14 enero 2013

Capítulo 13



CAPÍTULO 13

PERRO ASTUTO


BELLA
Es increíble sólo pensar que la cita con Mike fue la mejor de mi vida, jamás había reído tanto.
No sé que le habían hecho los chicos pero Mike no paraba de restregarse en el asiento de vuelta a mi casa. Tendría que preguntarles luego.
Bajé del auto, Mike ni siquiera quiso acompañarme hasta mi puerta, había cambiado de color, su rostro tenía color verdoso, así que lo apuré para que se vaya.
Llegué muy temprano, vi mi reloj, exactamente una hora y media. ¡Fabuloso! Tendría tiempo para ver algún programa en la televisión ya que Edward no vendría esta noche.
Me sorprendí al encontrar a Jacob en la sala conversando con mi padre.
—Bella, no te esperábamos tan pronto— dijo Charlie
—Hola papá, Jacob. Bueno Mike estaba indispuesto, tiene catarro— mentí.
—Hola Bells, Charlie y yo hablábamos, no sabía que podías salir a pasear conmigo la semana que viene, no me dijiste nada—me reprochó con una sonrisa.
—No esperarás que yo te pida salir—le dije con otra sonrisa fingida.
—Tiene razón Jake, las chicas no hacen eso. Pídeselo—le alentó mi padre. Ay porque le di ideas. Jacob se levantó y suavizó su voz.
— ¿Señorita Swan aceptaría salir conmigo el viernes que viene?
—Sería un honor señor Black—le dije sin sonreír, sé que él pudo sentir que lo hacía por compromiso pero no le importó.
— ¿A dónde irán?—preguntó papá
—Dejaré que Bella decida—le aseguró Jacob.
—Permiso papá quiero dormir, me duele la cabeza—me excusé.
—Hasta mañana hija que descanses.
Me fui a la cama, no tenía deseos de quedarme a conversar. Ni siquiera miré a Jacob para despedirme.
.
Ese fin de semana también fue aburrido, Edward no venía sábados ni domingos porque mi casa solía estar llena de gente, papá invitaba a comer a sus amigos y redoblaba la vigilancia.
El lunes en clase de deportes entregamos los permisos firmados para ir a La Push el siguiente sábado, habrían varios juegos y competencias de lo más raras, me daba la impresión que el profesor se pasó la semana viendo películas griegas y romanas, no me extrañaría que nos soltara un par de leones para ejercitarnos.
—Las competencias que realizarán están inspiradas en aquellas que dieron origen a las actuales olimpiadas. Habrá dos tipos de combates "Luchas greco—romanas" y "Toma y defensa". En la primera serán por afinidad, iré llamando por lista y el alumno elegirá a alguien con quien combatirá. Tengan estas hojas con las reglas, léanlas. Es algo que los antiguos mediterráneos hacían para ajustar cuentas con sus adversarios. No estoy promoviendo la violencia, no se valen puñetazos ni patadas. Y en el combate "Toma y defensa" si habrá un sorteo, parejas mixta, hombre y mujer, le daré a uno un objeto valioso que tiene que defender y el otro combatiente tratará de quitárselo. Vale cualquier treta pero sin violencia, se evaluará la sagacidad, las chicas tienen menos fuerza física así pueden emplear la estrategia que se deseen— todos nos miramos con cara de póker. Sólo Emmett sonreía mirando a Rose.
— ¿Ya pensaste a dónde iremos?—me preguntó Jacob acercándose.
—No, la verdad no lo sé, déjame pensar un poco—le dije sin interés.
—Está bien pero me lo dice con anticipación—sonrió maliciosamente. Qué rabia me daba tener que aceptar salir con él. Quisiera tener un bate en este momento.
Esa noche Edward me llegó más tarde de lo acostumbrado. Lo eché de menos, estuve en el balcón esperando más de una hora.
— ¿Hola preciosa, me extrañaste?— preguntó apenas entró en mi habitación.
—Pensé que no vendrías— me quejé.
—Papá quería que cenara con ellos. Diariamente ceno solo y digo que me voy a dormir, Esme sabe que vengo a verte pero papá no.
