18 enero 2013

Capitulo 19



CAPÍTULO 19

NOCHE PELIGROSA

EDWARD
Había pasado la peor de las experiencias pero ahora estaba completa y absolutamente feliz.
Reposaba en mi cama esperando que mis padres se fueran a dormir para poder ir a verla, estaba ansioso por besarla y tenerla en mis brazos nuevamente.
Y pensar que creí que no sería buena idea ir a ese paseo. Sabía que Bella estaría presente y tal vez me trataría con desprecio o peor, indiferencia. Tener que soportar a Jessica fue una penitencia y lograr que se quede en su casa todo un logro.
Afortunadamente Richard ayudó a reconciliarnos. Sin saberlo. Estoy en deuda con ese hombre, de hecho es la primera cosa que hace bien por mí.
Obviamente él debe pensar que yo le estaría agradecidísimo porque para mi último cumpleaños me envió una membrecía anual de play boy. Todavía no puedo creer que sigan llamándome para pedirme mi nueva dirección y hacerme llegar los ejemplares.
Ya no se oía ningún ruido, mis padres debían haber entrado a su habitación. Hora de huir. Cómo quisiera poder volar, correr más rápido que el viento y en unos segundos poder estar a su lado.
Salí de puntillas y bajé las escaleras.
—Edward ten mucho cuidado, es la última vez que quiero verte hacer esto— mi madre estaba sentada en el sofá con la luz apagada.
—Mamá yo no puedo vivir sin ella y hoy…
—Ya sé que se han reconciliado, no necesitas decírmelo, tu sonrisa me lo dice todo. Pero Charlie no reaccionará igual que Raymond, estoy segura de que el padre de Bella sacará un arma y te disparará sin pensarlo dos veces. No quiero que te expongas así. Si quieres puedo inventar algo para que puedan verse por las tardes en mi estudio o en el hospital, te ayudaremos pero no te expongas más— rogó. Y tenía razón. Si fue por eso que Bella me dejó, para que no me pase nada malo.
—Está bien mama, te prometo que esta será la última vez— yo también pensaba que podía ser peligroso, después de lo de Emmett seguramente redoblarían la vigilancia.
Salí de casa y prácticamente volé a mi auto pero éste no encendía. Regresé a pedirle las llaves a Jasper ya que su auto era tan discreto como el mío. Manejé casi a 200 kilómetros por hora pero me detuve en la zona donde sabía que había un censor de velocidad y lo pase a 20 kilómetros por hora, eso es más lento que una viejecita caminando.
Cuando llegué al lugar donde solía dejar mi auto vi que parte de la maleza había sido cortada, al parecer habían talado dos arbustos. No me pareció tan raro así que seguí adelante.
Vestía la ropa negra que Emmett había comprado para estas excursiones nocturnas. Se ajustaba bien al cuerpo, era cómoda pero parecía un delincuente.
Entré por la puerta lateral de la casa, esta vez no tuve que usar la llave que Bella me había dado porque estaba abierta. Subí tan rápido como pude y me quedé agazapado en el balcón mirando a todos lados porque sentí que no estaba sólo.
Empujé con cuidado la ventana, entré tan veloz que Bella casi grita cuando me vio.
Estaba con un pijama rosa, era mejor que aquella batita de seda que se había puesto la primera vez, al menos con ese pijama podía conversar con ella sin que se me fueran los ojos hacia otros lados.
—Pensé que no vendrías—me dijo asustada. Extendió sus brazos hacia mí, la tomé y la atraje contra mi pecho, que alivio poder tenerla así nuevamente.
—Te dije que conversaríamos luego—le recordé.
—Papá está muy fastidiado, estoy casi segura que Jacob vino directamente del restaurante a casa. Charlie no se ha molestado conmigo porque Richard le hizo algunos regalos a la policía local pero casi no me habló— se quejó haciendo un adorable puchero.
—No vine a hablar del perro ni de tu padre. Bella, cuando terminemos de estudiar nos iremos de aquí. Juntos. No quiero que estés siempre asustada porque puedan enterarse o encontrarnos. Yo deseo poder tomarte de la mano delante de todo el mundo y presentarte a todos como mi novia… o como…— no pude terminar de decirle como qué la presentaría. Atrapó mis labios y me beso con desesperación. Le correspondí con ímpetu, la había extrañado tanto.
