14 enero 2013

Capítulo 12



CAPÍTULO 12

LOS ROMPECITAS

BELLA
Esperaba a Edward en mi cama y no podía evitar seguir riéndome. La había pasado genial en la escuela salvo en clase de biología, yo estaba más sonrojada que mi novio, sabía que toda esa situación era muy vergonzosa para él.
Y cuando Emmett me pidió ayuda para jugarle una broma a Jacob me negué, tenía mucho miedo pero algo me hizo cambiar de idea.
¿Cómo está la mujer más hermosa del mundo?—Oí la voz de Emmett al salir del comedor.
Esperando que la visites esta noche—le susurró Rose.
Alice y yo intercambiamos unas miradas de complicidad. Emmett había empezado a visitar a Rose por las noches igual que Edward lo hacía conmigo, solo que Rose no nos quería dar detalles. Alice se había quejado porque Jasper no hacía lo mismo. Pero nos contó que desde que llegaron a Forks, su novio cada día él le enviaba un poema a su correo electrónico, le dejaba notas en su cuaderno y se encontraban por las mañanas antes de llegar a la escuela hasta que Edward fue castigado, por eso mi pequeña amiga andaba de malas.
Todavía soy menor de edad, contrólense—chillo Alice mirándolos, aunque técnicamente no hacían nada en sus miradas había un brillo extraño.
Hola enana, hola Bellieta, necesito su ayuda—dijo Emmett
A quien hay que matar—preguntó Alice.
Que mente siniestra. Es sólo algo que tengo preparado para Black pero no me le puedo acercar tanto. Hay que poner algo dentro de su mochila, es pan comido.
Yo me acercaría pero es un pelmazo, me van a dar ganas de arañarlo—suspiró Alice.
Yo puedo hacerlo—dijo Rose encogiéndose de hombros.
Pero no te le acerques tanto— se quejó Emmett.
Ni pensarlo ¿Bella no te animas? Jacob es mas amigo tuyo que nuestro—me preguntó.
¿Yo? No Rose ¿Y si se da cuenta?—dije con miedo.
No lo creo Bellita, ese tipo piensa que eres de su propiedad, no creería que tú le harías algo así—me animó nuestro amigo.
Lo siento—me excusé.
Bueno ya danos esa cosa y lo sortearemos— dijo Alice quitando de las manos de Emmett un pequeño frasco.
Caminamos hacia el aula de español y entramos antes que nadie. Rose se sentó en el lugar de Jacob y me hizo señas para que me acercara pero sólo Alice se sentó a su lado. Entonces entró Quil, Embry y Jacob que las rodearon.
Hay nenas ¿Quieren sentarse con nosotros?—dijo Quil que miraba a Rose como si fuera algo comestible.
Podría ser grandote, ¿Qué tienes en el cabello?— le preguntó Rose arrugando la nariz.
No lo sé, regreso en un minuto—Dijo Quil, saliendo rápidamente. Esa treta de Rose nunca le fallaba todos los chicos corrían al baño siempre que ella se quejaba de algo en su aspecto.
¿Bella es cierto lo que dice Mike?— preguntó Jacob molesto.
No ando detrás de Mike para saber todo lo que dice—le conteste un poco molesta.
¿Vas a salir con él? El imbécil dice que es por ganar la competencia. No tienes porque hacerlo, no fue él quien corrió, fue el cobarde de Cullen que dejó que Mike se echara la culpa.
Mike me invitó a salir y acepté, no sé nada de la tonta carrera—le respondí.
Llevo más de un año pidiéndote salir y no me aceptas. ¿Por qué vas a salir con él?—casi gritaba.
No tengo porque darte explicaciones, salgo con quien quiera—me defendí.
No. Puedes salir con Mike si llega entero al viernes pero hay sujetos que es mejor que ni consideres, sobre todo extraños y recién llegados. A esos ni te les acerques, tu padre está de acuerdo conmigo— amenazó.
Ese es problema de mi padre y mío, no tienes nada que ver en eso.
Claro que tengo que ver, debo cuidar de ti vas a ser mi esposa—gritó.
Instintivamente le quité el frasco de las manos a Alice.
Todavía no elijo Jacob Black, no me presiones o te juro que escogeré a Mike— le dije con el tono más amenazador que pude.