— ¿Y qué novedades?— le pregunté. Lo único que me alegraba de salir con Jacob es que tal vez le echen también ese polvo picapica que usaron con Mike. Rosalie me contó esta mañana cada detalle. Emmett había pasado en su habitación el fin de semana entero. Qué envidia.
—Los chicos no me quieren dar detalles de lo que planean pero me pidieron que te dijera que el viernes vayan al cine. Hay una película romántica con Robert Pattinson, está en su última semana así que no irá mucha gente— sonrió.
— ¿Cine con Jacob? Aj, espero que tengan algo bueno.
—Eso espero yo también, no soportaría que ese idiota trate de besarte a oscuras. Y yo mirando como tonto— se quejó.
— ¿Qué crees que es peor verlo o sentirlo?
—Mejor no respondo eso— me besó con tanta ternura que sentí desfallecer.
.
La semana pasó muy rápido precisamente porque no tenía intenciones de salir con Jacob. Edward había venido cada día. El jueves por la noche lo noté preocupado.
— ¿Edward, te ocurre algo?
—Todo está demasiado calmado, Black no se ha mostrado como otros días está muy tranquilo, demasiado confiado. Eso es malo— dijo pensando.
— ¿Malo? ¿No crees que tal vez está así porque no ha tenido problemas con ustedes?— pregunté.
—Mi padre dice que cuando hay demasiada calma es que algo se acerca— se encogió de hombros.
— ¿Desconfías de los tres mosqueteros? Porque yo no— le aseguré.
— ¡Claro que no! Pero por si las dudas. Sé que no tienes celular, quisiera que lleves uno sólo por si acaso.
—Papá no me deja tenerlo, ya sabes teme que mamá trate de comunicarse conmigo.
—Este fue mi primer celular—me tendió un pequeño aparato plateado.
— ¡Qué lindo!— exclamé. En verdad era adorable, tan pequeño que cabía en la palma de mi mano.
—No tiene muchas funciones pero es discreto. Quiero que lo lleves mañana. Está apagado, solo tienes que encenderlo, mi número es el primero, también están el de Emmett, de Jasper de papá y mama. Y claro de tus amigas también.
—Si mi padre me descubre con este celular me mata—le dije en broma
—No es gracioso, por eso debes tenerlo apagado, pide clave para ingresar, solo oprimes el 7 cuatro veces seguidas y entras. Si te descubren con él… destrúyelo.
—Tendré mucho cuidado— dije revisando el aparatito tan mono. No sería capaz de destruirlo por eso me cuidaría mucho de no encenderlo a menos que sea una emergencia. — ¿Debo llevarlo mañana?— pregunte.
—Sí. Para hacerme sentir más seguro.
—Bueno— acepté.
.
Al día siguiente Jacob me esperó en el estacionamiento. Parecía que no iba a iniciar bien el día después de todo.
—Hola Bella. Así que hoy es día de cine, ¿Ya sabes que veremos?— preguntó.
—No. Puede ser una película romántica tal vez ¿Qué opinas?— dije tratando de parecer entusiasmada, pero obviamente no me daba mucho resultado.
—Lo que tú digas—sonrió caminando hacia las aulas de clases. Había días en que no parecía tan malo, incluso me hacía recordar a mi amigo de la infancia. Aquel que me defendía siempre.
Por la tarde estaba algo nerviosa, Leah tenía en una de sus crisis emocionales tan comunes últimamente. Siempre hacía berrinche cuando tomábamos el té con Sue. Se quejaba de la escuela, de los maestros, de las compañeras de clases. No sabía que la pasara tan mal.
—Ve a alistarte Bella, Jacob vendrá por ti en un par de horas, ponte bonita, ¿Quieres que te peine? Puedo hacerte unos rizos— ofreció Sue.
—Gracias, no creo que sea para tanto, solo es Jacob— dije aburrida.
—Parece que tienes mayores aspiraciones— Leah clavó sus ojos de águila sobre mí.
—Es simplemente que no estoy entusiasmada, es solo una salida— me encogí de hombros.
—Tal vez sea algo mas—sonrío Sue.
—No Sue, no será nada más— le corregí.
—Es que Bella tiene otros gustos— añadió Leah con mucho sarcasmo.