Sin darnos cuenta caímos en su cama, era una sensación indescriptible sentirla de ese modo. Sabía que estaba pasándome de los límites permitidos, no era muy caballeroso tener a mi novia así pero mi mente ya no razonaba, sólo quería estar cerca, lo más cerca que pudiera de ella.
Deposité delicados besos en su cuello, necesitaba sentir ese aroma que me volvía loco. Sus cabellos alborotados se desparramaban en su almohada. Besé sus mejillas y la miré a los ojos. Estaba asustada. Era una situación que no sabía cómo manejar, eso no viene en ningún libro o manual.
Para mi sorpresa alguien llamó a la puerta. Bella se estremeció, me hice a un lado y nos levantamos rápidamente. Me señaló su armario, ya una vez me había escondido allí pero ahora ella señalaba el compartimiento de arriba, no entendí, acerqué una silla y subí, solo miré y supe que no cabría.
— ¡Bella, abre!—la voz de Charlie me atemorizó un poco, parecía furioso.
—No entro aquí—le dije muy despacio.
—Allí no, hasta arriba, ya puse cobertores—me dijo.
Trepé por su armario que era enorme y llegue a la parte más alta, en verdad había dos cobertores y una almohada, alguien podría vivir allí y nadie lo notaría. Me acomodé mientras ella arreglaba lo que había movido para que yo subiera.
Me agazapé en mi escondite para oír con atención. Encendió la luz se acercó hasta la puerta y abrió.
—Que pasa papá, tengo sueño—dijo hablando como si acabara de despertarse.
—Déjame pasar—dijo su padre entrando, pude escuchar su respiración rápida y sus pasos fuertes.
— ¿Te ocurre algo?— preguntó Bella.
—Alerta de intrusos. Alguien entró en la casa.
— ¿Alguien? ¿No sería algún animal? En algunas ocasiones he encontrado ardillas o tejones en la sala—dijo ella sin inmutarse.
—Entraron por la puerta lateral. Tengo a dos oficiales en camino para revisar. Traen sabuesos.
— ¿Sabuesos? Papá tengo alergia a los perros, si se me acercan mucho me voy poner a estornudar y mañana me va a doler el pecho del esfuerzo— se quejó mi novia.
—No van a entrar a tu habitación, por eso vengo a revisar— escuché que abría la puerta del armario dónde me hallaba. No creo que subiera a ver.
—Papá si alguien hubiera entrado me habría dado cuenta ¿no crees? Sé que tengo el sueño pesado pero no llevo más de una hora dormida—escuché a mi novia protestar detrás de su padre.
—Correcto hija, tenía que asegurarme. Cierra tu puerta con seguro y tu ventana también. Duérmete pronto, así oigas ruidos extraños, no salgas y si pasa algo raro, gritas— le advirtió el jefe Swan.
—Si papá, buenas noches.
La puerta se cerró y me asomé, ella me hizo señas para que me mantuviera en mi lugar y fue al baño. Se demoró un poco, había apagado la luz y sólo tenía una pequeña lámpara encendida, imaginaba que cada noche leía con esa luz tenue.
Antes que Bella saliera oí ruidos en su balcón, alguien estaba trepando. No tenía como avisar a Bella, busqué en mis bolsillos, saque una pequeña moneda de un centavo y la arrojé hacia la puerta del baño. Ella salió quejándose.
—Aún no termino de asearme…—dijo distraída. – ¿Qué rayos haces tú aquí?— gritó molesta. Me asomé alarmado.
— ¿Con quién hablabas?—preguntó Jacob Black.
—Que te importa, sal de mi habitación. ¡Fuera!— gritó ella.
—No me voy hasta que encuentre al imbécil. Todo este tiempo, pensé que era McCarthy con el que salías, incluso ese mastodonte me llego a insinuar que tú y el… pero no era cierto, lo pesqué entrando a la casa de los Hale, es Rosalie con la que él se revuelca. He montado guardia desde el sábado para cerciorarme. Encontré que la parte del bosque detrás de tu casa está siendo usada para estacionar un auto. Y hoy por fin encontré el coche desgraciado. De aquí no me voy Bella hasta sacarlo a patadas— amenazó.
— ¡Que te largues Jacob!— Bella gritó, estaba a punto de salir de mi escondite a defenderla pero me detuve a pensar un instante. Si me mostraba me delataría.
