18 enero 2013

Capitulo 21



CAPÍTULO 21

ESPÍAS

BELLA
Alice le llamó muy temprano para contarme lo que había pasado el día anterior. Estaba indignada y asqueada por ese acto cobarde de los amigos de Jacob.
Rose, Alice y yo caminábamos por el pasillo de la escuela aún comentando lo que le pasó a Jasper cuando asomaron por la esquina Jacob, Quil y Embry, quienes tuvieron el descaro de sonreírnos.
— ¿Cómo está hoy mi prometida?— Jacob se acercó a mi sonriendo.
Cuando lo tuve a tiro le pateé una pierna y tratamos de seguir hacia el salón de clases, Quil y Embry nos cerraron el paso.
—Parece que tu noviecita esta rabiosa Jake, no le has enseñado modales, tienes que domar a esta fiera— Quil sonreía burlándose de Jacob.
—Ahora que casi se le muere su anterior novio debes cuidarte Jake, Bella tiene mala suerte, todos los que ella quiere se van. Si te toma cariño estarás en problemas— Embry también se unió a la burla.
Rose sostuvo a Alice que quería saltarle encima.
— ¡Cobarde! ¡Miedoso! ¡Poco hombre!—le gritaba.
— ¿Que bicho le picó a esta pulga? Enana, no sabes que es malo meterse con quien no es de tu tamaño—le reprochaba Quil.
—Hubieran oído como gritaba el señor W, tiene un cuerpo frágil, se le rompen los huesitos con facilidad— me dijo Embry.
Trate de avanzar pero Rose me contuvo y al hacerlo soltó a Alice que se le fue encima al Quilete.
—Quítenme esta cosa de encima—gritó Embry.
Quil se acercó, tomó a Alice del suéter y levantó como si fuera un cachorrito.
—Tan chiquita y tan molesta, eres peor que una piraña— se burló.
—Suéltala o te convertiré en conserva hijo—una voz fría se oyó. De no haber sido porque defendía a mi amiga habría tenido miedo.
— ¿No sabes que un hombre no debe abusar de su fuerza y menos con las mujeres? Parece que tu madre no te enseñó a tratar a una dama—volvió a decir.
—Usted no se meta que éstas no son damas—gritó Embry a un lado.
—Todas las mujeres son damas y hay que tratarlas con respeto— le respondió, pero mientras decía esto se acercó a Quil. Sin hacer esfuerzo lo tocó en el pecho y éste soltó a Alice.
Jacob se acercó a defender a su amigo, el recién llegado hizo algo que no pude ver con claridad y lo estrelló en el suelo. Embry intentó golpear al extraño hombre pero de inmediato fue evadido y derribado. Esa llave se me hizo conocida.
Alice se quedó estática mirando al recién llegado, era un hombre alto y de contextura delgada, bien parecido, con ojos vigilantes, su cabello rubio algo alborotado.
Alice se acercó a él y sin presentarse o mediar palabra, lo abrazó. Aquel hombre pareció más sorprendido que nosotras.
—Con un gracias sería suficiente—dijo él abriendo los ojos desmesuradamente. Jacob y su pandilla se levantaron, corrieron por el pasillo perdiéndose de nuestra vista.
— ¡Ya sé quién es usted!— chilló Alice –Reconocería esos ojos en cualquier lugar— le sonrió.
—Leonard Whitlock para servirlas—nos dijo el hombre misterioso mirándonos a cada una.
— ¡Sí! Es el padre de mi Jazzy— gritó Alice.
— ¿Tu eres Alice?—preguntó él.
—Alice Brandon, encantada de conocerlo. Y ellas son mis amigas: Rosalie, novia de Emmett y Bella, novia de Edward.
—Mucho gusto— estrechó nuestras manos, traía guantes de piel.
—Si ha venido a ver a Jasper…—dijo Alice entristeciendo.
—No, he venido a hablar con el director y a presentar cargos por la golpiza que recibió mi hijo. Sé que fue más de uno, Jasper está entrenado y puede defenderse en una pelea justa.
—Entonces ya conoció a algunos de los que lo golpearon—dijo Alice preocupada.
— ¿La pandilla esa?—preguntó él.
—Sí, dos de ellos. Lo atacaron con bates de beisbol, son unos cobardes— se quejó la pequeña.
—Ya lo creo ¿Han visto a Emmett o a Edward? No he tenido el gusto de saludarlos.
—Aun no llegan, deben haber pasado por el hospital de camino aquí. ¿Ya fue a ver a Jasper?— le preguntó Rose.
—Sí, antes que amaneciera, estaba dormido. Iré a verlo antes de irme. Esos chicos que golpearon a mi hijo… ¿Me pueden dar sus nombres?
—Quil Ateara y Embry Call. El otro que no participó es en realidad el que manda Jacob Black, viven en La Push, una reserva a 20 kilómetros de aquí—le dije. Él pareció presionar algo en su chaqueta porque no anotó nada. Era bastante misterioso, vestido de negro, con guantes de piel y salido de la nada.
