14 febrero 2013

Cap 13 Metiches



TRECEAVO METICHE… EL AMOR

BELLA


Por fin llegaba a casa, después de meses de infierno, volvía a estar con mis padres en el lugar que consideraba mi hogar. 

A pesar de sus personalidades intransigentes son mis papás y yo los quiero. Mi madre es la eterna adolecente que sueña con un príncipe, o sea un tipo rico que me lleve a vivir a un palacio. Un palacio o una mansión con piscina y sirvientes. Y papá, creo que es un soldado que no nació en época de guerra. El último Rambo de Forks.

Entré feliz a mi hogar. Dejando atrás estos meses horribles.

Por fin pude des hacerme de James, al menos físicamente creo que aún me acosa virtualmente.

Pero costó mucho alejarlo de mí. Se obsesionó al punto de perseguirme por toda la ciudad. Siempre estaba acechándome, llamando, insistiendo para que volviéramos.

Lástima para él que después de aquél “incidente” con Edward yo dejé de tenerle consideraciones.

Había sido un año duro. Mis calificaciones bajaron en parte debido a los acosos de los que fui víctima. Tuve que pedir una orden de alejamiento. Renuncié al trabajo y pedí mi cambio a la universidad de Seattle.

Y mamá aprendió la lección el día que fue a verme a New York.

James llegó a hacer escándalo, no podría precisar si estaba ebrio o drogado. Pero se plantó frente a la ventana del edificio dónde vivía, sólo para insultarme.

Era una costumbre suya. Yo simplemente llamaba a la policía y si tenía suerte se lo llevaban por alterar el orden.

Sin embargo, lo más difícil había sido sin duda perder mis cuentas de internet, mi facebook, twitter y skype. Me pasó hace un mes.

Fue de la noche a la mañana, luego de aceptar un contacto sospechoso. El nombre del usuario era extraño: Volterra. No había oído jamás ese nombre, pero en internet pude descubrir que era una ciudad pequeña en Toscana, Italia. Yo estaba casi segura que era James en un último intento por molestar. Tal vez contrató a alguien experto para seguir jodiendome la vida.

No sabía si la persona que me hackeo era hombre o mujer. Ni tampoco si era de nacionalidad italiana. Simplemente un día, mis claves no funcionaron más. Y eso me acarreó muchos dolores de cabeza. Sobre todo porque de mi correo le llegaban emails a mis amigas, insultándolas.

Incluso una profesora que me tenía afecto se distanció de mí. Una de mis compañeras me dijo que la maestra había recibido un correo supuestamente mío, escrito en estado de ebriedad.

Tuve que poner avisos en muchos lugares e ir diciéndoles a mis compañeros y amigos que me habían hackeado.

Algunos aconsejaron pagar a un hacker profesional para recuperar mis cuentas, pero yo no conocía ninguno.

— ¡Bella!— salió a recibirme mamá.

—Hola mamá, que alegría volver— sonreí.

—Ay nena, todavía no he ido a la casa de los Cullen, se me hace muy vergonzoso— se quejó. Llevaba meses pidiéndoselo ¿Por qué no podía poner su orgullo a un lado?

—Iremos juntas mamá. Creo que debo hablar también con la señora Esme. Lo que pasó Edward ese día merece una explicación— entré y acomodé mis cosas. Pero Renée no volvió a tocar el tema. Clara muestra que prefería olvidarlo a rectificar.

Bueno de todo esto yo era la más culpable…

***Flashback***

Estar al lado de Edward, aspirar su mismo aire me hacía sentir muy bien.

Escuché a mi madre gritar y me preparé para una buena reprimenda pero no iba dejar que vuelva a ofender a Edward como lo había hecho con anterioridad. Él no se lo merecía.

Apenas bajé del auto vi a James parado en el umbral de casa. Cómo deseaba que mi padre le apunte con su rifle por ser tan idiota. ¡Venir a engañarme aquí a Forks!

Di unos pasos para dirigirme a cruzar palabras con mi EX novio pero mamá hizo algo que jamás creí posible. Le pegó a Edward con su trapeador.

¿Qué rayos le pasaba a Renée?

— ¡Mamá!— grite. Y James llegó a echarle más leña al fuego.

—Es él señora— señaló, antes que pudiera decir nada él y Edward iniciaron el forcejeo. Porque al parecer James no quería pelear, sólo trataba de reducirlo. Sé que James es buen peleador.

