19 enero 2013

Capitulo 28



CAPÍTULO 28

CARRERA DE CABALLOS

BELLA
Ver a Jasper en acción era impresionante, si antes había quedado impactada en La Push cuando en menos de 10 segundos derrotó a su adversario, ahora tenía la boca abierta.
Bajé muy feliz a premiarlo, te tenía mucha estima, además de ser amigo de Edward era el novio de una de mis mejores amigas.
Al regresar a mi lugar crucé miradas con Edward, se veía grandioso, traía una camiseta blanca muy pegada al cuerpo, un pantalón vaquero oscuro ajustado y botas negras.
Los nervios me consumían, la siguiente prueba era la suya.
Tomé asiento. Desde mi posición podía ver todo lo que pasaba. Jasper se unió a sus amigos pero no pasó mucho tiempo antes que se escabullera, apenas vi su espalda cuando se perdió entre los autos del estacionamiento.
Jacob, Quil y Embry conversaban a un lado, el primero parecía darles indicaciones, hacía muchos gestos con las manos, algo se traían, estaba segura. Sólo me quedaba esperar.
Todo lo que se usó en la competencia anterior fue retirado del campo. Poco a poco la gente fue llegando, parecía que ésta era la competencia que atraía más curiosos.
"Los participantes de la carrera de caballos presentarse en la zona de partida" oí por el altoparlante.
No me importaba si ganaba o perdía sólo quería que regresara a salvo, la distancia era larga y atravesaba el bosque, llegaba al territorio Quileute. Según tenía entendido, para demostrar que habían llegado hasta el punto más lejano debían traer un banderín amarillo que se encontraba custodiado por varios jueces que habían salido para allá hace más de una hora.
Todos los jinetes se acercaron a la partida montando sus caballos, Edward venía con un precioso ejemplar blanco. Cerca de él, Quil y Embry traían sus caballos castaños, Jacob caminaba a su lado con mucha arrogancia con su montando a Sombra, su potro, que siempre pregonaba era de raza árabe. Collin y Brady también participaban, con un caballo pinto y uno zaino respectivamente.
Erik y Tyler también se unieron a la competencia. Me sorprendió ver a Ben Chenney caminar al lado de un precioso alazán. Pronto se reunieron todos y los jueces los colocarlos en el punto de partida.
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JASPER
Antes que Edward fuera por su caballo salí sin ser visto directamente al estacionamiento de la escuela, allí tenía mi moto. Quería hacer esto más justo, pues nuestros adversarios eran unos tramposos comprobados.
Recorrería todo el circuito para quitarle obstáculos a mi amigo.
Tomé otra ruta para no ser detectado, me interné en el bosque y encontré el camino por dónde en unos minutos ellos pasarían.
Todo parecía normal, nada extraño. Manejaba muy lento, observando cada árbol o matorral sospechoso. Pasé por una curva sinuosa, una de las ramas del árbol más grande cruzaba el camino. Me detuve a verla con cuidado, allí arriba habían pequeñas ramas rotas. Bajé de la moto y trepé como un puma. Donde nacía aquella rama había una red.
¡Me lo suponía! ¡Trampa!
La quité y tuve mucho cuidado en poner aceite transparente a lo largo de la rama para que el tramposo tuviera una buena lección, cuando regrese a tomar su lugar.
Seguí mi camino cuando oí voces. La moto no hacía ruido porque le había puesto un silenciador muy bueno pero de todas formas la apagué. La escondí y caminé a gatas buscando de dónde venían esas voces, parecía más una discusión.
— ¡No voy a hacer esto Kevin! ¿El gran Jake no puede ganar sin "ayuda"?
— ¡Si no hacemos esto Billy se molestará con nosotros!
— ¿Y qué va a pasar cuando Jake no llegue al pueblo, acaso los jueces no se darán cuenta?
—Uno de los jueces es de los nuestros, Billy sabrá convencerlo.
—Sigo pensando que es trampa y no quiero hacerlo. Qué se busquen otro.
—Los demás están participando, somos los únicos que quedamos. Ve al lugar que te mostré hace un rato y espera a que pasen, Cullen vendrá en último lugar porque Jake le tiene algo preparado en la partida. Le echas encima la red y lo pones a dormir. Me avisas en cuanto lo tengas para sacarlo del camino.
— ¿Y tú que vas a hacer?
—Tengo que colocar el banderín antes de los obstáculos para que Jake lo tome y regrese antes que los otros competidores.
—Es trampa— se fue vociferando el más joven de los dos.
