14 enero 2013

Capítulo 11



CAPÍTULO 11

GAMETO MASCULINO

BELLA
Era viernes, me desperté cansada porque no dormí bien. Baje algo triste a desayunar y, como cada día, fui al colegio con Leah. Estaba en mitad de camino cuando me sorprendió encontrar un auto atravesado en la ruta, pensé que quizás habría ocurrido un accidente. Me acerque despacio.
Era un Audi azul oscuro, muy elegante. Mi corazón se aceleró, pues ya había visto el mismo auto en la escuela muchas veces y sabía a quién le pertenecía.
¿Jasper me traerá noticias de Edward?
Para mi sorpresa no era Jasper quien estaba parado al lado del auto. Me estacioné a la orilla del camino.
Edward miraba mi vieja camioneta con cara de culpabilidad. Descendí a pesar de los improperios de Leah. Ante ella debía mostrarme hosca y tratar mal a mi novio, aunque la verdad después de lo que me dijo no sería muy difícil, todavía estaba dolida.
—Cullen podrías mover tu auto, tengo que ir al colegio—le reproché tratando de parecer molesta.
—Promete que no te marcharás mientras lo muevo— pidió.
—No tengo nada que hablar contigo.
—Yo sí y quiero que me escuches.
—Ya estuvo bueno, me largo— gritó Leah bajándose de mi auto.
—Leah, no tienes que irte— miré feo a Edward.
—No me voy a quedar aquí viendo como confraternizas con el enemigo o alguna cosa peor— Leah echó a andar por el camino.
—Por favor, no digas…— le grité.
—Ya te dije Bella, tú no te metas conmigo y yo no me meto contigo. ¿Te quedó claro?— se giró a responderme mientras seguía caminando.
Edward movió su auto mientras yo lo miraba sorprendida.
Me acerqué a él pensando en qué diría. ¿Me reclamaría? Tal vez quiera dejar en claro las cosas y se haya dado cuenta de lo peligroso de nuestra relación.
Sacó algo de su auto y se volvió a mí.
—Perdóname— dijo acercándome un ramo de flores silvestres.
Me sorprendió mucho y no pude evitar una sonrisa, lo imaginaba arrancando flores en el campo al amanecer. Ridículo pero romántico.
—Edward…
—Por favor, perdóname, casi no pude dormir por el remordimiento, soy un tonto—me acerqué y lo abracé. No me importaba nada más que eso, yo tampoco había podido dormir pensando que tal vez no debí hacer lo que hice.
— ¿Puedo asumir que eso es un sí? ¿Me perdonas?— decía mientras me acariciaba los cabellos. Sólo pude asentir mientras una lágrima resbalaba por mi rostro. Él se acercó, me besó.
—Por favor no llores, lo siento, lo siento amor.
—Está bien Edward, no lloro de pena, estoy muy contenta. ¿Y este auto?—pregunté
—Es de Jasper, él se fue con Emmett, mi papá me castigó sin auto por una semana debido a la carrera.
— ¿Se enteró?— pregunté alarmada.
—Parece que mis padres lo supieran todo, claro no los detalles pero siempre me sorprenden. Tuve una charla con mamá anoche y me hizo ver lo idiota que había sido.
—Eso es bueno, digo que puedas hablar libremente con tu madre— le sonreí.
Llegamos a la escuela y nos separamos, cada uno estacionó su auto en un lugar diferente.
Las clases estuvieron muy bien, sin Mike, Jacob, Quil y Embry, todo parecía más tranquilo y llevadero.
Esa noche Edward vino a visitarme como siempre y nos entretuvimos jugando damas chinas, era tan entretenido que el tiempo volaba. El fin de semana en cambio estuvo aburridísimo, pude evitar ir de visita a La Push debido a un resfrío de último momento.
Esperé el lunes con ansias, no tenía clases con Edward las primeras horas así que después del almuerzo coincidimos en gimnasia. El profesor esta vez nos sorprendió con una noticia.