— ¿Así? ¿En serio Bella? ¿Hay algún chico que te guste? ¿Mike Newton por ejemplo?— a Sue parecía fascinarle mi vida sentimental. Si ella supiera, moriría de preocupación.
Leah sonrió, parecía que se lo pasaba de maravilla.
—Bella tiene gustos más especiales— dijo mientras me guiñaba un ojo. Si las miradas mataran o al menos golpearan, ella estaría inconsciente en el piso.
Sue miró nos con suspicacia, tratando de adivinar por donde iba la conversación pero la verdad estaba perdida la pobre.
—Solo porque no me gusta Jacob no quiere decir que me guste otro— dije muy segura. –Permiso, creo que me maquillaré— Salí a arreglarme para la función de hoy.
Jacob llegó puntual por mí. A las siete como habíamos quedado, papá también apareció a tiempo para poder vernos salir juntos.
—Espero que no sea esta la última vez que los vea así, hacen una buena pareja—nos decía mirándonos. Sí claro. Bonita pareja hago con Jake llevando esta cara de resignación.
—Eso es lo que pienso Charlie seguro Bella me tendrá más en cuenta de ahora en adelante—Jacob sonreía a papá como si acabara de hacer un buen negocio.
—Date prisa que no me quiero perder los avances de otras película—lo apuré, tal vez los chicos ya estarían esperando, me sentía más segura con ellos cerca.
Subimos al auto y partimos, no hablamos durante el viaje. Estábamos muy cerca del cine y Jacob recibió una llamada.
—Ok, gracias—fue todo lo que dijo.
Frente al cine redujo la velocidad, miró hacia los títulos de las películas y sonrió. Aceleró y se pasó de largo. Me estremecí ante su reacción.
—Me apetece comer algo primero. ¿Te molesta?—preguntó, no sabía que decir, estaba confundida pero algo me decía que él sabía algo o le habían avisado.
—No. Creo que hay otra función después de esta—traté de parecer normal.
—La verdad no quiero ir al cine hoy.
—Entonces no me hubieras pedido que escogiera el lugar si después de todo vas a llevarme a donde tú quieras—le reproché.
—Tengo hambre se defendió—manejó unos minutos y se detuvo frente al restaurante al que Mike me trajo la semana anterior.
—No quiero comida italiana—le dije.
—Pues no la comas, yo muero por unos espaguetis— para esas alturas yo traía una cara de indignación que mataba.
Bajé rápido sin esperarlo y entré, me senté en la misma mesa que mi cita anterior.
— ¿Te gusta repetir los patrones?—dijo sonriendo. Me di cuenta que sabía de mi cita con Mike ¿Cómo podría saber si él estuvo con papá cuando eso ocurrió?
— ¿Vas a pedir o comeré solo?—preguntó.
—Solo quiero agua—dije.
Pidió una lasaña y mientras comía yo miraba alrededor buscando en que entretenerme.
— ¿Ahora me llevarás al cine?— pregunté cuando terminó de comer.
—No quiero películas románticas si puedo vivir una. Me apetece dar una vuelta, luego te llevaré a casa, Charlie me pidió que no llegáramos mas de las 11 y todavía faltan 3 horas— no dije nada. Es más, no quería ni hablarle.
Salimos, subí a su auto, dimos un par de vueltas por el pueblo. Pero luego tomó la carretera de camino a La Push.
— ¿A dónde vamos?—pregunté molesta.
—Pensé que te gustaría dar una vuelta por la playa
— ¿Si quisiera ir te habría dicho no crees?—estaba más que molesta, comenzaba a irritarme.
—Es que eres tan tímida— dijo sonriendo.
Empezó a manejar más rápido, me asustaba lo que estuviese pasando por su cabeza.
—Regrésame a casa—le pedí.
— ¿Por qué? Pensé que podríamos visitar a mi padre.
— ¡No quiero! Papá no sabe a dónde iremos. Quiero volver ¡Ahora!— me contenía para no gritar.
Jacob sacó su celular y llamó.
—Charlie hola. Sí estamos bien. Cambiamos de planes, ¿Podemos ir a visitar a Billy? Sí, no te preocupes la traeré de vuelta a media noche. Ok— cortó la llamada –Tu padre no tiene problemas— dijo sonriendo.
