20 enero 2013

Epilogo



EPÍLOGO…



BELLA
Exactamente un mes después de la graduación y bajo un tibio sol de verano caminaba en un hermoso vestido blanco, del brazo de mi padre.
—Te voy a extrañar pequeña— me dijo Charlie emocionado antes de empezar la marcha nupcial.
—Yo también papá pero vendremos en vacaciones y en fiestas— traté de calmarlo, Edward y yo no volveríamos a Forks hasta navidad, ya teníamos un apartamento cerca del campus universitario en Seattle.
Después de la recepción de la boda viajaríamos a Brasil, Esme tenía una casa allá que heredó de su madre. Nos vendría bien otra luna de miel.
—Te veo muy segura ¿No tienes miedo?— preguntó papá.
—No, ni un poco— le dije sin dudar.
—Confías en él no es cierto— no fue una pregunta sino una afirmación.
—Sí, confío totalmente en Edward, sé que me cuidará bien— no pareció molestarle mi comentario.
—No hay nadie más en el mundo, aparte de mi claro, en quien te confiaría— sonrió.
Por fin Charlie había aceptado el amor que nos teníamos Edward y yo. En este tiempo había pasado algunos días conversando con Edward, incluso se fueron de campamento un fin de semana.
—Gracias papá— quería abrazarlo y darle un beso pero Alice me había advertido que no hiciera movimientos bruscos o podría malograr el tocado.
—Es hora hija—dijo papá conteniendo una lágrima.
A lo lejos a Alice y Rose nos esperaban, ellas eran mis damas de honor.
Caminamos lentamente, estaba muy feliz, recordando el día que Edward y yo vinimos a comunicarles la boda religiosa...
¿Se casarán por la iglesia?— grito mamá
Si Renée, creo que si Bella y yo vamos a irnos a vivir lejos lo menos que podemos hacer recibir la bendición divina también— dijo Edward.
Será espléndido, tenemos que hacer una gran fiesta con muchos invitados ¿Será en la iglesia de Forks? Porque me parece muy lúgubre, tal vez en tu casa Edward, he visto que tiene un jardín precioso— seguía Renée, le habían dado cuerda para rato, últimamente me había fijado en lo poco madura que parecía mi madre ahora que vivía con papá, parecía una adolescente.
Nada de eso— dijo Charlie molesto.
¿Qué?— preguntó mi madre ofendida –Ellos necesitan una boda digna de recordar.
Si mi hija se casa, lo hará aquí en su casa— exigió papá.
Estoy de acuerdo con usted señor Swan pero me gustaría que Bella decidiera— dijo mi adorable esposo. Era un sueño poder vivir con este hombre, cada día me enamoraba más de él.
No me di cuenta en qué momento me distraje, los tres me miraban como si esperaran algo de mí.
¿Qué dices Bella? ¿Te casarás aquí?—preguntó mamá feliz.
¿Aquí? Pues, no lo sé— dije mirando a Edward.
Creo que es lo correcto Bella— susurró él.
Es costumbre que el padre asuma la boda, así que yo quiero correr con los gastos— dijo papá sonriendo por primera vez en días.
Tal vez podríamos compartirlo, hablaré con mis padres— Edward también sonrió.
Y así fue como empezó, fui llevada de aquí para allá estos días. Entre mi boda y la de Rosalie cada día terminaba mas cansada que en anterior.
El señor Hale también quiso asumir la boda como padre de la novia, creo que se gastó más de lo que era necesario, pero al saber que Richard asumiría los estudios de ambos pareció más tranquilo.
La boda de Emmett y Rose había sido hace dos días y fue fastuosa, hasta hubo demostración de fuegos artificiales.
Y ahora yo caminaba hacia un precioso altar de madera tallado a mano que mi padre había mandado hacer y que prácticamente terminó él mismo cuando el carpintero se molestó porque lo apuraba mucho.
Entonces lo vi… vestido con un traje oscuro, con el cabello desordenado y sonriéndome… Edward, el amor de mi vida.
Quería correr a sus brazos, un lugar al que ya me había acostumbrado pero sabía que solo nos faltaba esto, la ultima bendición para que todos se quedaran felices, incluyendo a papá.
Llegamos, Charlie se detuvo y por un segundo me sujetó el brazo con más fuerza, como negándose a dejarme ir. Lentamente tomó mi mano y la puso sobre la de Edward.
—Cuídala— susurró.
—Con mi vida— le respondió.
Ambos se miraron un par de segundos, luego Edward se giró hacia mí y me dio la más radiante sonrisa.