—Alumnos estoy gestionando un permiso especial que nos permita ir el sábado que viene a la playa, creo que necesitan ejercicios al aire libre como los antiguos griegos. Tengo muchas ideas. Llévense una hoja de permiso que será devuelta firmada por sus padres— muchos sonreían, un paseo a la playa sería interesante. El resto de la clase nos dedicamos a conversar sobre que deportes haríamos.
Por la noche Edward fue a verme otra vez.
—Lástima que mañana se terminen las vacaciones— dijo sonriendo.
— ¿Vacaciones?—pregunté.
—De las moscas que te andan rondando…
—Bueno no te he contado… mi padre me ha pedido que apresure mi decisión. Lo de casarme con uno de ellos— el rostro de Edward cambió, dejó su amplia sonrisa y endureció su gesto.
— ¿Y qué le has respondido?
—Que saldré esta semana con Mike y la próxima con Jacob. Le prometí que en un mes tendría mi respuesta.
— ¿En serio? ¿De verdad piensas salir con esos…?
—No tengo alternativa, sino Charlie elegirá y…
—Solo respóndeme ¿De veras has considerado la posibilidad de casarte con alguno de ellos?
—Antes de conocerte si, había considerado la posibilidad. Ahora no.
—Podré soportarlo entonces. Pero no se los dejaré fácil a ninguno de los dos. Que se hagan ilusiones si quieren. Yo no dejaré que te cases con nadie que no sea yo.
Mis ojos se agrandaron y dejé de respirar ¿Había oído bien? "Con nadie que no sea yo" Eso sonaba a…
— ¿Bella?
— ¿Si?
—Te amo.
—Yo también te amo.
Ya era muy tarde, Edward se marchó como una sombra en la noche, cada vez se hacía más hábil y sigiloso al subir y bajar de mi balcón.
.
.
EDWARD
¡Me perdonó! Mi preciosa Julieta me perdonó.
Fue buena idea salir a buscar flores al campo, al menos no estaban mis amigos para burlarse. Tenía miedo que mi hermosa novia no quisiera volver a verme.
Cada día estaba más enamorado de ella, era graciosa, dulce y tierna. Me hacía sonreír aún cuando no estaba conmigo.
Era feliz al recordar todo lo que hablábamos y aún lo que no decíamos. A veces las miradas hablan por sí mismas y desde que la conozco siento que sus ojos hablan más que ella. Es tan expresiva, tan transparente.
Me preocupaba un poco la idea de su padre de casarla, no lo iba a permitir así tenga que robármela. No dejaría que ninguno de esos mequetrefes la toque. Ella me amaba y eso me daba ciertas ventajas en todo lo que estaba planeando hacer. No dejaría que ninguno se aprovechara ahora que ella había aceptado una cita con el propósito de decidir con quien se casaría. Emmett y Jasper tenían unas cuantas ideas de lo que haríamos.
Pero hoy terminaba el castigo que les habían puesto por la carrera de autos, castigo que yo debí asumir pero que mi hermosa novia me había evitado.
Llegue temprano y me senté detrás del asiento de Bella y Newton. Emmett estaba demasiado feliz hoy pero no quería decirme la razón.
— ¿Se puede saber porque no dejas de sonreír?— le pregunté al grandulón.
—Vamos Eddie relájate, sólo soy feliz.
—Tienes una cara de travesura que mata ¿Que vas a hacer?
—No pienso hacer nada malo, estoy sonriendo porque al igual que tu, yo también tengo buenos recuerdos— dijo
— ¿Recuerdos?
—No eres el único que sabe trepar a un balcón— sonrió.
Me quedé callado, no quería saber detalles. Pronto llegaron Bella y sus amigas. Rosalie y Alice se sentaron juntas y mi novia en el asiento delante de mí, antes de sentarse pude ver una sonrisa en sus labios aunque no me miró.
Estaba tentado a hacerle conversación pero Emmett sacó algo de su mochila.