— ¡Pues yo no quiero ir a ningún lugar!—grité furiosa.
— ¿Qué pasa? ¿No te gustan las sorpresas? ¿Quizás porque no está tu amigo grandote?— me quedé tiesa oyéndolo Él sabía… estaba segura. —Pongamos las cartas sobre la mesa Bella, no soy tan idiota para caer con unos mocosos. Éste es el trato, vas conmigo a La Push, te portas bien, como una dulce y delicada chica o tu padre va a saber de tus líos con el tal McCarthy y no creo que le cueste meterlo a la cárcel. Charlie tiene sus recursos— dijo sonriendo.
No me iba a intimidar con eso, no podía probar que yo tenía nada con Edward, es decir con Emmett ya que Jacob creía que era con el amigo de mi novio, con quien me veía.
—No me importa lo que le digas a papá, no quiero ir contigo. ¡Déjame bajar!— grité.
Detuvo el auto en seco. Me miró y quitó el seguro de la puerta.
—Si eso es lo que quieres, después no digas que no hago lo que pides— dijo con una falsa sonrisa, parecía herido en su orgullo.
Sin pensarlo dos veces me quité el cinturón y bajé. El frío de la noche me hizo estremecer, no llevaba mi mejor abrigo y estaba helado aquí.
Apenas cerré la puerta el auto continuó su marcha. Sabía que estaba por lo menos a diez kilómetros del pueblo y me tomaría un par de horas llegar, así que comencé a dar pasos sin voltear a mirar si Jacob volvía.
Llevaba casi cinco minutos caminando cuando oí ruidos en el bosque, parecían animales. Me dio miedo, pensé en Edward. En estar a salvo en sus brazos. ¿Dónde estaría ahora? Desde luego preocupado por mí, tenía razón anoche, algo no iba bien de todos modos. Revolví mi pequeño bolso y saque el diminuto celular que me dio, lo encendí y marque la clave.
Sonreí al ver una foto suya como fondo de pantalla. Busqué su número y marque. Al primer timbre contestó.
— ¿Bella dónde estás?—dijo alarmado.
—Ven por mí, estoy en la carretera a La Push, a mitad de camino entre Forks y la reserva.
— ¿Estás sola?— preguntó. Pude escuchar el motor de un auto acelerando.
—Si estoy sola, me bajé del auto de Jacob, tengo mucho frío y está todo oscuro—me quejé.
—No me tardo amor, espérame— sé que si pudiera correr a velocidad de la luz ya estaría aquí conmigo.
—Aquí estaré—le dije sonriendo.
Anduve otros 5 minutos a oscuras hasta que las potentes luces de un enorme auto me cegaron. No era el auto plateado que esperaba, se estacionó cerca de mí. Pensé en correr pero Edward bajó muy rápido de aquel enorme jeep, me envolvió con una cobija y me atrajo contra su pecho.
— ¿Que pasó preciosa?—su voz era tan dulce que quería quedarme así un rato más.
—Jacob sabía lo que le hicieron a Mike, también que planeaban algo para hoy, se desvió después que le avisaron por teléfono. Fuimos a comer al restaurante de la semana pasada, después tomó esta ruta y le pedí bajarme del auto.
— ¿Y te dejó sola en medio de la carretera?—preguntó molesto. Yo solo encogí los hombros. –Nosotros esperamos en el cine, cuando empezó la función nos llovieron palomitas, eran Quil y Embry. Esos idiotas son los que seguramente nos siguieron la semana pasada, sabían que haríamos algo contra Black.
—Sí, ellos debieron llamarle por eso Jake cambio de ruta. De camino aquí me amenazó, quería ir que vaya a ver a su padre y que me portara bien o si no le contaría a papá que tengo algo con Emmett— le conté. Edward debía estar al tanto de todo lo que pasaba, no debía ocultarle nada.
—Estúpido perro—murmuró pero alcancé a oírlo.
— ¿Que haremos ahora?—le pregunté.
—No lo sé, por lo pronto vamos con los chicos, los dejé en el cine, me traje el auto de Emmett. Cuando supe que no vendrían al cine quisimos buscarte en el pueblo pero encontramos los neumáticos de nuestros autos pinchados. Este es el único auto que tiene doble refuerzo en las llantas y no le pasó nada así que apenas llamaste vine lo más rápido que pude.
