19 enero 2013

Capitulo 24



CAPÍTULO 24

ACOSADO

BELLA
Había sido la noche más romántica de mi vida y no tenía que ver nada con la tonta serenata que me trajo Jacob.
Edward tenía una voz divina, todavía podía escuchar su canto si cerraba mis ojos.
El día comenzó bien, mis amigas llegaron temprano para quejarse con mi padre sobre la mala forma en que habían sido apartadas de mí. Charlie les dijo que podían acompañarme a todas partes aunque se negó cuando le pedimos dejar de ir con Jacob a la escuela.
Me ponía de los nervios que Lauren y Jessica andarán siguiéndolo a mi novio. Jessica era muy descarada pero Lauren rayaba en lo vulgar. Sabía que sólo faltaba un día de clases y ellas harían lo posible por ganar, debía hacer algo o estar preparada para ver si triunfaban. Eso no me gustaba
Prefería hacer algo, no se los iba a poner tan fácil, nadie trataría de besar a mi Edward sin salir ilesa.
Papá había traído los folletos del festival y me pareció interesante algunas de las competencias. Los últimos años sólo había asistido a ver algunos juegos, no participé en ninguna porque no me llamaban la atención.
Pero hace dos años Charlie montó en cólera por una competencia que él llamaba inmoral. Yo no la presencié pero Rose me había contado que al doctor Amor, el que supuestamente debería ser el moderador y controlar el orden se había excedido en sus funciones y habían dejado que los participantes prácticamente se desvistan frente a medio pueblo.
Miraba la televisión con mi padre cuando llegó Jacob a visitarnos, ya me estaba cansando que llegara sin avisar todos los días.
— ¿Que hay Charlie? Bells— saludó, yo sólo lo ignoré.
— ¿Ya no traes música hoy?— dije, me pareció ver que mi papá sonreía.
—Dudo mucho que algún músico quiera que lo contrate de ahora en adelante—se quejó.
— ¿Quieres hablar con Bella?—preguntó papá. Estaba a punto de salir corriendo de allí.
—No… Charlie quería hablarte de algo. Verás... los chicos y yo estábamos pensando que… tal vez podrías dejar que se realice ese juego que se canceló el año pasado. Creo que con un buen doctor Amor…
— ¡No! Ese juego no tiene nada de provecho— reprochó papá. Me daba gusto verlo molesto con Jake.
—Es que tal vez, no sé, podríamos ser sólo hombres los que juguemos… es sensacional con chicas pero creo que si jugáramos sólo varones…
—No se desvestirán en público.
—Es mi último año soltero Charlie, no creo que pueda jugarlo el año que viene. Los chicos están entusiasmados…
— ¡Y te enviaron a convencerme!— papá estaba a punto de explotar.
—No. Vine porque creo que es mi deber. Mira podemos hacerlo en un lugar cerrado, como el gimnasio del colegio y el Doctor Amor puede ser un adulto, digamos un padre de familia para que no hayan dudas, las chicas pueden ver, pero no jugar… ¿Qué dices?
—No estoy seguro, déjame conversarlo con algunos padres…
—Tengo una carta con firmas que hemos reunido en La Push— dijo tendiéndole dos hojas.
—Veo que ya lo tenias planeado… ¿Y esto?—dijo observando la segunda hoja.
—Es de mi padre, nos toca a los de la reserva decidir quién será la princesa a rescatar, hemos decido este año será Bella— dijo mirándome, mi rostro no cambió en nada, la noticia no me atraía en lo absoluto.
— ¿Estás de acuerdo con esto hija?— preguntó papá.
— ¿Acaso importa lo que yo quiero?—dije sin emoción.
—Tiene que ser ella Charlie, será todo un reto, sólo los campeones entraremos a esa competencia y pues… el ganador, el que logre llegar a la torre, tendrá derecho a pedirle un beso—dijo guiñándome un ojo. Hice un gesto de asco que sólo Jake vio.
— ¿Un beso? ¿Cualquiera podrá besar a mi hija en público?— ups a papá era muy celoso.