—Ándate con cuidado Bella, pronto serás mi esposa. Es hora que te comportes— amenazó Black. ¿Su esposa? Ni en sueños.
—Eso nunca pasará. Papá no lo permitirá— se defendió.
—No está en tus manos detener las decisiones de nuestros padres. Creo que mi padre encontró al fin la forma de presionar a Charlie.
—Preferiría la muerte a ser tu esposa— le respondió. ¡Esa era mi chica!
— ¿Preferirías acaso que le diga a tu padre con quien te ves? ¿Resistirá Charlie saber que su hija recibe visitas nocturnas? ¿Y de quien?
Bella se quedó sin habla por unos instantes Ya estaba presto a saltar de mi escondite. Si él le hacía algo, por pequeño que sea, no me importaría que esté aquí media delegación de policía, le caía encima sin dudar.
— ¿Qué es lo que quieres?— dijo ella muy bajito como si no quisiera que yo la oyera.
—Dame al infeliz y acepta todo lo que te diga tu padre. Si no te juro que lo mataré o le diré a tu padre para que él mismo lo haga.
— ¡No!—gritó Bella. —No voy a aceptar más miedo en mi vida. Vete o…
— ¿O qué? anda, grita. Llama a papi así entre los dos matamos al idiota que escondes aquí. ¿Dónde lo tienes?
— ¡Papá! ¡Auxilio! ¡Ayúdenme por favor! Ahhhhh—los gritos de Bella fueron tan fuertes que me sorprendieron, casi salté de donde estaba pero al asomarme vi que Bella seguía gritando pero no se veía aterrada, ni nada parecido. Es más, tomó un vaso de agua de su mesita y lo lanzó hacia la pared.
Tiró al piso los cobertores de su cama, se revolvió el cabello, se rasgó la ropa y se lanzó hacia Black tratando de golpearlo. Volví a esconderme al sentir pasos que corrían por el pasillo, la puerta se abrió de un golpe fuerte.
— ¡Bella! ¿Jake? ¡Agárrenlo!— Charlie Swan estaba furioso. Escuché forcejeos, el padre de mi novia no venía sólo
—Es una mentirosa Charlie, lo tiene aquí en su habitación—gritó Black.
—Que estás tratando de hacerle a mi niña depravado—le gritó Charlie.
—Te digo que él está aquí, el idiota que viene a visitar a Bella todas las noches, vas a querer matarlo en cuanto sepas quien es—Black apenas podía hablar porque parecía que lo sujetaba del cuello.
— ¿Quien está aquí? ¿Estás tratando de evitar que te dispare? ¿Qué diablos haces en la habitación de mi hija Jake?
—Bella está fingiendo, no quería hacerle daño. Te lo demostraré, dame un minuto, si estoy errado mátame Charlie— se defendió.
— ¡Suéltenlo! 60 segundos es todo lo que te doy Jake, por respeto a Billy—amenazó Charlie
Sentí que abrieron el armario, escuché ruidos en la cama. La puerta del baño fue abierta. Bella sollozaba. Cómo me gustaría bajar a consolarla.
—Tu tiempo se acabó. ¿Dime porque diablos entraste aquí? ¿Porque querías forzarla sabiendo lo que hablamos hoy?— preguntó Charlie furioso.
— ¿Es cierto?—preguntó mi Bella gritando –Jacob llegó diciéndome que Billy y tu estaban acordando nuestro matrimonio. ¿Es cierto? ¿Acaso pretendes que me case con este cobarde? Antes me mataré papá, no tienes derecho a venderme así, no tienes derecho, yo no lo amo. Te juro que me mataré antes de ser suya— gritó mi novia indignada.
—Bella, hablaremos después. Llévense a Jake, métanlo al calabozo. Ya hablaré con Billy— ordenó el jefe Swan. Esto es
—Tengo otra prueba Charlie. ¡El auto!—gritó Black.
— ¿Que auto?
—El de su amante, él viene todas las noches y deja su auto detrás de la casa. Compruébalo. Por eso entré, porque vi su auto, él está aquí, escondido.
— ¿Quien él? Ya basta Jake ¿Quién crees que viene a visitar a mi hija?—grito Charlie.
— Whitlock. Ese rubio que vive con los Cullen. Yo pensaba que era con McCarthy que se veía Bella pero no, es con Jasper Whitlock, su auto está afuera. Te lo mostraré. Sé que si vas a la casa de los Cullen te darás cuenta de que él no está allí.
