14 enero 2013

Capitulo 11




CAPITULO 11


EDWARD

¿Cambiar el futuro? ¿Cambiar de rumbo? ¿Cambiarme?

Bella, querida Bella, lo único que yo quería es que estuvieras a salvo… que seas feliz. Por eso fue que me alejé de ti. Estabas en todo tu derecho de buscar esa felicidad que yo te negué.

Sé que de ahora en adelante cada palabra que leyera sería una puñalada en mi muerto corazón. Un corazón que volvió a la vida cuando te conocí.


OCTAVA CARTA

El invierno había terminado y todo comenzaba a cobrar vida. Pronto tendríamos un par de semanas de descanso, que en verdad necesitaba. No debería adelantar cursos el siguiente año si quería tener tiempo para mis amigos y mi novio. John era simplemente encantador. No nos veíamos a diario porque yo siempre estaba ocupada, pero venía por mi cada dos o tres días. Íbamos al cine o a cenar. Todos parecían alegrarse con nuestra relación. Incluso Clara se alegraba de verme del brazo su hijo. Íbamos a cenar con ella todos los viernes. 

No había tenido tiempo para planear a donde ir en los días libres, pero definitivamente visitar a mis padres estaba descartado. Rachel se estaba encargando de hacer un city Tour como es debido, ya que yo no había tenido la oportunidad de recorrer la ciudad en plan turístico. Todos se habían apuntado a ello. El último día de clases vinieron a nuestra habitación, estábamos apretados por lo que decidimos salir al aire libre y planear las vacaciones en el césped.