—Yo seré el ganador Charlie, no tienes de que preocuparte.
—Qué lástima—dije poniéndome de pie. Salí de allí sin decir más, ya estaba harta de ser tratada como un objeto, ahora me quería convertir en trofeo.
.
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EDWARD
—Yo creo que puedo apuntarme a esto—gritaba Emmett mirando el programa con las competencias.
—"El Búfalo Loco" sí, eso te cae como anillo al dedo— decía Jasper.
—Yo aún no sé en qué inscribirme— confesé.
—Es obvio, cabalgas bien— respondió Em.
—No es suficiente la técnica, es una carrera, no se tiene encuentra el estilo sino la rapidez.
—Es ida y vuelta hasta La Push, muy peligroso—meditaba Jasper.
—Además no tengo caballo— dije, no estaba convencido de poder participar.
—Yo me anoto en los nudos, es uno de mis pasatiempos favoritos—decía Jazz.
—Eddie, debes ganar en alguna competencia, acá dice que si no eres uno de los ganadores no podrás participar del rescate de la princesa ¿Dijiste que sería Bella no?— preguntaron.
—Ellos no estaban seguros, no sé.
—Bueno, quedan otras, tal vez en la de comelones, la de tiro al blanco, armar tiendas indias… hay una para medir fuerzas, en esa también me anoto—Em parecía tan entusiasmado.
Al otro día salimos temprano, yo sabía que era el último día de clases en la semana y la apuesta de Jessica y Lauren estaba por llegar a su fin, así que me puse más granos que el día anterior.
Apenas llegué a la escuela, Lauren tocó la ventana de mi auto, me sorprendí de que trajera una ropa tan diminuta.
— ¿Puedo entrar?—dijo tratando de parecer sensual.
—Mejor yo salgo— dije bajando del auto.
—Hola Ed, me preguntaba si no querías salir esta noche, mi padre es dueño de un Pub y pues tal vez podríamos ir a tomar algo.
— ¿Tu padre atiende en ese Pub?— pregunté.
—Claro que no pero todo el mundo va allí, los viernes, es día de camisetas mojadas.
—Lo siento, no me gusta desvelarme, mañana tengo que salir muy temprano con mi padre— mentí y le dije lo primero que se me ocurrió.
—Espero que nos acompañes, quizás tu amigo grandote quiera venir, hay competencia de vencidas.
—Le diré, gracias—dije alejándome de allí, al parecer ni todo el acné del mundo no podría detener a esa chica.
Mis amigos me habían abandonado al verme con Lauren, así que caminaba sólo cuando sentí que varios brazos me empujaron y mi espalda dio contra la pared.
— ¿Crees que somos idiotas?— Quil Ateara me tenía sujeto del cuello, sus amigos me miraban amenazantes.
—No creo— dijo sereno. –Estoy seguro— sonreí.
—Eres un cabrón Cullen ¿Qué diablos nos hiciste ayer?—preguntaron.
— ¿Yo? No sé de qué me hablan— me hice el inocente.
—Carajo, ya escupe o te lo sacaremos a golpes.
— ¿Tú y cuantos más?— pregunté mirando fijamente a Black.
—Déjenlo, es mío. Vamos a deformar esa carita— me preparé para su ataque, sus amigos se alejaron un poco, Black se cuadró y elevó los brazos.
— ¿Algún problema señor Cullen?— la voz del director me sorprendió, ya estaba listo para esquivar a Black.
—Sólo tres pero muy pequeños— dije mirando a cada uno de mis atacantes.
—Sólo estábamos ayudando a nuestro amigo Cullen— dijo Ateara.
— ¡Que gentil por su parte! Les recuerdo que han sido suspendidos hace poco y esta semana se ganaron una papeleta. Una sola queja más, fuera o dentro de la escuela y van a tener que graduarse el año que viene. ¿Les quedó claro caballeros?— dijo mirándolos.
Ellos simplemente agacharon la cabeza y asintieron.
—Señor Cullen vaya a clases— dijo el director.