—Debo comprobar lo que me dices, si no es cierto te aseguro que no saldrás en una semana de prisión— amenazó el jefe Swan.
— ¡Papá!—gritó Bella. –Papá como puedes siquiera creerle a este idiota— mi novia se oía furiosa.
—Bells, espera aquí no te muevas— dijo su padre antes de cerrar la puerta y salir en tropel con varias personas más.
—Edward baja—la oí decir. De un salto estuve a su lado. La abracé porque temblaba.
—Tranquila—la estreché con más fuerza.
—Debes irte ahora— se acercó a su ventana.
—No lo sé…—dije pensando si Charlie le creería a Black al ver el auto de Jasper.
— ¿Por qué Jacob acusó a Jasper?— me preguntó Bella.
—Es que traje su auto, el mío no encendía.
—Bendito auto el tuyo, dame tu celular—pidió.
—Alice, sálvanos ¿Puedes estar en 10 minutos en el cruce de la 101, cerca de mi casa? Ok, que sea rápido—se giro al terminar su llamada y me abrazó muy fuerte.
—Tranquila, llegaré a casa antes que ellos—le aseguré.
—Sígueme— me llevó de la mano, bajamos las escaleras y salimos por la puerta de enfrente, su padre, Black y los demás agentes habían salido por la puerta lateral descuidando la entrada principal.
—Corre Edward, por favor, cuídate— dijo antes de separarnos.
—Volveré…
—No por favor, no. Nos veremos en otro lugar. Vete ahora.
—Te amo—le di un beso y salí corriendo.
Llegué al cruce que me indicaron y vi el auto amarillo chillón de Alice, rápidamente me subí.
— ¿No me digas que casi los descubren?— preguntó apenas subí. Aceleró tan rápido que casi me caigo del asiento.
—Casi. Black nos estaba siguiendo, me escondí. Ahora tenemos otro problemita.
— ¿Y ahora qué?
—Esta noche traje el auto de Jasper, Black cree que es él quien visita a Bella, de seguro el jefe Swan y algunos agentes irán a mi casa a buscar a Jazz— no tuve que decir más Alice aceleró de una forma que ni yo mismo podría hacerlo de noche. Vaya niña loca. En menos de 10 minutos estábamos a un lado de mi casa.
—Te debo una Alice—le sonreí.
—Ya te lo cobraré, corre y avisa a mi Jazzy— salí disparado, vi que ella tomó otro camino para ir a su casa, no sabía que había otro sendero que salía a la carretera pero yo era nuevo en este pueblo. Quise entrar por la puerta pero vi dos autos de la policía llegando, corrí a la parte trasera y trepe a la habitación de Emmett.
—Em, despierta—lo moví con brusquedad.
—Bebita, ven aquí—me tocó una pierna, casi lo pateo.
— ¡Despierta!—grité.
—Eddie, que rayos haces aquí, estaba soñando con…mejor no te digo, podrías traumarte—sonrió.
—Sígueme, tenemos que ver a Jazz—prácticamente lo arrastré a la otra habitación. Oímos pasos, mi padre subía por nosotros.
—Chicos, bajen. ¡En este momento!—gritó.
Jasper salió de su habitación despeinado.
— ¿Qué pasa?—preguntó.
—Casi me atrapan, tu auto se quedó allá, han venido a buscarte, Black piensa que eres tu el que va a ver a Bella—le dije rápidamente. Me devolvió una sonrisa pícara.
—Haré mi mejor papel, me nominarán a un MTV, ya verás—dijo antes de entrar en su habitación.
Mi padre llegó en ese momento.
— ¿Que pasa Carlisle?—preguntó Emmett.
—Bajen los tres. Charlie Swan está buscando a Jasper.
Jasper salió de su habitación cambiado, traía otro pijama, uno muy infantil lleno de gatitos. En sus brazos sostenía un muñeco de Tigger. Emmett y yo lo miramos sin entender nada.
Bajamos los tres, vimos a varios policías y a Black en la sala.
— ¿Aquí están los chicos, que quiere saber?—preguntó mi padre sin mirar a ninguno de los agentes.
— ¿Jasper Whitlock?—llamó el jefe Swan.