Y mi madre volvió a golpear a Edward reiteradas veces, quise detenerla pero James me hizo una mueca extraña señalándome el extremo de su chaqueta.

¡Traía un cuchillo!

Me quedé muda. No sabía qué hacer. James había demostrado ser una psicópata, un ser trastornado. Además era drogadicto.

Cerré mis ojos mientras oía cómo mamá insultaba a Edward y seguía ensuciándole la ropa. Me hice un ovillo ya abracé mis rodillas.

Esto jamás se lo perdonaría a James. Jamás.

Lo de la pelirroja no se comparaba. Su engaño era previsible porque para él yo no soy suficiente. No soy una muchacha moderna. Él era mi primer novio y me había humillado mucho.

Pero no dejarme defender a Edward era hacerme su cómplice.

Papá llegó en su patrulla y se lo llevó sin mucho escándalo. Apenas lo vi subir en el auto de mi padre, tomé el trapeador de manos de mi madre y se lo restregué a James hasta que los brazos se me cansaron.

Mi mamá gritaba detrás de mí pero eso ya no me importaba.

Sí, a lo mejor estoy loca, nunca en mi vida había protagonizado ningún escándalo. Pero James se lo merecía.

Charlie regresó rápido y nos obligó a entrar a casa, previa amenaza de hacerme pasar la noche en el calabozo.

— ¿Qué sucede aquí? ¿Por qué hacen escándalo en la calle?— preguntó molesto.

—Es tu hija que está loca— gritó Renée.

—Fue él papá, por su culpa mamá ha golpeado a Edward.

—James vino a avisarme que tu y Edward estaban liándose en su auto— me gritó mamá.

— ¿Qué? Eso no es cierto. Edward y yo descubrimos a James en casa de Victoria teniendo sexo— grité.

—No es cierto Bella ¿Por qué mientes así?— dijo suavemente el loco al que llamé “amor” alguna vez. ¿Cómo podía ser tan hipócrita? ¿Cómo es que nunca me di cuenta de que le funcionaba mal la cabeza?

—No entiendo. Y no quiero escuchar más de esto. Jovencito, vete de aquí— mandó papá.

—Charlie…— mama iba a protestar pero la mirada de Chuck Norris de papá nos dio a entender que hablaba en serio.

—Nos vemos Bella— amenazó James antes de salir.

—No se te ocurra acercarte a mí, mentiroso, embustero— le grité.

— ¡Bella!— me gritó Renée.

—Cállate mujer, esto causas por alentar a nuestra pequeña a tener novio— reclamó papá.

—Es un maldito drogadicto—dije entre dientes.

— ¿Qué? Un joven con tan buenos modales, de buena familia…

—Es un loco mamá. Papá te hizo ver su record de arrestos y ni siquiera así puedes aceptarlo. Es un desquiciado. Yo no quiero saber más de él. No quiero que se me acerque, pediré una orden de alejamiento, no lo quiero cerca de mí ni a un kilometro a la redonda— dije molesta.

—Y eso me alegra. ¿Cómo puedes creerle a un muchachito en lugar de tu hija? – reclamó papá a mamá.

—Ese Cullen es una plaga. Siempre detrás de Bella…— se quejó ella.

—Yo sé que Edward no es un santo pero lo he visto crecer, nunca lo he arrestado, no se mete en problemas, es un chico de pueblo, tranquilo. El otro forajido es al que no quiero ver nunca más. Bella tiene razón, yo mismo le ayudare con el papeleo para la orden de alejamiento. No estaré tranquilo sabiendo que mi hijita está tan lejos a merced de ese trol— papá me abrazó.

— ¿Entonces no es cierto que tu y el chico Cullen estaban…?— preguntó Renée.

—Mamá, Edward me gusta mucho, desde la escuela pero sólo somos amigos. Hoy encontré a James en la casa de una compañera de estudios de Edward. Sí, estaban haciendo cochinadas— no me di cuenta que estaba llorando de rabia.

—Ay, yo le pegue con el trapeador… pero es que trató de besarte— mamá recién se daba cuenta de lo que había hecho.

— ¿Por eso fue? Creí que había hecho algo peor— se quejó papá

—Quiso darme un beso de despedida, sólo eso.

—Iré a liberarlo— dijo papá. —No quiero tener que darle explicaciones a sus padres. Debería arrestarte a ti— amenazó a mi madre.

—Se me caerá la cara de vergüenza con Esme— mamá siempre pensando en ella.