Caminé sin voltear, tendríamos que dejar esto para otro momento pero tarde o temprano el enfrentamiento sería inevitable.
Llegué a la clase y me senté cerca de mis amigos.
— ¿Y esa cara guapo?— rió Em.
—La jauría casi me muerde—confesé.
—Pensé que estabas rompiendo corazones no que te querían romper la cara— Em seguía riéndose a costa mía.
—Más o menos, Lauren me invitó al Pub de su padre esta noche, dice que hay fiesta de camisetas mojadas y competencia de vencidas— le sonreí, Em era un adicto a ese tipo de competencias en Seattle, acá no había tenido oportunidad de demostrarnos su fuerza bruta.
— ¡Pues vamos! Tú coqueteas con las rubias y yo rompo un par de brazos—decía mostrando sus músculos.
—No vamos a ir a un antro sólo para demostrar que tus músculos están más desarrollados que tu cerebro—anotó Jasper que permanecía sentado y muy erguido tal y como le había indicado mi padre.
Vimos como llegaban Black y sus amigos como siempre detrás de Bella y las chicas.
—Bella, paso por ti esta noche, me esperas lista— dijo él antes de que ella se sentara con Alice. Ella lo miró con cara de interrogación. —Anoche no terminamos de hablar, le pedí permiso a Charlie para llevarte conmigo al Palace, hoy hay competencia de vencidas y retaré a Sam—dijo muy seguro de sí mismo.
— ¿Así que de todas maneras iremos por allí verdad?— Emmett me sonrió desde la carpeta delantera. No quería ir pero si Bella iría, yo también aunque sea a mirar, ya vería la forma de sacudirme a las rubias, tal vez llevaría una cebolla como último recurso.
No sé porque las clases se acabaron tan rápido, así es cuando no quieres que el tiempo pase…
Por la tarde pedimos permiso para salir, mi padre no estaba muy convencido pero no quería romperle el corazón a Emmett que se veía súper entusiasmado con la competencia.
Llegamos tan temprano al Pub que ni los mozos habían estaban. Me sorprendí de ver a Lauren en una cortísima minifalda y con unos zapatos que parecían zancos.
— ¡Edward viniste!— gritó lanzándose a mí, Em sonrió y se llevó a Jasper a una mesa.
—Emmett estaba interesado en la competencia de vencidas, yo no me quedaré mucho— dije para no ser descortés.
—Esta noche bailaré en la tina—dijo contoneándose, sonreí le hice un gesto y me fui con mis amigos.
—Pueden hacer el favor de no dejarme solo con esa—les reproché.
—Lo dice el hombre que tiene una novia que está comprometida con otro… relájate compañero, deja que una de esas rubitas gane su apuesta para que te dejen en paz, mira allí viene la Jessica, no deberías fomentar rivalidades entre amigas— dijo riendo.
—A veces eres tan idiota —le dije muy molesto.
—Tranquilos, ya cambia esa cara Edward y tu Em déjalo en paz, ya me gustaría verte en la situación de Ed, no lo resistirías—nos llamó la atención Jazz.
Nosotros simplemente giramos nuestros rostros en direcciones diferentes.
—Ya basta, si no estamos unidos perdemos, ¿No saben que juntos somos más fuertes?— nos volvió a hablar, siempre él parecía la voz de nuestras conciencias, si es que Emmett tenía una.
—Ok, lo siento Eddie, ya sé que eres recontra sensible y que no te gustan las chicas.
—No soy sensible y si me gustan las chicas… bueno sólo una…
— ¿Quieren que los obligue a abrazarse?—amenazó Jazz.
—Uy, rubia a las tres…— Emmett señaló a mi derecha, Jessica estaba muy cerca de mí.
—Hola Edward, que coincidencia, ¿No quieres tomar algo?— dijo acomodándose su larga y teñida cabellera.
—Gracias Jessica, apenas nos quedaremos y papá no me dio permiso de beber— le sonreí.
—Estaré preparándome para el baile, nos vemos—dijo girándose para que pueda ver que a su vestido le faltaba tela.