Debía prevenir a Edward antes que partiera. Miré mi reloj, faltaban cinco minutos. Antes debía encargarme de estos sujetos.
Esperé a que se separaran y tomé al más joven, tendría unos 16 años, lo tumbé y lo puse a dormir. No lo golpeé sólo porque estaba en contra de hacer trampa por eso usé algo de cloroformo.
Fui por el siguiente, no había caminado mucho, ni siquiera supo lo que le pasó. Le quité el banderín y me lo llevé como souvenir.
Tomé mi celular y marqué.
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Edward
Desperté muy temprano y fui por Charlie, mi caballo. En estos pocos días nos habíamos hecho amigos. Quería cepillarlo para que esté reluciente.
No era un pura sangre y apenas en unos meses sería considerado un caballo adulto, aún tenía 4 años, era un potro.
Nuestra primera carrera. Ambos éramos novatos. Había decidido que no usaría máscara porque sabía que le gustaba mirar por dónde iba y no se asustaba. A pesar que mi padre se opuso, tampoco usaría silla de montar, eso incrementaría el peso y no quería forzarlo, sólo le pondría una brida muy sencilla que no tenía metal ni esas horribles embocaduras, Charlie disfrutaría de esta carrera tanto como yo.
Moría de ganas de ver a mi hermosa novia que hoy estaría aún más radiante. Jasper me inscribió temprano en la mañana yo debería llegar media hora antes de la carrera para asegurarme que ninguna persona se le acerque a Charlie, lo asuste o le haga daño. George me prestó su remolque para llevarlo.
Llegué cuando anunciaban la competencia de nudos, fui a darle mi apoyo a Jazz. Nos sorprendió a todos con una actuación de lujo, digna de un experto pero no se quedó a celebrar por mucho, desapareció misteriosamente. No me preocupa cuando hace eso ya que él es misterioso por naturaleza.
Me acerqué a la línea de salida, los quileute conversaban sospechosamente, mirándome, Black hacía señas y daba indicaciones. Sería extraño que intentaran algo durante la partida con tanta gente mirando. No se atreverían.
Fuimos ubicados en el lugar que nos correspondía, tenía a Call y Ateara a los lados, eso me dio mala espina.
Emmett conversaba animadamente con otros compañeros de escuela. Lo vi contestar su celular y me miró.
"Vamos a dar inicio a la carrera de caballos, los participantes ya están en sus posiciones. Se les recuerda que el camino está perfectamente marcado. Deberán llegar a la reserva quileute donde les entregarán un banderín como prueba que han hecho el recorrido completo. Se les exhorta a mostrar caballerosidad y buen trato en todo momento, ésta es una competencia amistosa" escuché por los altavoces.
Los tipos a mi lado soltaron una carcajada cuando oyeron la última parte de las indicaciones.
Emmett me hacía señas desde su asiento pero no podía acercarse porque estaban a punto de dar la partida. Pero tan desesperado parecía que creí saber. Algo tenían que ver los dos quileutes que estaban conmigo.
Si al dar la partida salía muy rápido, tal vez podría dejarlos atrás, lo cual me haría competir desde el primer momento con Black. Ese no era el plan, debería hacerles creer que no era peligroso y mantener perfil bajo hasta después de la mitad de la carrera.
"Preparados, listos. ¡Ya!"
Todos salieron tan rápido, ni siquiera me dio tiempo de decidir. Algunos chocaron entre sí, Ateara y Call de alguna forma terminaron uno sobre el otro a escasos 30 metros.
Eso era lo que planeaban, no estaban aquí para correr sino para dejarme fuera de la competencia.
Pasé a su lado y me despedí de ellos, los demás me llevaban una considerable ventaja.
—Vamos por ellos amigo— le pedí a Charlie que ajustó el paso a velocidad de carrera.
Pronto alcancé y rebasé a tres jinetes, era fácil para Charlie ya que tenía toda la fuerza y el ímpetu de la juventud. Con cada participante rebasábamos le hacía una caricia como felicitación, no era necesario forzarlo y menos usar el fuete, nunca había usado uno, me parecía un abuso por parte de una persona golpear a un animal. Y Charlie parecía entender, sentí que gozaba esta carrera tanto como yo.
El camino era angosto y sinuoso. Llegamos a una gran curva y sobrepasamos a dos competidores más. No veía aún a Black, había oído que su caballo era muy veloz.
Salimos a campo abierto a una llanura con pocos árboles, visualicé a Black me llevaba unos 300 metros de ventaja, detrás de él iban otros dos quileute, sus largas cabelleras oscuras los delataban.