— ¡Qué vergüenza mamá!— mis lágrimas caían.

—Tú también tienes la culpa, no lo defendiste lo suficiente…

Me fui dejándola vociferar. Edward podía ser tranquilo, de trato suave pero esto sobrepasaba cualquier tolerancia. ¿Quién me iba a creer que James amenazó con hacerle daño? Fui una idiota, debía gritar, hacer algo… pero no. Soy tonta con mayúsculas.

Llamé a Alice al día siguiente pero entre los muchos temas que tocamos me dijo que Edward ya se había ido.

*********** Fin del flashback *******

Eso me recordaba que no había llamado a mi amiga. Tomé mi teléfono y le marqué.

—Hola Bella, acabo de insultarte en tres idiomas— soltó una carcajada.

— ¿Qué?— pregunté con cara de póquer, no entendía a que se refería.

—Tu correo. Me llegó un mail desde tu correo, era una misa negra en latín. Así que me tomé la libertad de insultar al hacker en tres idiomas distintos. Español, inglés e italiano. No se insultar en latín— soltó una carcajada.

—Qué bueno que te diviertes. Yo nunca le he escrito a ese imbécil. Sigo pensando que es James— dije fastidiada.

—Pues tienes que recuperar tú cuenta. Jasper pagó hace unos meses por un curso para romper claves.

— ¿En serio?

—Si con eso de la ley SOPA todo mundo se puso alerta. El FBI no tiene derecho a quitarnos las páginas…— mi amiga empezó su rollo de siempre. Creo que para ser una diseñadora de modas andaba muy pegada al internet.

— ¿Pero cómo hago?— pregunté para que me diga que hacer.

—Sólo ven a casa de Jasper, bueno mas tarde o mañana porque ahora mismo estamos bastantes ocupaditos sabes— no quería preguntarle en que se ocupaban a esta hora.

—Dile que me separe unas horas mañana después del almuerzo ¿Sí?— pedí.

—Claro, yo también estaré presente quiero saber si fue tu demente drogadicto ex novio quien te robó las cuentas.

Desempaqué y me eché a dormir, el viaje me había cansado.

.

—Me alegra que ahora estés más cerca— papá no podía ocultar su sonrisa.

—A mí también. Seattle no es tan exclusivo como New York pero seguro que podrás relacionarte con gente…— mamá empezaba a divagar nuevamente con la idea de volverme alguien importante. Ella tiene fijación por las clases sociales y el dinero.

—Con gente que la aprecie— le cortó papá. –Bueno pequeña, bienvenida. Ahora que estás cerca estoy yo más tranquilo— papá se fue a ver televisión como siempre. Mamá a leer sus novelas rosa.

Y yo… intentar recuperar mi correo o ver que hace el hacker desde otra cuenta de facebook.

“Soy Bella Swan, cobro 10 dólares la hora, hago de todo” quedé con la boca abierta al ver la foto de una mujer desnuda con mi rostro.

¡En mi facebook!

Esto no está pasándome, no. Debe ser una pesadilla.

Marqué nuevamente a Alice.

— ¡Alice! ¡Alice!— grité.

—Calma Bella, Jasper está denunciado la foto como pornografía para que la retiren y le bloqueen la cuenta— me tranquilizó.

—Necesito que cierren esa cuenta— dije al borde de un ataque de nervios.

—Lo sé. Se ha pasado. No creo que sea James, esto no es un acto masculino. Vente mañana temprano y trabajaremos en eso ¿Sí? Ya cierra la compu y duérmete— me aconsejó.

Le hice caso, dormí pero tuve pesadillas horribles. Alguien robaba mis fotos de bebé y le ponía la cara del muñeco Chuki.

Al día siguiente apenas me desperté me fui directo a la casa de Jasper. Alice ya estaba allí. ¿Se habrá quedado a dormir? Mejor no pregunto.

—Bella necesito saber si aceptaste algún contacto extraño, entraste a alguna página sospechosa o te llegó algún correo malicioso antes de perder tu cuenta— pidió Jasper.

—El último contacto que acepté en el facebook se llamaba Volterra.

— ¡No!— chilló Alice. Jasper y yo nos giramos a verla asustados. –Es que es ella Jasper es ella— volvió a gritar.

— ¿ella? ¿Quién?— pregunté.

—Jane, la novia de Edward— no entendía. Ni siquiera sabía que Edward tenía novia.

—Entiendo. Pero quizás sólo sea coincidencia amor— le respondió Jasper. Al verme confundida Alice se calmó.