Entornó los ojos y me miró como si acabara de abofetearlo, me dio la espalda y salió del aula seguido por Embry que había estado callado. Me levanté, abrí el frasco y vacié su contenido en la mochila de Jacob que Alice gentilmente había abierto para mí.
Eso Bella, se lo merece por estúpido—me alentó Rose.
Alice sonreía y movía sus pececito con rapidez. Salí del aula, necesitaba aire. Caminé muy rápido hasta que choqué con alguien, era Emmett que me sonreía.
¿Estás bien Bellieta?—me dijo burlándose.
Ya está hecho, yo misma eché lo que me diste en su mochila, es que me sacó de mis casillas, es tan posesivo.
Te dije que ese perro cree que eres de su propiedad, espera un rato ya te reirás—dijo él y siguió avanzando hacia el aula. A lo lejos pude ver a Quil mirándonos con cara de pocos amigos.
Oí ruidos suaves en mi balcón y cerré los ojos.
—Mi bella durmiente, sé lo que necesitas—dijo una suave y aterciopelada voz en mi oído, me estremecí al sentir su aliento y su aroma.
Me dio un suave y tierno beso, mi corazón latía muy rápido, desde hace casi un mes he descubierto que Edward me causa taquicardia. No abrí los ojos quería saber que más podría hacer él para despertarme.
—Vaya no ha sido suficiente, probaré algo distinto—su voz me acariciaba. Sentí sus labios en mi frente, luego en mis mejillas y después un suave beso en el cuello de hizo abrir los ojos como platos.
—Creo que eso sí despertó a la bella durmiente pero solo para estar seguro—besó con suavidad el lóbulo de mi oreja.
—Ya... ya me desperté—dije jadeando. Este hombre quería matarme.
—Que bueno linda porque necesito hablarte— me senté para abrazarlo.
—Te escucho Romeo— apoyé mi cabeza en su hombro.
— ¿A dónde te llevará Newton el viernes?— preguntó serio.
—No lo sé aún no hemos hablado de eso.
— ¿Entonces podrías decirle que te lleve a comer al restaurante italiano que está en el centro?
— ¿Que están planeando?—pregunté sonriendo.
—Emmett tiene algunas ideas. No lo sé, no me quieren decir pero te aseguro que te divertirás mucho.
.
Al día siguiente llegué tarde al colegio, me pasé varios minutos esperando a Leah pero nunca apareció. Según Sue se había ido más temprano que de costumbre. Qué extraño, ella no tiene coche.
Cuando llegué al aula encontré a Jacob y Emmett discutiendo.
—Déjame en paz Black pareces una chica con síndrome premenstrual. Qué carácter—se quejaba Emmett.
—Si al menos atacaras de frente McCarthy, pero eres un mariquita—gritó Jacob. En un par de segundos Emmett tomó de las solapas del abrigo a Jake y lo estampó contra la pared.
—Repite eso Black—lo amenazó.
—Em cálmate, deja a este idiota—dijo Jasper acercándose a contener a su amigo que bajó a Jacob despacio.
—Pues lo repito aquí y donde quieras McCarthy, no eres bienvenido. Desde que llegaste solo has traído problemas, te haces el gracioso con todo el mundo pero eres sólo un retrasado mental— Jake lo provocaba.
— ¿Quieres pelear conmigo Black? ¿Eso es lo que quieres? Solo dime donde y cuando pero deja de rondarme como si quisieras que te invite a salir. Yo nunca busqué que tú me aceptaras en el pueblo, hay otras personas que me han dado la bienvenida— sonrió Emmett en son de burla.
Acto seguido Emmett hizo algo que, estaba segura, fue para hacer rabiar más a Jacob.
Tomó mi mano y me sacó del aula.
Todos se quedaron con la boca abierta incluso Edward que fue el único rostro que de veras me interesaba mirar.
— ¿Qué haces Emmett? ¿Te das cuenta que esto es infantil, verdad?—le reproché en voz baja.
—Lo siento Bellita pero ese idiota me pone de los nervios y si le pegaba me iban a suspender, tenía que hacer algo que le doliera— se quejó.
— ¿Ahora qué va a pensar? Jacob y todos los demás le irán con el chisme a mi papá. Nunca olvides que Charlie trae un arma— amenacé.
—No le tengo miedo a tu viejo, solo me preocupa el coscorrón que me dará mi Rose esta noche, porfis explícale—me rogó con ojitos del gato con botas, no pude evitar reírme.