—Vaya, esa chiquita está como quiere, sino fuera porque mi Rose tiene unas curvas más peligrosas y que es rubia natural, tal vez y sólo tal vez iría tras ella— Em no dejaba de mirar en la dirección de Jessica.
—No sabes que también se es infiel con el pensamiento— le reproché.
—Que a ti te falten testosteronas no es mi problema— me dijo sonriendo sin dejar de mirar al lugar donde se reunían las bailarinas.
—Si no dejas de molestar me voy— lo amenazó Jasper.
—Está bien, boca cerrada hasta que comiencen las vencidas— dijo el grandulón y se mantuvo en silencio.
Pasó casi media hora y la música comenzó a sonar, fue llegando más gente y el lugar cobró vida.
En un rincón vi que se arremolinaban muchos chicos de complexión gruesa y un quileute se abrió paso entre todos, era más alto que los otros, del mismo porte que Emmett, se sentó alejado de todos pero frente a una gruesa mesa de madera. Al instante dos chicos tomaron posiciones uno frente a otro y la competencia empezó.
Emmett prácticamente nos arrastró hacia allí, permanecí contra la pared sin prestar mucha atención a nada más que la puerta.
No pasó mucho tiempo, vi entrar a Bella, como siempre escoltada por Black. Estaba preciosa, traía un vestido guinda que marcaba su cintura, con una amplia falda de bailarina. Parecía una muñeca. Me fascinó su ropa, la forma en que se movía, cómo miraba a todos, estaba hipnotizado.
—Este tipo es bueno—me dijo Em dándome con el codo en las costillas y haciéndome salir de mi ensueño.
—Tiene buena técnica de muñeca—comentó Jazz.
La música empezó a sonar con mayor potencia, el ritmo cambió, se oía más sensual y las luces comenzaron a parpadear. Todos los que estaban en la mesa y alrededores prestaron atención al pequeño escenario donde habían subido una tina de baño. Cuatro muchachas estaban allí pero no llevaban camisetas, parecían estar en ropa interior y pequeñísimos shorts falditas. Todo de color blanco. Nos daban la espalda.
Todo se quedó en silencio sólo se oían los silbidos que parecían frenéticos y salvajes. Volví mi vista, Black había abandonado a Bella en su asiento y estaba muy cerca del escenario aplaudiendo.
Mi hermosa novia miraba en todas direcciones, se veía aburrida y sin interés. Cuidadosamente me deslicé y fui acortando distancias. La música inundó mis oídos, las muchachas que habían estado de espaldas miraron hacia el público, eran Jessica, Lauren, una pelirroja que no conocía y Leah, la amiga de Bella.
Un tipo que estaba en una plataforma más elevada empezó a rosearles agua o alguna especie de líquido, aparté mi vista de ese espectáculo, Bella atraía más mi atención así hubieras nudistas bailando.
Llegué muy cerca de ella, todo mundo miraba a las bailarinas, nadie prestaba atención a otra cosa que no fuera el escenario. Miré a mis amigos, Jasper se había dado cuenta de mi ausencia y me miraba con una sonrisa, me hizo un gesto para que siguiera, sin pensarlo llegué detrás de Bella y le susurré.
—Ven conmigo—dije, caminé sin voltear a ver si me seguía, no me detuve hasta haber salido de ese lugar, el aire fresco me golpeo el rostro y sentí que era libre.
Al girarme, la encontré, tan cerca, con los labios entreabiertos, sin decir palabra la tomé entre mis brazos y la besé. No sé cuánto tiempo pasó, para mí sólo fueron segundos, no podía apartar mis labios de los suyos. Una ráfaga de viento la hizo temblar, la abracé. La música aún se oía muy fuerte y también los gritos.
—Creo que debemos entrar— dijo mirándome con tristeza.
—Bien. Entra tu primero— le indiqué.
—He oído que Jess y Lauren han añadido unas joyas a su apuesta, van a hacer lo que sea…— la volvía a atrapar entre mis brazos.
—Ey, no me gustan las rubias, las prefiero morenas, de cabellos castaños, ojos chocolates y que huelan a fresas. Mira qué casualidad—dije volviéndola a besar.