El Jeep de Emmett era enorme como él, nunca había subido a un auto así. Edward me miró con una sonrisa, me abrió la puerta del copiloto y me subió al asiento, era muy alto para mí. Me puso uno solo de los varios arneses que traía.
Manejó rumbo al pueblo pero antes que llegáramos nos alcanzaron dos autos más. Eran mis amigas. Estaba muy contenta, por fin nos reuníamos todos. Bajamos y fui a saludarlas, me sorprendió encontrar a Jasper en el auto de Alice y a Emmett en el de Rosalie.
— ¡Bella!—chillo Alice lanzándose hacia mí.
—Qué bueno que estás bien—me dijo Rose.
—Qué alegría verlas—les dije.
— ¿Qué pasó Bellieta?—preguntó Emmett. Edward le contó lo que había pasado y sus amigos estaban muy callados.
— ¿Ese asqueroso chucho te dejó en medio de la nada?—pregunto Alice.
—Yo quise bajarme—traté de sonar calmada.
—Esto requiere medidas extremas, va a tener que pagar por lo que hizo— Emmett juntó sus puños en forma amenazante.
—Solo íbamos a avergonzarlo un poco, ahora no tendremos piedad—la mirada de Jasper se oscureció.
— ¿Qué haremos ahora?—les pregunté. Todavía me quedaban dos horas que no pensaba desperdiciar.
— ¿Hasta qué hora te dio permiso tu papá?—preguntó Alice.
—Creo que hasta la media noche—respondí sonriendo.
—Entonces vayamos a pasear por allí, lejos del pueblo—pidió Rose.
—Lo que tú quieras bebita—dijo Emmett. Todos lo miramos con cara de interrogación.
—Sí. En un rato le daremos a Jacob una lección—sonrió Alice.
—Eso déjanoslo a nosotros— pidió Emmett.
—No me refiero a tortura física, eso se lo pueden cobrar mañana, estaremos un par de horas por aquí y luego dejaremos a Bella a la entraba del pueblo, déjenmelo a mí—sonrió, esa pequeña también era tan maquiavélica como su novio.
Fuimos a otra playa y paramos los carros cerca de un acantilado, pero ahora íbamos en el auto de Rose porque el de Emmett era muy grande y ellos nos lo habían pedido porque dijeron que necesitarían espacio, no preguntamos sólo se lo cedimos, esos dos eran tan pasionales yo prefería no imaginar nada.
—Que hermosa noche—dijo Edward.
—Ni se nota que casi me congelo— me queje. Edward se quedó mirándome confundido. Yo quería un abrazo cálido.
—Así encontré a Leah el otro día ¿Quién mas tiene la poca cortesía de dejar a una chica sola en medio de la carretera?—dijo más para sí mismo.
— ¿Crees que Jacob fue el que dejó botada a Leah?—le pregunté.
—Es posible, deberías preguntarte.
— ¿Acaso no la oíste la otra vez? No me meto en sus asuntos y ella no se mete en los míos. No quiero preguntarle— hice puchero.
—Ella también estuvo en la carrera de autos, por cierto traía una minifalda muy corta— dijo pensando.
— ¿Leah con minifalda? ¿En serio? Jamás usa ese tipo de ropa— se me hizo de lo más raro.
—Extraño. Bueno olvidémonos de eso un rato, es mas olvidémonos de todos, acércate, creo que todavía tienes frío— no tuvo que pedirlo dos veces yo ya estaba recostada contra él.
—Te quiero bonita— dijo besándome la nariz.
—Y yo a ti mi príncipe—respondí.
Pasamos dos horas que parecieron minutos. Sentí vibrar algo entre nosotros y Edward saco su celular.
—Era Alice, está ansiosa por poner su plan en marcha—dijo sonriendo.
— ¿Qué es tan gracioso?—pregunté.
—Que entre nosotros tres, Jasper es el que idea todas las cosas que hacemos, desde las travesuras, las excusas y todo lo que iniciamos. Parece que Alice es Jasper en versión femenina, no saben lo parecidos que son—dijo riéndose.