Mike Newton entró seguido por Jessica y otras dos niñas más. Se había cambiado de look, traía unos jeans gastados, la camisa semi abierta y el cabello revuelto, parecía que acabara de salir de prisión. No pude evitar reírme de lo ridículo de su aspecto.
—Pero si llegó el campeón. ¡El veloz Newton esta aquí!—gritó Emmett a voz en cuello. ¿Se habría vuelto loco? De cuando acá mi amigo trataba así a Newton. Hasta Jasper volteó a mirarnos.
—Choca esos 5 compañero—siguió Emmett levantándose a saludar a Newton, yo no me creía lo que veía. Hasta que me di cuenta que también habían llegado Black y su pandilla.
—Unas palabras amigo. Todos esperamos saber tus experiencias en prisión— le dijo Emmett tomado asiento.
—Todo ha sido genial, como saben el jefe Swan me tiene especial aprecio así que fui tratado muy bien, mejor que otros—dijo mirando hacia Black.
Newton se sentó y pude percibir por el rabillo del ojo unos raros movimientos de mi enorme amigo pero cuando volteé a verlo estaba sentado correctamente. Muy extraño.
— ¿Hola Bella, cómo has estado?— empezó a molestarla Newton.
—Bien Mike ¿Y tú?—le respondió ella nada interesada.
—Excelente. Quería saber con respecto a nuestra cita. ¿Podría ser el viernes?— preguntó Newton y yo casi rompo el libro que estaba abriendo.
—El vienes está bien Mike pero papá no quiere que regrese tarde—dijo Bella sin entusiasmo.
El resto de la clase Mike se la pasó hablándole a mi novia de su estadía en prisión, hasta se atrevió a narrarle la carrera de autos. Habría golpeado a Newton por ser tan vanidoso y fantasear si Bella no supiera la verdad de lo que pasó.
Cuando terminó la clase Emmett se levantó de su asiento como resorte y me hizo señas para seguirlo. Nos reunimos a unos pasos de la puerta.
— ¿Que es lo que te pasa con Newton?—le reprendí.
— ¿Qué has hecho?—preguntó Jasper al ver a Emmett sonreír maliciosamente.
—Vamos detrás del veloz Newton y lo sabrán—dijo. Nos volteamos para verlo salir al lado de Bella. Dieron unos pasos dirigiéndose a la siguiente clase y oímos carcajadas de muchos alumnos.
—Jajaja el veloz Newton está con el periodo— dijo Emmett partiéndose de risa.
Dirigí mi mirada hacia la parte posterior baja de Newton. Tenía una gran mancha roja en su trasero. Al parecer no se había dado cuenta que se reían de él porque seguía palabreando a Bella. Jasper y yo soltamos también unas carcajadas y caminamos hacia la próxima clase pero tardamos un poco porque antes Emmett nos explicó que había usado plasticola roja para mancharlo.
Llegamos al aula riendo, ellos entraron primero y yo me congelé en el umbral de la puerta.
Aula de biología, nota mental, saltarme esta clase… Lo recordé demasiado tarde, me giré para salir de allí corriendo y me encontré cara a cara con el profesor.
— ¿Va a algún lado señor Cullen?—sonrió el profesor.
—Verá… olvidé mi libro en mi casillero—me excusé. –Voy por él— traté de convencerlo.
—No se preocupe, le presto el mío, tómelo— dijo poniéndome en las manos un ejemplar.
Estaba atrapado. Me senté al lado de Bella que estaba un tanto sonrojada.
—Nuestra clase de hoy es sobre reproducción celular. Meiosis. Encontrarán el tema en la página 132 de sus libros. Este tipo de reproducción es propio de los organismos superiores. Por favor presten atención— inició el maestro.
En frente había al menos 5 grandes láminas donde se podía observar el proceso de la Meiosis. Llevábamos media hora entre explicación y copiar cuando de pronto el profesor hizo un alto.
