda la fuerza que me fue posible, hasta que por fin Black cayó y no se levantó.
Mi rostro sangraba, sentía hinchado el pómulo derecho. Me acerqué a él antes de irme.
— ¿Te crees muy hombre por la fuerza que tienes? Ser hombre no significa acostarse con todas las mujeres que puedas. Un hombre de verdad ama con toda su alma, lucha por lo que quiere y respeta a los demás. En un verdadero hombre se puede confiar… y nadie, nadie confía en ti.
Rápidamente corrí hasta dónde estaba Bella. Ella tenía los ojos muy abiertos, había presenciado todo.
—Siento que vieras eso amor. Ven conmigo— dije tomándola entre mis brazos, se aferró a mí con todas sus fuerzas.
La llevé al auto de Jasper teniendo cuidado en no caer o resbalar, no quería soltar la preciada carga que llevaba.
Las llaves estaban en el auto, coloqué a mi novia en el asiento del copiloto, la arrope con una manta. Ya en el auto ambos le limpié el rostro con rapidez y le puse el cinturón de seguridad. Antes de partir me alcanzó Jazz.
—Edward, Sam dice que hay otro camino, tienes que ir hacia al norte por aquel sendero, llegarás a la autopista en una hora. No te detengas, Richard llamó, ve directo al helipuerto, está a la derecha del aeropuerto de Port Ángeles. El jefe Swan no tarda en llegar, se oyen sirenas a lo lejos.
— ¿Están todos bien?— pregunté antes de irme.
—Sí, los tenemos a mucha gente atada, eran policías contratados por Billy. Emmett está que no cabe en si por su demostración de fuerza.
—Despídeme de él, aún no sé qué haremos al llegar a Port Ángeles— le confesé.
—Sólo cuídense. Nos veremos antes de lo que piensas hermano— juntamos los puños.
Salí de allí a toda velocidad, con una sola idea fija. Nunca, nunca me volverían a separar de Bella, ya no podía vivir lejos de ella.
Unas docenas de millas más adelante me detuve unos minutos para acomodarla mejor. Aún no recuperaba la lucidez pero sus ojitos parecían cansados.
Sabía que pronto se le pasaría el efecto de lo que sea que le hayan dado y podríamos hablar de todo lo sucedido y tomar decisiones para nuestro futuro.

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