—Gracias por todo señoritas, debo retirarme—nos dijo.
— ¿No irá a ver al director?— preguntó Alice.
—Ya tengo todo lo que necesito. Cuídense—dijo saliendo rápido.
— ¡Que suegro tan raro tienes!— murmuró Rose dirigiéndose a Alice.
—Sí, es… intimidante— agregué.
—Es como mi Jazzy pero más peligroso—dijo Alice haciendo una mímica de la llave que usó.
Antes de que siguiéramos caminado aparecieron Jacob y su pandilla, venían con el director de la escuela.
— ¿Señoritas han sido testigos de lo que ocurrió aquí?— preguntó el director.
— ¿Testigos?— Alice puso cara de inocente.
—Estos jóvenes afirman que fueron golpeados por un extraño sujeto en este pasillo— dijo él mirando en todas direcciones.
— ¿Extraño sujeto? Yo no vi a nadie. Las únicas que casi somos golpeadas fuimos nostras por este trío de cobardes—reclamó Rose.
— ¿Eso es cierto?— preguntó el señor Smith.
—Le digo que había un extraño, nos derribo— se quejó Jake masajeando su pierna.
—La patada te la dio Bella por ofenderla. Embry se cayó sólo— dijo Rose.
—No es cierto— la contradijo Quil mirándonos con rabia –Cuando tenía a la enana a un metro del piso…— empezó a contar lo sucedido. Disimulé una risita porque el muy bruto estaba confesando.
— ¿A quien llama enana señor Ateara?— preguntó el director.
—Bueno a Alice…
— ¿Reconoce que tenía a la señorita Brandon a un metro del piso?—lo volvió a interrumpir.
—Bueno si pero lo importante es que llegó un…
—Termine de contarme esa fabulosa historia en mi oficina. Tengo unas papeletas que les vendrían bien— les dijo con una sonrisa. Los tres lo siguieron sin decir nada. Jake volteó a mirarnos furioso.
Nosotras soltamos unas carcajadas cuando se fueron. Ojalá los suspendan unos días así no molestan con su presencia.
Rose soltó un pequeño grito, me giré asusta pero era Emmett y detrás del novio de mi amiga estaba Edward. Hoy había exagerado su hermosura.
— ¿De qué se ríen señoritas?— preguntó Emmett.
—De unos patanes ridículos— dijo Alice feliz.
— ¿Les han hecho algo?—Emmett cambió de expresión.
—Estaban molestándonos pero entonces el papi de mi Jazzy…—
— ¿El padre de Jasper está aquí?— preguntó Edward completamente confundido.
—Sí, es un señor súper lindo— dijo Alice saltando.
—Yo jamás usaría lindo para definir al coronel Whitlock— dijo Emmett asustado.
Ellos miraron en todas direcciones, entramos a un aula que no era muy usada.
Edward se acercó a mí y me dio un beso en la frente.
—El padre de Jazz es un hombre muy extraño, nunca se ha casado, ni ha tenido amigas como papá. Es muy reservado, creo que lo hemos visto no más de tres veces en toda nuestra vida y eso que jugábamos con Jasper a diario—explicaba Emmett.
—Sabía mi nombre, nos defendió de esos tipos, es muy caballeroso—decía Alice defendiendo a su suegro.
—Siempre pensamos que era un espía o algo así. Ni Jasper sabe bien en que trabaja. Lo llama cada fin de semana durante quince minutos para que le cuente lo que le pasa. No tiene un lugar fijo donde vivir, sé que trabaja para el gobierno en operaciones secretas pero es un todo un misterio—dijo Edward.
—Se portó muy bien con nosotras, dijo que vino a averiguar lo de la golpiza a Jasper ¿Quién se lo contaría?— pregunté.
Todos nos miramos, el timbre nos sorprendió, casi grito. Nos fuimos a clases yo todavía seguía intrigada.
.
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EDWARD
Nos quedamos con nuestro amigo en el hospital hasta la madrugada papá insistió en que fuéramos a dormir a casa.
Me desperté temprano y salimos algo retrasados al colegio pero llegamos con tiempo. La delgada figura de Bella ocupó toda mi atención apenas entramos, su cabello largo y ondeado caía sobre su espalda. Quería acercarme y besarla, pero había mucha gente a esa hora.
Nos contaron que Black y sus amigos las estuvieron molestando y que las defendió el padre de Jazz. Era totalmente descabellado imaginar al coronel Whitlock peleando en un pasillo de escuela. Pero si mi novia lo afirma, le creo.