—Jane, es una loca. Ella se apellida Volturi, ese apellido es originario de la ciudad de Volterra, como el contacto que aceptaste. Y viene de una familia mafiosa, yo se lo dije a Edward pero el idiota no me creyó. Estoy segura que es ella— mi amiga parecía convencida pero tal vez Jasper tenía razón, podría ser coincidencia.

—Debemos comprobarlo. ¿Bella, en tu facebook estaba anotado tu e mail?— preguntó Jasper.

—Sí. Lo puse en algún lado. Y las claves eran las mismas— dije desganada.

—Bueno. Lo importante es bloquear esa cuenta de facebook, anoche denuncié tanto que parece que bloquearon sus publicaciones. Y debemos recuperar tu email. ¿Pusiste preguntas secretas cuando lo creaste?

—Eh, creo que sí. Pero no me acuerdo, es una cuenta antigua— suspiré desalentada.

—Ok, ya va. Voy a intentar algo, denme un tiempo.

Dejamos a Jasper trabajar. Mientras Alice me ponía al tanto de sus investigaciones.

—Ella me amenazó Bella. Sólo porque yo dije algo al respecto de ti.

— ¿Hablaste de mi?— pegunté.

—Bueno, ya sabes que yo siempre he soñado con que seas mi hermana y se me salió.

— ¿cuándo fue eso?

—Hace un mes. Cuando Edward nos la presentó yo no la traté bien. Le tenía cólera porque me había ensuciado un vestido en una reunión que hubo. Y pues, le reclamé a mi hermanito por ti, no me di cuenta que esa “mirada de tiburón” andaba cerca. Y es súper celosa, apenas oyó tu nombre nos bombardeó a preguntas.

— ¿Mirada de tiburón? Bueno que le dijiste de mi.

—Es una enana loca que echa el mal de ojo cuando te mira. Sólo dije que yo creía la persona perfecta para Edward eras tú— me sonrió.

—Eso no es cierto, Edward jamás me perdonará— me di cuenta de que hablé demás pero ya era tarde.

— ¿Perdonarte?

—Bueno… por no hacerle caso…

— ¡Suéltalo! Te lo exijo como mejor amiga. Cuéntame Bella o no tendrás hacker— amenazó.

—Alice por favor— rogué.

—No Bella, te exijo que me cuentes… ¡ya!

— ¿Edward nunca te dijo nada? El último día que nos vimos… mi madre lo ataco…

— ¿Tu mamá violó a mi hermano?— Alice abrió los ojos como platos.

— ¡No!— grité.

— ¿Entonces?

—Fue horrible Alice, horrible. Edward fue a dejarme a casa, pero antes lo acompañé a casa de Victoria, la pelirroja que lo besó ¿te acuerdas? La encontramos a ella y a James follando como gatos.

— ¡No!— volvió a gritar mi amiga.

—Sí. Edward me llevó a dar una vuelta para que se me pase el enojo y la sorpresa. Después me dejó en casa y estuvo a punto de besarme pero mamá nos interrumpió…

—Sigue… sigue…

—Y cuando bajamos, atacó a Edward con su trapeador. James estaba allí, le dijo a mamá que Edward estaba liándose conmigo…

—Ese patán como quisiera tenerlo aquí para patearle…

—Mamá se le fue encima a Edward y lo dejó como piso de baño público— suspiré.

— ¿Pero tú no hiciste nada? ¿Te quedaste allí mirando como idiota?— Alice estaba poniéndose rosada. No debí contarle. Sea como fuere Edward es su hermano.

—No pude… James me mostró una navaja y amenazó con herir a Edward— solté una lágrima.

—Es por eso que Edward nunca quiere hablar de ti— murmuró. –Siempre que le toco el tema se revuelve el cabello y cambia de conversación. Ahora entiendo…

—Debe odiarme…

—Y por eso se metió con la primera que se le cruzó. Ha esperado años por ti. Debe estar muy decepcionado— dijo triste. Yo me eché a llorar.

—Ya Bella, no te pongas así. Edward no sabe que James te amenazó, debes decirle.

—No. No creo que pueda resistirlo. Pero quizás reúna el valor para pedirle que nos perdone a mamá y a mí.

— ¡Lo tengo!— gritó Jasper.

— ¿Mi face?— pregunté feliz.

—No Bella, sólo tu correo. Pero podemos bloquear tu face desde allí. No sé porque no puedo abrirlo, lo siento.