Dimos unos cortos pasos hasta llegar al altar, todo parecía irreal… tan mágico.
—Estamos reunidos para unir a este hombre y esta mujer en sagrado matrimonio…— sentía que no podía ser más feliz. Mi cuento de hadas se hacía realidad.
Estaba rodeada de todos mis seres queridos, mi familia, hasta mis tíos y los abuelos habían venido para ésta fecha.
.
.
.
EDWARD
Me sentía el hombre más afortunado del mundo. Mi Bella, mía para siempre.
Charlie y yo habíamos hecho las paces, después de algunas circunstancias extrañas por fin me aceptó...
¿Cómo que no sabe dónde estamos?— le reproché molesto a Charlie Swan. Desde un principio tuve mis dudas al venir de campamento con mi "suegro". Por Bella haría lo que sea pero creo que esta idea no había sido de las mejores que se le ocurrieran a mi esposa.
Pues no lo sé, las lluvias han borrado el camino— dijo.
¿Solo ha llovido tres horas, no trajo brújula?— pregunté.
Claro que no, conozco este bosque como la palma de mi mano.
Si claro—murmuré. Él me miro molesto.
Caminamos un trecho más tratando de encontrar algún camino y nada.
¿No tienes alguna de esas chucherías que cargan los chicos?— Preguntó.
¿Chucherías?
Esas cosas digitales, psp, gps, tnt, esas tonterías para ver la ubicación o pedir auxilio— recordé entonces el ubicador que me dio el padre de Jasper.
Bella me pidió que dejara el celular pero tengo esto, tal vez sirva— dije sacando el aparato.
¿Ese es buscador satelital?— Preguntó incrédulo
Sí, lo uso para ubicar algunas cosas.
¿Que son esos puntos de colores?— preguntó.
Los autos de Bella, Alice y Rosalie— le dije.
Y los marrones
Los autos de los quileutes— empecé a abochornarme por tener que decir la verdad
Y este azul grande— me tomó un par de segundo decírselo.
Su patrulla— le dije algo avergonzado.
¿Me vigilas?—me dijo molesto.
No. Bueno desde que estoy con Bella ya no—miré hacia un árbol.
¿Todo este tiempo me vigilaste? ¿Y a mi hija?
No los vigilaba, era para estar prevenido, así es como ubique a Leah en Port Ángeles y evitaba cruzarme con Black o con usted— le dije
Respóndeme algo con sinceridad, algo que aun no termino de asimilar— dijo muy serio — ¿participaste o no en esa carrera de autos?— preguntó. Este campamento no buena idea creo que iba a resultar desastroso.
Si— acepté.
¿Y entonces porque Mike se inculpó?
Eso fue cosa de Bella— le dije fastidiado.
Entiendo. Ustedes organizaron esa carrera entonces, mentirosos. Y culparon a un inocente ¿Quién mas estaba en esto?
¿Esta seguro que quiere oír todo?—pregunté.
Desde luego, no me gustan las cosas que queden a medias…
Las chicas también participaron.
¿Las chicas? ¿Bella sabía de esto?— parece que no me creía.
Sí. Ellas nos cubrieron.
Entiendo, todo encaja, ellas activaron las otras alarmas… entonces los Quileutes eran inocentes— murmuró.
Tal vez sea en lo único que dijeron la verdad pero inocentes no. Ellos habían chocado el auto de Emmett más de una vez, además hicieron trampa, me pusieron aceite y tachuelas en la pista de carreras.
¿Y porque no los denunciaron?—preguntó muy molesto.
¿Me habría creído?—le increpé
No— dijo secamente. Seguimos caminando.
¿Cómo se conocieron Bella y tú?— preguntó cambiando la conversación.
En el pre escolar— respondí.
No ¿Cuándo se volvieron a ver nuevamente?
En su fiesta de san Valentín— confesé.
¿Estuvieron en mi fiesta? ¡Eran ustedes! Los desconocidos que se infiltraron— otra vez se molestó.
Solo fuimos porque le robamos las entradas a Mike Newton— había prometido ser honesto con él pero a este paso mi suegro terminaría pegándome un tiro si seguía contestando sus preguntas.
Así que tienen la costumbre de robar— el jefe Swan no ayudaba mucho la verdad.
No. Pero Mike andaba diciendo a todo mundo que se casaría con Bella, yo sólo tomé su invitación para que se quedara sin fiesta y fuimos por…—
Porque querías entrar a mi casa ¿Verdad?