—No podemos observar una meiosis en directo pero espero poder ser muy gráfico mostrándoles los gametos masculinos. Por favor jóvenes saquen un papel de la bolsa—dijo ofreciendo una bolsa de plástico a los alumnos de la primera fila.
—No señorita Brandon, sólo los caballeros— le negó el turno a Alice.
Oh no, esto sería embarazoso. Pasó por mi lado y saque un papel tratando de no mostrar mi desagrado.
—Bien, no los abran todavía. Esperemos hasta que todos tengan el suyo— esto me estaba causando dolor de cabeza.
— ¿Quien será el afortunado donador? ¿Será en vivo?— preguntaba Emmett a Jasper quien trataba de no reírse.
—Ahora jóvenes abran sus papelitos, el que tiene una X será el que…bueno el que nos provea de material para estudiar— dijo el profesor.
Era oficial, presentaría un reclamo en la dirección sobre los métodos de enseñanza de este docente, no podía acosarnos de esa forma, tenemos derecho a que no violen nuestra intimidar y nuestro pudor. Vi a mí alrededor y todos se miraban entre sí. Yo aún tenía el maldito papel sin abrir. Lentamente lo desdoble.
Dioses del cielo, el mío tenía la X en tinta roja. ¿Que habría hecho en mi anterior vida para merecer esto? Casi en medio segundo miré a mis amigos creí sentir una ola de calor en mi rostro.
Jasper me miró intuyendo y se quedó con la boca abierta. Emmett volteó la cara tratando de evitar que lo viera reírse.
— ¿Y bien? Levante la mano el que tiene la X—dijo el profesor.
Levanté mi brazo, ya estaba completamente ruborizado. Esta era sin duda la experiencia más embarazosa de toda mi vida.
—Sígame por favor señor Cullen— dijo señalándome la puerta. –Los demás preparen sus portaobjetos y el azul de metileno para tinturar— indicó mientras salía conmigo fuera del aula.
—Señor Cullen sé que esto podría hacerle sentir vergüenza pero es por el bien de la clase, es por la ciencia, no hay nada morboso. Es sólo una muestra seminal— empezó a explicar.
Yo quería gritar ¿Nada morboso? Toda el aula tendría un poco de mi. Y no precisamente algo que quería que vieran. Estaba a punto de echar a correr cuando Jessica y Lauren salieron del aula.
—Profesor, necesitamos hablar con usted un minuto. Es importante— pidió Jessica.
Caminaron unos pasos y no presté atención a lo que decían aun me debatía entre huir o quedarme y presentarle cara al maestro para decirle que no lo haría.
—Señor Cullen, puede entrar, no sabía de su enfermedad—dijo él cuando ellas entraron. Me miraba con mucha tristeza. Pude mi cara de confusión.
—Acabo de enterarme, y sé que es difícil sobrellevar algo así. Yo también pasé por algo semejante hace tiempo. No se preocupe que los demás no sabrán— Me puso una mano en el hombro como para confortarme.
Y entonces me di cuenta. ¡La sífilis! La historia que habíamos inventado para sacudirme a Jessica y a Lauren me había salvado. Bendito Emmett, le debía una. Entramos al aula, de inmediato me senté, estaba relajado pero aún me latía el corazón con fuerza. El profesor nos miró.
—Tengo que solicitar un voluntario.
— ¿Que acaso Cullen es capaz de darnos una muestra?—dijo burlándose Black.
—No es viable, necesito un voluntario por favor—pidió el maestro.
— ¿No es viable? Seguro que es un fenómeno y por eso la naturaleza no le dio modo de reproducirse—siguió vociferando Black, tenía ganas de cruzar el aula y romperle la cara.
—Propongo a nuestro héroe— dijo Emmett y todos volteamos a mirarlo. —Mike hermano sólo tú tienes el valor y el poder para hacer lo que los demás no podemos— le dijo Emmett.
La cara de Newton era graciosísima, parecía sentirse un elegido.
—Yo lo haré profesor—se ofreció. Ambos salieron del aula. Todo mundo empezó a reír, murmurar y gritar.