—Si señor—dijo mi amigo dando un paso adelante como si fuese un soldado. El jefe de policía examinó su aspecto y su peluche con ojos confundidos.
— ¿Dónde has estado esta noche?
—En mi cama señor—respondió Jasper.
— ¿Dónde está tu auto?
—En el garaje señor—seguía respondiendo como si fuese un cadete al que hacían preguntas.
— ¿Tienes las llaves?—preguntó.
—No señor, las dejo siempre en el auto porque las pierdo con facilidad, señor— casi suelto una carcajada porque eso no era cierto. Jasper jamás perdía nada.
—He encontrado un Audi azul oscuro abandonado, la placa de rodaje coincide con tu nombre te pregunto otra vez ¿Dónde está tu auto?
—No lo sé señor, lo dejé en el garaje esta tarde. Si no está allí, me lo han robado señor—dijo muy serio. Emmett y yo queríamos nos miramos a punto de estallar en carcajadas.
Escuchamos ruidos en la escalera, alguien bajaba haciendo mucho ruido.
—Charlie ¡Amigo! ¿Por qué nos visitas tan tarde?— era Richard, se me había olvidado que todavía estaba en casa. Su humor llegó a aliviar tensiones.
—Richard, he venido oficialmente. Encontramos el auto de uno de los jóvenes muy cerca de mi casa hace menos de una hora.
— ¿Cerca de tu casa?—dijo mirándonos a nosotros tres. –Pero si los muchachos han estado durmiendo en el tercer piso conmigo. ¿No me digas que nos robaron? Vamos a ver si los demás autos están en el garaje. El auto de mi osito me costó una fortuna—dijo saliendo de casa. Todos lo seguimos, mi madre no dejaba de mirarme muy seria. Llegamos al garaje Richard gritó.
— ¡La puerta estaba abierta!—gritó, yo sabía que él tenía llave, así que no era cierto. – ¡Falta uno de los autos!
Los policías se acercaron y constataron que faltaba el de Jasper. Pero Charlie no parecía muy convencido.
—Entonces fue robado ¿Quién sería el desgraciado? Qué eficiencia Charlie, te felicito si así de rápido encontraran los autos en otros estados sería una bendición. ¿Entonces debemos poner una denuncia o nos devolverán el carro de Jazz?— Richard sí que sabía manejar estas cosas.
—Está bien Richard, si el auto fue robado les será devuelto. Señora disculpe la molestia a estas horas, creí que sería importante— dijo Charlie mirando a Richard y a mi madre pero evitando mirar a Carlisle. — Pueden recogerlo mañana de la estación de policía.
—Al contrario, le damos las gracias a usted—dijo mamá.
Black que todo el tiempo se mantuvo callado, me miró fijamente.
— ¿Por qué Cullen no lleva pijama?— no me había dado cuenta que seguía con la misma ropa negra.
—Es su pijama— me defendió Emmett. Mi padre también reparó en esto y me lanzó una mirada furiosa.
— ¿Pijama negra?— Charlie Swan se acercó a mí.
Richard se apuró en defenderme. Muy despacio le murmuró al jefe Swan: "Es que el pobre chico es Emo, uno de esos depresivos que le gusta vestir de negro y llorar por todo"
En el rostro del jefe de policía se formó una sonrisa burlona. Miró a mi padre sin dejar de sonreír.
Swan dio la orden y los demás policías subieron a sus patrullas llevándose a Black con ellos.
Cuando todos se hubieron ido mi padre nos miró a los tres.
—Si vuelvo a saber que tu…— dijo mirándome a los ojos molesto. –Sólo quiero que no te metas en líos Edward ¿Me entendiste?—casi gritó.
—Vamos Carlisle, el chico está enamorado. Si no lo ayudas va a cometer una locura. Si no quieres que actúe así, ayúdalo—le aconsejó Richard.
Mi madre se acercó a Carlisle y lo abrazó.
—Vamos a dormir, hablaremos mañana contigo Edward—me dijo sin darme la sonrisa a la que estaba acostumbrado.
Subimos, mis dos amigos me abrazaron.
—Pequeño Eddie si te agarra el jefe Swan te hace puré— dijo Emmett sonriendo.
— ¿Ahora quien me lleva mañana al colegio?— se quejó Jasper desanimado.
—Vete rebotando Tigger—le dijo Emmett antes de cerrar su puerta.

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