Cuando llegamos a la entrada del pueblo Alice me estaba esperando con los demás.
—Bella, ve al teléfono público que está en esa gasolinera y llama a tu papá. Le dices que venga por ti. Si te pregunta que pasó dile que reñiste con Jacob. Cuando llegue le dices que él te dejó en medio de la carretera y que viniste caminando desde La Push— me pareció buena idea.
—Claro ¿Alguien tiene cambio?— Edward puso unas monedas en mi mano.
—Y ustedes— continuó mi pequeña amiga dando instrucciones mirando a los chicos. —Más les vale que mañana dejen medio muerto a ese perro o yo misma lo mataré— la enana se oían amenazadora.
Nos despedimos de ellos, mis amigas subieron a sus autos, estarían cerca, lo suficiente para ver cuando mi papá esté aquí.
Lo único que me molestaba era el frío ya que el abrigo de Edward me había calentado bastante. Llamé a papá.
— ¿Bella dónde estás?—contestó molesto.
—Estoy en la gasolinera a la entrada del pueblo—fingí estar llorando.
—Estoy en La Push—dijo él. Me asusté mucho. –Jacob dice que riñeron y que te quisiste bajar del auto, pero cuando volvió por ti no te encontró, salí a buscarte ¿Donde te has metido?— el estómago se me encogió, ese tipo era tan astuto, ahora se las vería conmigo.
—Traté de tomar un atajo papá tenía mucho frío, entré al bosque, me caí y estoy hecha un desastre— gimoteé.
—Cálmate pequeña, voy por ti, quédate donde estás— colgó.
No sabía qué hacer, saque el celular plateado y busque a Alice, le conté la conversación con papá y pareció quedarse muda.
—Espera allí— me dijo. En menos de 30 segundos llego, bajo de su auto, me llevó a un lado de la carretera y sonrió.
—Bella ahora sé una buena niña y tírate al piso—estaba loca, la miré espantada.
—Alice, no creo que sea buena idea…
—Bella tienes que estar en terribles condiciones cuando llegue Charlie, tírate al piso, ensúciate, vamos rápido— hice lo que me pidió, yo nunca hice berrinches de niña y no sabía lo que se sentía. No era tan malo. Ella rasgó mi suéter y me puso ramitas y hojas en el cabello.
—Ahora si se va a molestar tu papi—sonrió. –Siéntate en esa roca y espéralo, pon tu peor cara de niña abandonada— sacó su bolso y me pasó maquillaje por una de mis mejillas, me pintó de morado mi mano derecha.
Pronto llegó papá. Bajó de su auto muy molesto.
— ¡Bella! Definitivamente no volverás a salir con Jacob, no tiene permiso para sacarte de casa. No sabe comportarse con las chicas, como se le ocurre dejarte sola, aunque hayan discutido no debió dejarte allí. Voy a tener una cuantas palabras con él— dijo sacando su abrigo y poniéndomelo en los hombros.
—Jacob es muy celoso papá—dije llorando, quería hacerlo más real y de paso desacreditarlo.
— ¿Celoso?—preguntó.
—Sí, se molestó porque el mozo del restaurante me miraba y luego porque se acordó que Emmett me hablo el otro día. Me acusó de ser resbalosa y me gritó, no quiero verlo más papá—rompí a llorar con ganas.
—Me dijo algo, dice que sospecha que te ves con el tal McCarthy, pero ya lo comprendo todo, tiene celos enfermizos, eso no es bueno, es muy peligroso. Personas así solo causan desgracias. No quiero algo así para ti, no quiero que tu también pases por lo mismo—dijo mirando al horizonte como recordando algo. Me abracé más a él, sabía que era algo muy doloroso y triste que nunca había querido decirme.
Llegamos a casa, me bañé y luego bajé a tomar la leche que me preparó papá, me trató con mucho cariño, hacía años que no preocupaba así por mí, me sentí un poco mal por engañarlo pero Jacob había sido muy malo conmigo y no quería que me obligaran a salir con él otra vez.
Me acosté de madrugada y puse mi alarma. Mañana tendríamos un día de lo más agitado en la playa, no quería perdérmelo.

0 comentarios:

Publicar un comentario