—Que ridículo eres McCarthy, cuando sabes perfectamente que Mike es un imbécil— nos gritó Black.
— ¿Tienes miedo de que sus espermatozoides sean más rápidos que los tuyos?—le contestó Emmett y todos echamos a reír de buena gana. Hasta Bella a mi lado estaba colorada por el esfuerzo.
Unos minutos después el profesor regresó y trajo las muestras. Fue algo realmente asqueroso de ver, Bella ni se asomó al microscopio y yo apenas me acerque. Y aunque Newton tenía una expresión de haber salvado el mundo yo no podía dejar de reírme de lo infantil que era.
Después de clase fuimos a comer. Emmett aún no paraba de reírse.
—Ha sido el mejor día de escuela que he tenido—dijo
—Claro, porque no fue a ti a quien casi obligan a dar su esperma— me quejé.
—Ay amigo, no podíamos permitir que tu primera vez sea en un vasito—me respondió riéndose más. Lo fulminé con la mirada.
—Cálmate Edward— dijo Jasper –Emmett fue el que corrió al asiento de Jessica para pedirle que le avisara al profesor de tu supuesta enfermedad.
—Gracias Em, pero si te sigues burlando dejaré de dirigirte la palabra—lo amenacé.
—Bueno ahora solo nos falta reírnos de Black y aquí tengo algo que será tan entretenido—dijo mostrándonos un tubo de metal.
— ¿Qué es eso?— preguntó Jasper
—Esto mi amigo es algo que Black no olvidará jamás. Pero necesitamos ayuda de las chicas, en especial de Julieta—dijo otra vez con esa mirada traviesa que me asustaba.
—No la metas a ella en esto, no quiero que vuelva a estar envuelta en alguna de nuestras locuras—le amenacé.
—Calma galán, dejaremos que ella decida, nos vemos en clases— se marchó del comedor.
¡Qué día estaba resultando hoy!
Media hora más tarde entrábamos en clase de español. Pasamos unos minutos copiando de la pizarra. Yo quería dormir de lo aburrido que estaba cuando de pronto Tyler se rió.
—Señor Crowley ¿Qué tienen de graciosos los verbos?— le recrimino el profesor.
—Disculpe pero es que algo sale de la mochila de Jake.
Volteamos a mirar y una espuma blanca caía al suelo, provenía desde dentro de la mochila de Black. Él se giró a ver, Quil y Embry se acercaron y comenzaron a limpiar pero la espuma seguía saliendo, pronto casi la mitad del piso estaba invadido de esa cosa viscosa.
—Señor Black. ¡Salga de mi clase ahora mismo! Es una falta de respeto interrumpir de esa forma—le gritó el profesor.
—No sé qué es esto profesor, seguro fue McCarthy— acusó él.
—Lo quiero fuera de mi clase ahora y llévese su mochila— dijo el profesor más molesto aún.
Vimos como se marchaba con su maleta aún botando espuma. Emmett estaba apoyado en su carpeta y no paraba de reírse. Y para mi sorpresa Bella también reía con ganas, casi todos se reían pero la risa de mi amor era tan contagiosa que hasta yo reí un rato.
Al terminar la clase salimos y vi todavía un amplio rastro de espuma que estaba siendo quitada por el personal de limpieza.
— ¿Qué fue eso Emmett?— le pregunté.
—Fue espuma de afeitar congelada, la tenía en el freezer desde que llegamos para una ocasión como esta. Además Bella cooperó mucho, ella se la puso a Black en la mochila, no quería hacerlo hasta que él le reprochó sobre salir con Newton— contó mi amigo.
—Entonces estuvo bien que se la pusiera—le dije llegando al estacionamiento.
Miré a lo lejos a mi novia subiendo a su auto, como me gustaría poder llevarla a su casa después de clases, poder pasar más tiempo con ella.
Esta noche pasaría a verla, quería poder comentar todo lo que había pasado y podernos reír a gusto.

0 comentarios:

Publicar un comentario