Regresé al aula, todos me quedaron viendo, menos Jacob que tenía la vista fija en el piso, Edward sonrió al verme y Jasper suspiró aliviado.
Apenas tomé asiento Rose me asaltó.
— ¿Está bien Em?— preguntó.
—Sí, solo quiere que lo perdones por eso que hizo.
—Fue lo mejor, tenía miedo que atacara a Jacob aquí, sabes lo estricto que es el director.
— ¿Sabes lo que andan diciendo las urracas?— me preguntó Alice. Negué con la cabeza.
—Dicen que vieron llegar muy temprano a Edward y a Leah, en el mismo auto— susurró.
— ¿Edward llegó en su auto? Pensé que estaba castigado... ¿Con Leah?—murmuré. Había algo que no me gustaba en todo esto, más que los tontos celos que estaban naciendo en mi pecho.
Se me hizo larga la espera hasta la noche, Edward llegó puntual como siempre, yo lo esperaba algo molesta, si lo confieso, estaba celosa.
—Hola amor—dijo tratando de besarme pero lo esquivé.
— ¿Esta mañana llevaste a Leah a la escuela?— pregunté.
—Soy inocente, de todo lo que se me acuse verbal o mentalmente— me sonrió.
— ¿Viniste a recogerla o el encuentro fue casual?—pregunte con ironía, pobre de él si ese encuentro fue planeado.
—Yo encontré a esa chica en la carretera congelándose y le ofrecí ayuda. La reconocí del otro día, creo que la llevas diariamente al colegio—dijo Edward en su defensa.
—No me imagino a Leah sola, muerta de frío caminando en la carretera a tu casa—le replique.
— ¿Insinúas que yo quedé con ella? ¿Crees que te miento, que juego contigo? ¿Qué trepo cada día tu balcón sabiendo que si algún día tu padre me encuentra de seguro me mata, solo porque eres un pasatiempo….?— No lo dejé terminar y lo besé casi con desesperación, al principio no me correspondió pero luego me tomó con la misma pasión que yo.
Cuando casi no tenía aliento nos separamos, él sonreía.
—Vaya, creo que voy a darte celos más seguido—lo empujé jugando y caímos a la cama.
—Te creo Edward, jamás pensé que pudieras hacer algo así, ¿Pero acaso no lo encuentras extraño?—pregunté acurrucándome en su pecho.
—Si es muy raro, hay que estar preparados— lo sentí preocupado
—Si claro ¿Qué tal si contratamos a Jasper Holmes y a Emmett Watson?—le dije en broma para que se relajara.
.
.
EDWARD
Cada día que visitaba a Bella era mejor que el anterior, éramos como almas gemelas, nos comprendíamos bien, nos gustaban las mismas cosas y a veces hablábamos lo mismo, hasta nuestros pensamientos eran parecidos.
Sólo la noche que hablé con ella sobre la chica quilete recogí en la carretera casi discutimos. Afortunadamente entendió lo que me pasó. Yo no esperaba encontrar a su amiga en el camino de casa a la escuela ya que Bella vive en una ruta distinta. Pero allí estaba una mañana, en la carretera y con un suéter que apenas debía abrigarla. Las mañanas son muy frías en este pueblo.
Me detuve caballerosamente y me ofrecí a llevarla, ella se rehusó al principio quizás pensando que podía pedirle aventón a alguien conocido ya que yo era "el enemigo" como me había llamado hace unos días. Pero al ver que el auto de Jasper y Emmett pasaron por nuestro lado aceptó subirse al mío. No dijo ni una sola palabra, ni siquiera me dio las gracias por traerla. Luego Mike se me acercó para insinuar que tenía un romance secreto con la amiga de Bella, eso sería lo que las malas lenguas andarían esparciendo así que esa misma noche me apresuré a contarle todo a Bella.
Pero hoy mis pensamientos volaban en torno a otra cosa, desde muy temprano sentía una sensación muy molesta en el pecho, una sensación casi desesperante.
Bella tenía su dichosa cita con Newton y eso hacía que mi día fuera un infierno, no tenía ni ganas de estar junto a Emmett y Jasper que alistaban todo su arsenal para esta noche.
Tal vez debería no ser tan masoquista y dejarlos solos, confiaba en mi novia pero sabía que si me quedaba no tendría ni un minuto en paz. Sabía que Mike estaba jugando sus últimas cartas y que haría algo atrevido y no iba a ponérselo fácil.