—Es en serio Edward, te va a ser difícil escapar— su mirada se volvió algo dolida.
— Te amo Bella, no hay nadie más con quien quiera estar. Sólo contigo—le guiñé un ojo. Apenas sonrió y entró de vuelta al local.
Esperé unos minutos, entré. Estaban premiando a la ganadora del baile. Fui a los servicios higiénicos y tardé un poco en volver. Apenas llegué a la mesa de mis amigos sentí unos brazos rodearme, tuve deseos de abrazarla también, pero me detuve un segundo al pensar que mi novia no haría eso, no en público. Miré las manos que me aprisionaban, las uñas traían pintura color rojo sangre. Des hice el abrazo y con lentitud me di la vuelta. Lauren sonreía, tenía una corona en su cabeza, su ropa aún estaba mojada.
—Gané Edward ¿Lo puedes creer? ¿Qué te pareció el baile?—gritaba como si yo estuviera sordo.
—Bueno… tuve que salir a atender una llamada y me lo perdí— apenas noté su decepción.
—Soy la reina esta noche y quiero que bailes conmigo— tiró de mi.
—Disculpa, yo no bailo—le dije tratando de soltarme de ella de la manera más caballerosa que podía.
— ¿Este no es Cullen? ¿El que tiene dos amigos: el gordo y el flaco?— uno de los quileute que había visto en La Push habló, estaba toda la jauría con él.
—Yo creo que es gay—reconocí la voz de Black– ¿Que hombre rechazaría a la reina como Lauren?— preguntó. Los demás rieron a coro.
Mis amigos se acercaron a mí, los siete quileutes nos rodearon, Lauren se escabulló de la gresca de inmediato.
— ¿Tienen algún problema?— una voz potente me sorprendió.
—Nada Sam, sólo conversábamos con estos amigos— Ateara pareció disculparse.
— ¿Vinieron a retarme o qué? No somos una pandilla de maleantes, dejen de avergonzar nuestra raza— les gritó, de inmediato se dispersaron.
— ¿Tu eres Whitlock verdad?— preguntó el tal Sam mirando a Jasper.
— ¿Si, algún problema con eso?— le respondió mi amigo.
—Ninguno. Lamento lo que te hicieron, fue una cobardía, me encargaré de que no vuelva a ocurrir aunque tenga que golpearlos a todos. No apruebo los métodos de Billy, los quileutes somos protectores, no matones.
—Me alegra oír eso— Jazz le tendió la mano y Sam se la estrechó.
— ¿Ya puedo retarte?— Em estaba más feliz que Jazz.
—Claro, después de Jake sigues tú.
Nos movimos de allí rumbo a la mesa de juego. No había dado dos pasos y sentí un aroma a perfume y cigarro.
—Hola Edward— Jessica hizo su aparición triunfal. Traía más ropa, lo cual era extraño –Me preguntaba si querías algo de compañía. Sé que estás peleado con tu novia…
—Mi novia y yo estamos muy bien, gracias por tu preocupación Jessica—le dije muy serio.
— Pues no me importa, no me importa si tienes muchas novias, yo sólo quiero…—atrajo mi rostro hacia ella, giré mi cara y me hice para atrás.
— ¿Puedes dejar esa apuesta de una vez? Me dan pena, sólo hacen el ridículo— la voz de Bella me hizo sentir mejor. Volteé a verla pero estaba a unos pasos de nosotros, caminaba hacia el lugar donde se desarrollaba la competencia de vencidas.
— ¿Cual apuesta?— gritó Jessica no quise quedarme a oír, sería de mal gusto enterarme de todos los detalles.
Caminé hacia mis amigos. Black estaba sentado preparándose para el reto.
— ¿Bella puedes darte prisa?— le gritó. Quería darle un par de trompadas ¿Quién rayos se creía para hablarle así a mi novia?
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BELLA
Sería la noche más aburrida de mi vida, como si me importara que Jacob retara a Sam.
A veces los hombres eran tan básicos, solo se dejaban guiar por sus instintos. Y para variar parecía que algunas mujeres estaban hechas a su medida.