—Vamos por el perro sarnoso, Charlie— grité, mi amigo apuró el paso.
Fui pasando uno a uno a los que tenía delante. Me acercaba peligrosamente a la punta.
El bosque se hizo espeso otra vez, estábamos cerca de la reserva. Vi a lo lejos que los quileute en sus caballos saltaban el primer obstáculo, medí cuidadosamente la distancia para que Charle no tuviera problemas pero no fue necesario él sabía muy bien hacer sus saltos, así que sólo me dejé llevar.
Fueron 5 obstáculos cada uno más alto que el otro. Debía recordarlos bien para el camino de regreso.
Más adelante visualicé varias personas formadas en línea, traían varios banderines amarillos en las manos.
Black tomó el suyo y se giró muy rápido para regresar, al pasar a mi lado me miró molesto pensé que se burlaría de mí creo le preocupaba mi presencia.
Bajé la velocidad para recibir el banderín de manos de un juez quileute pero cuando estuve a punto de tomarlo se le resbaló y fue a dar al suelo. Con mucha paciencia hizo ademán de agacharse, no vi intenciones de querer hacerlo en realidad así que con un rápido salto llegué al piso, tomé mi banderín y volví a mi caballo en menos en un instante.
—Gracias— le dije y continué el camino de retorno.
Calculaba que ahora Black me llevaba más ventaja. Seguí cabalgando y pasé los obstáculos nuevamente ya sólo teníamos a cuatro jinetes entre Black y nosotros.
Cuando llegamos a campo abierto Charlie apuró la marcha, le gustaba correr. Sobrepasamos a dos jinetes y nos acercamos a escasos metros de Black. Uno de ellos volteó y me vio, disimuladamente disminuyó el paso para ubicarse a mi lado.
—Maldito Cullen, La Push está prohibido para ti—lo reconocí del Pub a dónde había ido la semana anterior.
Traté de dejarlo pero mantuvo el paso, con su fuete comenzó a darle golpes a Charlie que se relinchó en protesta.
— ¡Desgraciado perro cobarde!— le grité furioso, lo bloqueé con mi brazo, pronto mi camiseta blanca empezó a teñirse de un rojo brillante.
Charlie sentía lo que pasaba, relinchó muy fuerte, me agarré a las riendas, avanzó rápido hasta colocarse delante del otro caballo y elevó las patas traseras una y otra vez.
El otro caballo se asustó y tiró al quileute de su silla. Apenas me giré a verlo, mi corazón latía mucho, no podía creer lo que acababa de pasar.
—Gracias amigo, te debo una— acaricié su cuello, él emitió un sonido bajo, parecía que se reía.
Seguimos corriendo cada vez más rápido los dos quileute estaban más cerca ahora, poco a poco les di alcance, estaba a un metro detrás de ellos pero entramos en un sendero.
—Es tuyo Collin— oí decir a Black pero el jinete tenía la vista fija en la pista.
— ¡Collin ve por él!— grito Black furioso.
— ¡Yo también quiero ganar! ¡Arregla tus problemas solo!— le respondió su supuesto amigo.
— ¡Me las pagarás!— lo amenazó Black. Aminoró el paso hasta ubicarse a mi lado.
Sacó algo de entre sus ropas, tan rápido que apenas lo noté. Lo que sea que fuere me cegó, me ardía la vista y solté una de las riendas.
Estaba perdido, sin mirar no podría terminar la competencia, debía aminorar el paso.
— ¿Creías que sólo tus amiguitos tenían juguetes? Nadie me quitará a Bella, ella es mía. ¡Díselo a tu amigo!— me gritó, escuché como se alejaba, nada podía hacer. Me incliné hacia delante para poder restregarme ambos ojos.
—Compañero no estoy bien. Debemos parar— le dije a Charlie pero no me hizo caso.
— ¿Crees que puedes hacerlo sin mí?— relinchó furioso. Lo tomé por un sí.
—Está bien, hazte cargo por un momento, me recuperaré pronto— el potro aumentó la velocidad, yo seguí abrazado a él, traté de controlarme y no tocarme los ojos. Forcé algunas lágrimas para echar fuera lo que sea que me haya arrojado el perro.
Funcionó, poco a poco paró la comezón y el ardor disminuyó, abrí los ojos, poco a poco me erguí otra vez.
Ya faltaba poco para llegar, los veía muy cerca, Black estaba peleando con su compañero. Al igual que hizo conmigo, le arrojó algo al rostro, lamentablemente el otro quileute no tuvo tanta suerte y soltó las riendas.