—Romeo es hora. ¿Nos acompañas o te quedarás a lamentarte?—gritó Emmett.
Salí con cara de pocos amigos y me subí al auto. Llegamos temprano, ni Bella ni Newton llegaban aún. Pedimos una mesa cerca de la zona romántica y ordenamos mucha comida, parecía que había en nuestra mesa un plato de cada cosa que ofrecía el restaurante. No terminaban de servirnos cuando Bella y Newton llegaron. Él se veía de lo más galante, abriéndole las puertas y acomodándole su silla.
—Mike amigo—saludó a Emmett al verlos, yo me limité a forzar una sonrisa.
Casi gruñí de rabia cuando al momento de ordenar él se atrevió a tocarle la mejilla.
—Calma Romeo, espera un poco, no te arrepentirás—insistía Emmett.
—Si Edward, creo que tenemos preparado un buen programa para hoy—agregó Jasper
—Ravioles para la señorita y para mi espaguetis a la carbonara. Una botella de su mejor vino tinto— oímos pedir a Mike.
—Bingo—dijo Emmett sonriendo. Tomó uno de los platos que habíamos pedido de espaguetis y disimuladamente lo roció con un polvo.
— ¿Y eso? ¿Otra vez purgante?—pregunté
—Primera fase del plan—murmuró Jasper.
Cuando sirvieron en la mesa de Bella, Emmett se levantó de su asiento y fue hacia ellos. Se agacho a murmurar algo al oído de Newton, él se ruborizo y le dio las gracias. Luego de que mi amigo regresó Newton se levantó y se excusó con Bella para ir a los servicios. Jasper se levantó con cuidado llevando el plato donde Emmett roció esa cosa. Apenas conversó con Bella que se veía radiante mirando a mi mesa. Jasper no tardó ni diez segundos en cambiar los platos. Newton regresó a tomar su lugar, la cena transcurrió con calma pero mis amigos comían con mucho apetito, de pronto ambos se miraron.
—Segunda fase, Edward tienes diez minutos libres con Bellieta, cortesía de los tres mosqueteros—dijo Emmett. Ambos se levantaron y se fueron al baño, Jasper llevaba una bolsa.
No pasó un minuto y Mike también se excusó con Bella. También se fue al baño.
Diez minutos, me dijeron mis amigos. No lo pensé dos veces y ocupe el asiento de Newton, llevando una copa de mí mesa. Llené ambas copas, la de Bella y la mía.
—Por la mujer más encantadora de he conocido—le dije sonriéndole.
Ella miró a todos lados un poco asustada pero me correspondió.
—Por la mejor cita clandestina que he tenido—dijo coquetamente aunque se ruborizo mucho.
Bebimos el vino y conversamos de todo, le prometí llevarla algún día a comer a Italia. Cuando calculé unos diez minutos me despedí y me fui a mi mesa. Mike llegó unos instantes después traía una cara de susto. Mis amigos se tardaron algo más de tiempo pero volvieron.
Noté que Newton se removía en su silla y parecía estar muy fastidiado. No tardaron ni cinco minutos más, él y Bella se marcharon al parecer por insistencia de Mike.
Emmett y Jasper soltaron una risotada y chocaron sus puños.
—Ese polvo picapica es infalible, valieron los 20 dólares que costaron—reía Emmett.
— ¿En dónde le pusieron eso?—pregunté
—En el papel sanitario—soltó Jasper que seguía riéndose.
—Pobre Newton, va a necesitar toda su voluntad para soportar la picazón, seguro que va a dejar a Bella en este instante.
—Son realmente malvados, gracias—les dije en tono de reproche.
—Para que están los amigos y espera a ver lo que tenemos preparado para Black, se va a arrepentirse de salir con Bella. Somos los mejores rompe citas de Washington— se felicitaba Emmett.
—Sí, tienes que decirle a Bella que Black la lleve al cine— Jasper tenía esa cara de psicópata.
Mis amigos eran geniales no imaginaba unos hermanos mejores que ellos. El gran Emmett, terriblemente infantil y obsesivo pero de buen corazón. Jasper era el cerebro de nuestra organización, maquiavélico y calculador. Sin ellos no podría haber llegado hasta donde estoy, la pasaba bien, me divertía. Eran verdaderamente mis hermanos.

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