—Gracias Jasper, gracias.

—Pero hay algo muy raro en esto y creo que Alice tiene razón.

— ¿Qué?— preguntamos al mismo tiempo mi amiga y yo.

—Rastreé el IP de donde te hackearon Bella. Fue desde Seattle.

.

Llegué a casa antes del atardecer, di miles de vueltas en mi habitación. Parecía un animal enjaulado, no sabía qué hacer.

No entendía porque esa niña que ni siquiera conocía me hacía la vida miserable. ¿Qué le hice yo? ¿Le quité algo? ¿Me metí en su relación?

Debo aclararlo con Edward, él debe saber esto. Pero sigo avergonzada por el lío del trapeador.

Tomé las instantáneas que Jasper me dio, dónde estaban todas las cosas desagradables que publicaron en mi facebook. Imprimí también algunos correos que fueron enviados desde mi email, cuando lo usurpaba Jane. Espero que sea suficiente evidencia. Y aún así, eso no probaba nada.

Sólo tenía la palabra de Jasper.

Que el IP fuera de Seattle no necesariamente comprobaba que Jane me hackeo.

Alice vendría para quedarse más tarde, debe estar en su casa ahora, ella puede apoyarme o al menos ayudar a que Edward me escuche. Pero tal y como iban sus relaciones fraternales… no sé.

¿Tanto habrá cambiado Edward?

Suspiré, eché todo en mi bolso y sin detenerme a pensar más salí rumbo a la casa de los Cullen.

Llegué a su puerta y las piernas me temblaron. Llamé antes de desanimarme. Esperaba que fuese Edward para soltarle todo rápido y poder largarme pero fue Alice quien me abrió

—Hola— saludé.

—Te dije que estaría en tu casa a las seis— me sonrió.

—Quería hablar con tu hermano— le confesé.

—Edward está arriba, le llamaré. Pero es un testarudo, sabes que no me creyó nada.
— ¿Qué habría de creerte?— una chica rubia apareció. Se veía extraña, era pequeña, del tamaño y contextura de Alice pero su mirada y sus gestos la hacían detestable. Es como si todo le apestara.

— ¿Tu eres Jane verdad?— pregunté. Ahora entendía porque Alice la llamaba “mirada de tiburón”

—Sí. No eres bienvenida aquí. Parece que no entiendes indirectas. ¿Quieres que hunda más tu patética vida?— sonrió de manera rara.

— ¡Estás loca!— le grité. ¿Estaba amenazándome? ¿Estaba confesando? ¿Qué quería decir con hundirme más?

—Vámonos Bella, esta loca no merece nuestro tiempo— Alice fue por su maleta que estaba cerca y prácticamente me arrastró fuera. En todo momento Jane no apartó los ojos de mí. Era como si me lanzara cuchillos o maldiciones con los ojos. Qué espantoso.

.

Esa noche no pude dormir bien. Alice roncaba junto a mí y yo sin poder pegar el ojo. Imaginaba que Jane enviaba a toda su familia mafiosa a secuestrarme, me torturaban hasta jurarles que me alejaría de Edward.

Estoy loca.

Pero en la madrugada vi pasar dos veces el volvo plateado. No fue mi imaginación ni un sueño. Yo estaba parada junto a la ventana.

No iba a gran velocidad, las lunas estaban subidas así que no sé si era Edward. Mi corazón decía que si.

Bajé con mis zapatos en la mano para no hacer ruido. Tenía la esperanza que vuelva otra vez. Me quedé junto al árbol de la entrada, envuelta en un cobertor.

“Ven Edward, ven por mí. Ya me cansé que el viento me lleve de aquí para allá, estoy harta que tanta gente, situaciones y malos entendidos se interpongan y nos aleje. Ven” suspiré.

No pasó mucho tiempo hasta que logré divisarlo. Venía con las luces apagadas, caminé lentamente hasta el borde del asfalto. El auto se detuvo delante de mí y los cristales descendieron.

— ¿Quieres venir?— era Edward. Mi corazón se aceleró, en la penumbra se veía más guapo todavía.

Le sonreí y antes que pudiera bajar a abrirme la puerta, me subí.

3 comentarios:

Unknown dijo...

amo tus historias son muy buenas.. ojala actualices pronto para poder seguir cada una... :D

Unknown dijo...

Actualizaaaaa! Soy fan de todas tus historiaas! :D

Atenas dijo...

estoy ansiosa por lo que sigue

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