Cayó de su caballo de forma estrepitosa, Charlie saltó sobre él para no pisarlo. Contra mi voluntad me detuve. No podía dejarlo allí, si estaba grave debería ayudarlo, era una competencia amistosa después de todo.
Me dolía en el alma dejarle el camino a Black pero una vida era más importante que una carrera. Me giré y tuve que obligar a Charlie que quería seguir corriendo.
— ¡Vamos sigue! ¡No te detengas! ¡Ve por él!— me gritó el muchacho desde el suelo. No parecía grave su estado.
Mi caballo no lo pensó dos veces y empezó a galopar como si su vida dependiera de eso, parecía que volábamos, nunca lo había visto correr tanto.
Pronto vi la espalda de Black que con el fuete en la mano castigaba a su caballo para obligarlo a correr más rápido.
Salimos del bosque, yo iba unos metros detrás de él, escuché los gritos de la gente a lo lejos.
Escuché nombre por el altavoz pero no tenía idea de lo que decían, el viento zumbaba en mis oídos, Charlie corría con todas sus fuerzas, me incliné hacia delante para susurrarle frases de aliento, estábamos al mismo nivel que nuestros oponentes y poco a poco como en cámara lenta fuimos sacándole ventaja, primero una cabeza, medio cuerpo y cruzamos la meta.
— ¡Lo hicimos amigo! ¡Lo hicimos! ¡Pero tú eres la estrella!— acaricié a Charlie para felicitarlo, se oía feliz y el muy vanidoso levantó la cabeza varias veces como agradeciendo los aplausos.
"Edward Cullen y su caballo Charlie, ganan la carrera" oí por el altavoz.
Sólo esperaba que el padre de Bella no se lo tomara a lo personal. Nos giramos para regresar hacia los jueces. Lo primero que hice fue dirigir la vista hacia ella. Sonreía tan feliz. Miré a Black de reojo, estaba furibundo, bajó de su caballo y lo echó de su lado.
— ¡Eddie! ¡Hombre nos tuviste tensionados!— Emmett llegó saltando. Bajé de Charlie, sabía que mis amigos querrían felicitarme.
—Bien hecho compañero. Ten, límpiate la cara— Jasper me alcanzó un pañuelo.
—Gracias amigos, fue más difícil de lo que esperaba.
—Y eso que limpié el camino antes de empezar. Que bola de tramposos ¿Qué te echaron en los ojos?— preguntó Jasper.
—No sé, pero arde— contesté.
—Ve a lavarte y cámbiate la camiseta— me alcanzó una mochila, corrí a los servicios.
Limpié la sangre de mi brazo, le puse ungüento que encontré en la mochila de Jazz. Lavé mi rostro, mis ojos se veían irritados pero bien podía ser por el viento. Me puse una camiseta oscura y salí. Emmett me dio a Charlie y nos dirigimos a la premiación.
Llegamos, subí a un pequeño pódium, en ningún momento solté a Charlie. Bella se acercó con una medalla y un collar de flores.
Le indiqué que debía premiar primero a mi amigo y sonrió. Charlie relinchó feliz cuando le pusieron su collar de flores.
Luego Bella se acercó a mí. Tuve que refrenar mi impulso de darle un beso, estaba tan bonita. Me colocó la medalla tratando de contener su alegría y retrocedió rápido.
Todos aplaudieron, mis amigos gritaban y silbaban. A lo lejos el jefe Swan me miraba fastidiado. No sabía si por haber ganado, por haber derrotado a su favorito o porque mi caballo se llamaba como él.
Mis padres vinieron a felicitarme, junto con el verdadero dueño de Charlie, mi tío George.
—Edward, amor ¿Te encuentras bien?— Mamá se dio cuenta que tenía los ojos muy irritados.
— ¡Felicitaciones! aplícate esto— papá sacó un pequeño frasco de su bolsillo. ¡Genial! Colirio o algo así, lo necesitaba.
—Felicidades campeones, yo tenía fe en ustedes. Emmett y yo acabamos de ganar una buena cantidad— dijo el tío George.
—George no deberían apostar—le llamo la atención mi madre.
—Es que no pude negarme, estos dos potros tienen tanta fuerza y hacen buen equipo, son de lo mejor que he visto en mucho tiempo Esme— me alejé de ellos y los dejé discutiendo.
—Nunca te olvidaré amigo, prometo ir a visitarte y correr por el bosque siempre que pueda—le dije a Charlie que acercó su cabeza y la recargó en mi hombro.
Estaba tan feliz, mañana iría por Bella, no dejaría que otro llegue primero que yo. Si debía pelear por un beso suyo, lo haría.

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