Era la primera vez que deseaba salir rápido de la escuela, quería ir al hospital para contárselo a Jasper. Pero el sorprendido fui yo al encontrar a mi amigo conversando con su padre. Hacía más de 5 años que no lo veía. Estaba tan hermético como siempre.
—Hola chicos, acérquense. Déjenme presentarle formalmente a papá ¿Se acuerdan de él?— dijo mi amigo muy feliz.
—Yo los recuerdo bien, no podía trabajar en casa cuando ustedes estaban jugando, eran muy traviesos—nos dijo mirándonos.
—Usted nunca estaba en casa—contestó Emmett.
—Pasaba temporadas en casa cuando eran pequeños. Han crecido mucho, esta mañana conocía a sus novias, unas niñas preciosas—dijo con una ligera sonrisa.
—Papá y yo hemos estado hablando y…—Jasper lo miró como pidiendo permiso para continuar.
—Y creo que tienen edad para tener cosas que les permitan defenderse—dijo el coronel muy tranquilo. Jasper tenía en la mano un aparato pequeño parecido a un GPS.
—Miren— dijo el rubio mostrándonos la pantalla del dispositivo–Estos son los autos de Black, Ateara y Call— nos señalaba unos puntos amarillo verde y rojo. –Y los azules son los de las patrullas de policía. El más brillante es del jefe Swan. Y las estrellitas son de las chicas. Tenemos uno para cada uno, ahora no nos sorprenderán— mi amigo estaba sonriendo, me alegraba verlo tan animado ya que siempre pasaba más tiempo trazando planes que siendo feliz salvo por la pequeña amiga de Bella que había logrado conquistarlo.
— ¿En serio? Pero donde y cuando—dijo Em mirando al coronel.
—Hoy estuve reuniendo datos, Richard me llamó para pedirme que les diera una mano. Carlisle me dijo anoche lo que pasó y vine en cuanto pude. Esto es para ti Edward— dijo tendiéndome una caja pequeña.
La abrí dentro había un lapicero, un larga vista muy pequeño, un encendedor, un prendedor femenino con la figura de una flor y un reloj con audífonos.
—El lapicero es una linterna potente, cámara y grabador de voz láser, puede grabar con nitidez aun a medio kilómetro, sólo debes apuntar en la dirección deseada. El larga vista es bueno de día y tiene una excelente visión nocturna. El encendedor te permitirá desactivar cualquier aparato en un radio de 20 metros, móviles, computadores, reproductores, censores, micrófonos, simplemente apaga la fuente de poder, anula la batería pero solo por un par de minutos. El prendedor es para tu novia, es un pequeño rubí equipado con un micrófono diminuto, puedes escucharla aún a varios kilómetros de distancia si conectas el reloj a los audífonos podrás oír todo lo que ella converse pero no debes espiarla, es de mal gusto. Y el reloj también trae cámara y grabador de voz pero más limitado, es también un GPS tiene cargados todas las áreas de Norte América y es a prueba de agua.
—Yo también quiero juguetes así—dijo Emmett haciendo puchero.
—Tenemos nuestros detectores de autos—le reprendió Jasper
—Si gracias por el mapa del merodeador— dijo Em sin mucha alegría mirando su aparato.
—Gracias coronel— le dije mirándolo agradecido.
—Es un set básico, espero te sirva, no es para jugar, úsalo en caso de emergencia, trata de llevar las cosas contigo todo el tiempo, nunca se sabe cuando las necesitarás.
—Lo entiendo, gracias otra vez.
—Me dio gusto ayudarlos, nos veremos alguna vez— dijo despidiéndose de nosotros y dándole un corto abrazo a su hijo.
—No sabía que eras hijo de James Bond—dijo Emmett cuando se fue el padre de Jazz.
—Nunca había compartido sus cosas así conmigo. Siempre era tan hermético sobre todo cuando lo contrataron para investigar en el área 51— dijo mi amigo. Nosotros nos giramos atentos a verlo. —Oh lo siento, no oyeron eso— dijo él apenado.
—Ya hablaste, ahora suéltalo— lo amenazó Em.
—Hay divisiones en el ejército y los altos mandos científicos querían saber sobre esa área por toda la fama que tiene. Mi padre entró allí y no salió en seis meses. No sé cómo lo logró, trajo consigo videos, fotografías, artefactos. Muchos videos que logró sacar están ahora en Internet.
— ¿Existen los extraterrestres?— preguntó Emmett asustado.
—Por tipos como tu es que no se contactan los seres de otro planeta— dijo Jazz algo indignado.
— ¿Cómo yo?—se defendió Em
—Sí, los miedosos— terminó Jazz y todos reímos con ganas.

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