¿Un baile de camisetas mojadas? ¿Con el frío que hacía?
Nunca entendí la fijación de los hombres por los pechos, ni la de las chicas por mostrarlos.
Pero aquí estaba, sentada en una barra tomando agua. Lo único bueno era que estaba sola, Jacob me abandonó apenas salieron las concursantes para "Señorita mucho pecho y poco cerebro".
Miré a las concursantes y casi me caigo del susto. ¡Leah estaba sobre el escenario!
¿Leah bailando eso?
"Ven conmigo" una suave y aterciopelada voz me susurró.
Sin pensarlo me puse de pie caminé detrás de él.
Apenas estuve fuera me sentí transportada a otro mundo, a otro espacio, entre sus brazos y sintiendo sus labios sobre los míos no había tiempo.
Le hice notar mi malestar debido a la tonta apuesta de Jess y Lauren. Él era endemoniadamente bueno para convencerme, así que decidí no molestarme más por eso.
Cuando regresé Jacob apenas había notado mi ausencia, se acercó a mí.
— ¿A dónde fuiste?— preguntó.
—Al tocador, creí que estarías ocupado viendo el baile— fui irónica.
— ¿Celosa?
—Ni un poco ¿A qué hora termina tu tonta competencia de vencidas? Tengo sueño— me quejé.
—En unos minutos, espérame, regreso en seguida, voy a ver a unos amiguitos—dijo mirando en dirección a Emmett.
Me fijé que Lauren estaba abrazando a Edward, sentí deseos de arrancarle su teñida cabellera.
—Es una zorra ¡Que ofrecida! Sólo era un beso— se quejaba Jessica a mi lado.
—Parece que ella quiere un premio mayor. Zapatos, cartera y ¿qué más?— yo las había oído el día anterior añadiendo más cosas a su apuesta.
—Una tobillera—dijo ella sonriendo. –Mira Edward la despreció— Lauren venía hacia nosotras pero Edward estaba rodeado por Jacob y sus amigos.
—Ya casi lo tenía, malditos nativos, tenían que aparecer justo cuando casi…
— ¿Cuando casi te bota?— me reí con sarcasmo.
— ¡Como si tú pudieras hacerlo mejor!— se quejó ella.
—Es mi turno—dijo Jessica acomodándose el vestido, fue hacia ellos.
A lo lejos a Jacob me hacía señas para acercarme, al fin Sam había aceptado darle una lección.
Caminé lentamente tratando de pasar lo más lejos posible de Edward y su acosadora, pero al ver que ella también intentaba besarlo, no soporté más y me acerqué.
— ¿Puedes dejar esa apuesta de una vez? Me dan pena, sólo hacen el ridículo— estaba harta de soportar esto.
— ¿Cual apuesta?—la cínica tenía el valor de negarlo cuando ya media escuela lo sabía. Edward aprovechó la distracción y se marchó.
—Tú y Lauren son patéticas— me quejé cuando sentí que Jess me alcanzaba.
— ¿Acaso crees que podrías hacerlo mejor que nosotras?—me gritó.
—Desde luego, estoy segura que lo lograría sin esforzarme ni un poco—le dije con una sonrisa pícara.
— ¿Bella puedes darte prisa?— me gritó Jacob, ya quería que terminara e irme a casa, no sabía que era peor, el tonto baile de camisetas, las vencidas o estas dos teñidas tratando de besar a mi Edward. Oh no ya hasta estaba empezando a pensar en él como mío.
— ¡Entonces hazlo!—me retó Jessica molesta.
— ¿Hacer qué?— le dije ya cansada de que me grite todo el mundo.
—Besar a Edward.
—No debo… Jacob, mi padre…
—Son excusas Bella… le diré a Lauren que no tienes las agallas— me dijo señalándome.
—No son excusas…
—Tiene que ser hoy, después de esa tonta competencia de vencidas, le diré a Lauren—salió corriendo.
Oh no, eso estaba mal, yo no había aceptado ¿O sí? ¿Cómo me había metido en esto?