Aquí traigo los folletos, van a ser varios días, empezaremos por los lugares cercanos como el planetario Adler, el zoológico, la fuente Buckingham, el acuario. Es decir lugares a los que aun no ha ido Isa— decía Rachel emocionada, su hermana trabajaba en una agencia de viajes y tendríamos un buen descuento extra.
¿Entonces dormiremos aquí todas las noches?— Preguntó Karin con tristeza
No, las últimas 3 noches, iremos más al sur, tal vez Springfield—
¿Qué?— dijeron todos.
Yo no entendía, pasar 3 días fuera sonaba bien, para mis limitados fondo.
Yo estoy de acuerdo— dije sin mucha convicción
Si tu quieres ir yo también estoy en esto— Dijo John sin dudar.
Me encargaré de todo— Dijo Rachel y salió corriendo, seguida de Juliet y Karin que iba vociferando por detrás.
Visitamos varios lugares céntricos, la torre Sears, en el centro de la ciudad me impresionó, desde allí vi un atardecer precioso. Entendí completamente porque Chicago era llamada la ciudad de los vientos.
Los días se iban volando. Conocí tantos lugares que ni siquiera sabía que existían, y en las noches me acostaba cansada porque quería recuperar horas de sueño.
John era muy comprensivo, siempre respetaba mis decisiones y me complacía. Aunque solo habíamos tenido un par de tardes juntos ya que el resto del tiempo estábamos en grupo, siempre se mostró atento. Era como si quisiera ir muy lento hasta estar seguro de que sintiera de verdad algo especial por él. No quería pensar si era afecto o amor, mi corazón estaba cerrado y silencioso. Así sería por ahora. Si él no me presionaba tal vez esto podría funcionar.
Cuando regresamos de aquel fugaz viaje, que tan solo duró dos días me dedique más a mis clases, pronto terminaría el año y tendría los exámenes finales. Mis amigos también estaban concentrados en lo suyo con lo cual podía estudiar todo el tiempo sin sentirme culpable por no salir.
Obtuve muy buenas calificaciones y alguna que otra felicitación de mis tutores y profesores.
El año académico terminó muy rápido y conseguí un empleo para poder quedarme en vacaciones. Visité a Renée unos días pero fui sola. Me parecía de muy mal gusto que tenga noticias de otro novio más, sin contar con Jake.
Encontré trabajo en una librería donde me cedieron una pequeña habitación como parte de pago, aunque Clara me había ofrecido quedarme con ella en su casa, yo no había aceptado. Pude leer muchas obras en ese verano, escribí dos o tres cuentos infantiles. Quise escribir algo más elaborado, lamentablemente no tenía mucho que decir. Y tampoco quería perturbar la calma que vivía. Escribir es muy comprometedor, las emociones suelen escurrirse entre las palabras y terminan por apoderarse del relato. Y yo no quería que el gran dique de mis tristezas nuevamente se rompiera. No debía recordar nada de mi pasado, me negaba a todos los pensamientos que me trajeran tu recuerdo.
El lago Michigan era precioso, solo nos habíamos quedado en la ciudad Annie, John y yo, solíamos ir todas las noches allí. A la luz de la luna y con miles de luciérnagas flotando parecía mágico.
El verano pasó, conversaba con mi madre todos los domingos, sobre cosas triviales. Charlie también llamaba seguido aunque la conversación se agotaba en 5 minutos.
Al iniciar el nuevo año académico, traje de vuelta mis cosas a la habitación que ocupaba. Annie ya se había adelantado y me había dado una llave. Venía arrastrando mí pesada maleta cuando vi quien estaba en mi puerta.
¡Bella! Te he buscado por todos lados. ¡Rayos! ¿Qué diablos te has hecho en el cabello? Pareces un pájaro— allí estaba él, con la sonrisa mas despreocupada del mundo
¿Jacob? ¿Qué haces aquí?— Pregunté totalmente en shock
A que no me esperabas tan pronto— sonrió —Claro, como no me has llamado en casi 6 meses—me reclamo con una sonrisa
Te llamé una vez pero no estabas— me disculpé.
Por cierto la chupasan…
¡Aquí no!— grité. —No vuelvas a mencionar nada que me recuerde el tiempo que pasé en Forks—
Vaya, entonces yo no existo… ¿Soy un mal recuerdo también?— preguntó con un gesto adusto en el rostro.
Jake he iniciado una nueva vida, tengo nuevos amigos, novio, todos aquí me llaman Isabella…
Para, para… ¿novio?— dijo intrigado.
¡No me estas escuchando Jake!
Claro que si, dijiste novio, he parado bien las orejas.
Bueno si, ¿Qué hay con eso?
No Bella, te dije que me esperaras, es tu problema como te deshaces de él— y sonrió
Eres imposible
Bueno, ya aclararemos algunos puntos. Pero antes que nada…— no terminó de hablar y me abrazó con fuerza
¿Qué haces?— pregunté sofocada
Este es de Bill, este de Charlie, este de Ángela, de Ben...
Me soltaba y volvía a estrecharme con fuerza, casi tenia las costillas rotas.
Y el del imbécil de Newton no te lo voy a dar— se quejó.
Para Jake me vas a matar— me dolía la espalda.
Pero falta el mío— dijo y antes de que pudiera recuperarme mis pies dejaron de tocar el suelo y di dos vueltas en el aire. Terminó estampándome un beso muy sonoro en la frente.
Creo que con eso concluyen los saludos. ¿Ya podemos entrar?— Preguntó divertido.
Si claro, pasa.
Uy Bella tienes una habitación muy pequeña.
¿Dime, de verdad vas a estudiar aquí?— Pregunté.
Claro aunque no sé si pueda acostumbrarme, todo es muy gris, no sé, pequeño, pocos árboles. No me gusta esta ciudad—
Claro no es tan amplio como Forks.
La puerta se abrió y pude ver las sonrisas congeladas de Annie, María y John.
Hola, que hay— dijo Jacob sonriéndoles
Jake ven te presentaré a mis amigos
Él es mi amigo Jacob Black de Forks— Dije con formalidad. – Ellos son María, Annie y John, mis amigos de Chicago
Vaya, chicos citadinos— Dijo Jake soltando una carcajada. —Un gusto conocerlos, aunque Bella no me había hablado nada acerca de ustedes— les dio un beso a las chicas y estrechó la mano de John.
El silencio se hizo tenso, todos lo miraban entre ofendidos y sorprendidos.
Bueno Bells, tengo hambre, llévame a comer una de esas grasosas hamburguesas con carne que hay por aquí.
Y diciendo esto y antes de que pueda responder, tomó mi mano y me sacó rápidamente de la habitación. Cuando pude recuperar el habla ya estábamos fuera del pabellón y cerca de un auto.
Jake, no me puedo ir así, ellos…
Me abrió la puerta del copiloto y me sentó en el asiento.
No me puedes llevar así. Oye ¿este es tu auto?— Pregunté
¿Si, te gusta? Un regalo de Billy ya que obtuve una beca, completó lo que me faltaba para comprarlo.
Guau es muy lindo…ay… más despacio— Había pisado a fondo el acelerador, tanto que quedé un poco mareada.
No seas aguafiestas Bella, como si no hubieras visto conducir más rápido, además me gusta la velocidad. Te llevaría cargada para llegar más pronto pero hay mucho público, además no conozco esta ciudad.
Llegamos a un restaurante de comida rápida, pedimos hamburguesas, Jake engulló tres él solo.
Desde cuando no te alimentas, al menos respira— dije preocupada viéndolo tragar.
Desde la mañana, estaba ansioso por verte, estas muy bien, aunque esos ojos y ese pelo no te caen—
A mí me gusta y eso es lo que importa.
Ahora que ya no tengo apuro, aclárame algo, como es eso de tu novio, no me vas a decir que era ese niño consentido que llegó con tus amigas—
¿Por qué lo llamas consentido?
Ah, era él. Bella se ve a kilómetros. Ropa fina, manos suaves, modales de niña...— dijo.
Es un buen estudiante…
Claro con el dinero de sus papitos. Tus gustos no cambian ¿verdad?
¿Qué quieres decir?
Niño fino, rico, guapo.
Cállate Jacob— Me levante de un salto.
Está bien, lo siento. Pero te comunico que su romance, si es que hubo, acaba de terminar.
Eres imposible, si vas a portarte así…
Esta bien, no hay problemas, tu sigue con tu vida, yo me encargo.
Jake por favor no me compliques la vida. Si viniste aquí con una beca, será mejor que estudies mucho y te esfuerces por conservarla.
Sin problemas Bella, estudiaré mucho. Te prometo que solo te molestaré en mis ratos libres.
Con tal de que no coincidan con mis clases…
Solo dime una cosa, es solo una respuesta simple y directa… ¿Lo amas?
Yo, pues, creo, no estoy… ¿porque me preguntas eso?
Eso era todo lo que necesitaba saber— Dijo con una gran sonrisa y se levantó
Fuimos a ver una película y regresamos tarde. Me llevó a conocer su habitación que afortunadamente quedaba muy lejos de la mía y luego me acompaño hasta mi puerta.
Que duermas bien Bella, mañana será un largo día— se marchó muy contento.
Afortunadamente María y Annie estaban dormidas y no hicieron preguntas, pero sabía que pronto tendría más de un dolor de cabeza.

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