Ah sí por celosa.
Llegué a la mesa donde Sam tenía casi contra la madera la mano de Jacob. No presté atención, estaba más preocupada por lo que acababa de hacer.
Escuché un sordo golpe y los aplausos inundaron el lugar.
— ¡El siguiente!— oí decir a Sam. Jacob llegó a mi lado furioso.
— ¡Nos vamos!— dijo tomándome del brazo.
—Espera… ¡Suéltame idiota!— grité quejándome ya que su agarre era muy rudo.
— ¿Es que acaso quieres ver a esos imbéciles? Si yo no puedo ganarle a Sam, ellos menos— me dijo con rabia.
—Quien sabe— le repliqué.
—Entonces quédate, yo tengo otras cosas que hacer— se marchó tan ofuscado, algunos de sus amigos lo siguieron. Lo vi caminar a grandes zancadas hacia una mesa muy lejana donde estaba sentada Leah, le hizo unas señas y ella salió del lugar detrás de Jacob. Esto era muy extraño, demasiado que procesar para una sola noche.
—Bella, ven a vernos competir— la risa despreocupada de Emmett me relajó un poco.
Caminé hacia ellos interesada. Era divertido, las venas de la frente de Emmett se marcaron y Sam hacía gestos graciosas. Parece que eran dos rivales a la misma altura.
—Un minuto— dijo Jasper detrás de mí.
Era divertido, ver competir así a esos colosos, casi sin moverse pero haciendo tanto esfuerzo. Sus manos temblaban.
— ¡Aquí estas! Jessica dice que nos has retado— Lauren apareció sólo para torturarme.
—Yo no las he retado y no pienso…
—Pues Jake acaba de irse, quiero ver si te atreves— me miró con tal autosuficiencia que me encrespé.
—Lauren no voy a hacer eso.
—Es que no puedes, si Edward no quiso conmigo menos lo conseguirás tu— respingó la nariz.
—No lo besaré pero te probaré que él no me rechazará como a ustedes— le advertí.
—Eso hay que verlo, si ganas te llevaré a tu casa en mi auto, sino tendrás que caminar— me advirtió.
—Ok, vamos al estacionamiento— le dije.
Me fui con ellas no sin antes ver como el brazo de Sam caía sobre el de Emmett. Oí aplausos.
— ¡Revancha!— gritó el amigo de Edward.
Salí a la fría noche con Lauren y Jessica a mi lado. No tenía otra opción, era eso o llegar a casa en el auto de Edward, Emmett o Jasper. Y mi padre enfurecería.
Esperamos en silencio por un rato, bueno, yo era la única en hacer silencio ya que ellas no paraban de empujarse y de soltar risitas tontas.
— ¡Allí viene!— chilló Jessica.
—Ahora veremos si puedes hacerlo— me retó Lauren.
Esperé que Edward se acercara a su auto y me acerqué por detrás.
—Hola— le dije.
—Amor ¿Qué haces aquí?— dijo mirando en todas direcciones.
—Es que Jacob se fue.
— ¿Te dejó sola? Te llevare a tu….
—No, Lauren lo hará. Pero primero debo lograr que me des un beso— le sonreí.
—Los que quieras— dijo acercándose con una gran sonrisa.
— ¡No! Ellas están mirando. Será un hervidero de chismes mañana si Isabella Swan besa a Edward Cullen. ¿Puedes tan sólo quedarte quieto?— pregunté.
—Bien. No me moveré, haz lo que quieras conmigo— cerró los ojos provocativamente.
Me acerqué hacia él poco a poco, fui subiendo mi rostro hasta alcanzar el suyo. Me detuve a un par de centímetros de sus labios y me giré a verlas.
Jessica y Lauren estaban pegadas a la luna de sus autos.
—Gracias, amor te veo luego— susurré y me fui directamente hacia ellas que todavía tenían sus enormes bocas abiertas.
— ¿Fue suficiente?— les pregunté en subiéndome en su auto de Lauren. –Tengo sueño por favor llévame a casa— le pedí echando mi cabeza hacia atrás.

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