Bueno si. Lo prohibido generalmente es tentador…
Charlie me miró fijamente antes de preguntar…
¿Eras tú el que visitaba a mi hija por las noches?
Si— dije apenado
Bella me ha decepcionado. Siempre pensé que era solo un invento de Jake— dijo apretando los puños.
Nunca hicimos algo indebido si es que eso lo tranquiliza— dije.
¿Acaso no es indebido visitar a una señorita por las noches y a escondidas?—gritó.
Nunca me quedé después de la media noche, además… sólo conversábamos.
Claro y yo soy Charlie el de la fábrica de chocolates…— murmuró
No tengo porque mentirle. Si hubiera podido hablar con Bella libremente en la escuela o en cualquier lugar no habría tenido que hacer eso. Era la única forma de conversar, no podíamos hacerlo frente a todo el mundo— le reclamé.
Él pareció avergonzado y seguimos caminando.
Bueno has funcionar esa cosa a ver si puede sacarnos de aquí— me dijo cortante.
Ubique mi auto que debía estar en el albergue del bosque. Estaba allí a nuestra derecha, sólo debíamos caminar en línea recta y no en círculos como sospeché que lo hacíamos.
No me convencía que el jefe Swan esté perdido en un bosque dónde había crecido y ahora lo comprobaba, él no estaba siendo honesto, en realidad siempre supo dónde estábamos.
Dígame que es lo que le molesta de mi— lo encaré.
¿No entiendo?— se defendió.
Si ya superó, como dice, las rivalidades con mi padre, porque estamos hace más de tres horas caminando en círculos— le dije serenamente.
Bella me pidió que pasáramos un tiempo ¿caminar es pasar tiempo no?
Entonces no hay acampada— le dije comprendiendo por fin.
Tengo tantas ganas que acampar como tu Cullen…
Soy Edward, cuando podrá llamarme por mi nombre y dejas de pronunciar mi apellido como si fuera un insulto…
Tal vez el día que mi hija quede viuda pueda llamarte por tu nombre de pila— dijo empezando a caminar a zancadas.
Lo seguí de mala gana, tenía ganas de regresar sólo pero Bella preguntaría y no quería darle el gusto a su padre de decir que lo había abandonado.
Lo seguí un trecho, a unos metros de él que sequía caminado en dirección contraria a los autos adentrándose en el bosque. Creo que debía rendirme y aceptar que Charlie nunca me iba a ver con buenos ojos.
Nos abrimos paso entre unos arbustos y un fuerte rugido nos tomó por sorpresa. Detrás de mi estaba el oso más grande que jamás había visto, parado en dos patas, a punto de saltarme encima.
Lo esquivé como pude, me agazapé e increíblemente pasé bajo sus piernas. Corrí y trepé el primer árbol que encontré.
Desde lo alto pude observar que el animal iba detrás de mi suegro, bajé de un salto y me ubiqué tras el oso. Busqué entre mis cosas algo que hiciera ruido no encontré nada.
No me quedó de otra que gritarle al animal, esperando que me hiciera caso y dejara al jefe de policía en paz. Pero el oso seguía avanzando, no veía más que un barranco detrás de Charlie. No podía permitir se cayera, a pesar de todo lo mal que me trataba y de que tal vez tenga una vida entera para hacerme sentir miserable, el jefe Swan era el padre de mi esposa.
Tome unas piedras las arrojé al oso quien al sentir el dolor se giró a verme. Sin dejar de mirarlo fui retrocediendo, lo guié unos 50 metros, parecía detenerse cuando fijaba mi vista en él.
Me acorraló hasta el nacimiento de la montaña, no tenía salida. Esto me ganaba por dármelas de héroe y salvar a un hombre que tal vez ya debía estar en su auto marchándose de aquí.
El quejido de un pequeño osezno hizo que el oso, mejor dicho la osa se distrajera. Desde la izquierda apareció un osezno muy pequeño, mojado y lleno de lodo. La señora osa miraba entre su pequeño y yo.
Al final se decidió por seguir a su cría.
Quedé sin aliento, quise desplomarme del susto pero recordé a mi "buen" suegro. Era raro que no lo viera marcharse corriendo, no me fijé más que en esa enorme bestia cuando llamé su atención. Caminé hasta el barranco y cuál fue mi sorpresa al encontrar al jefe Swan colgando de la pendiente.
Tomé su mano y tiré de él hasta que pudo ponerse fuera de peligro. Eran casi 10 metros de rocas y espinas que tal vez no lo hubieran matado pero lo habrían lastimado mucho.
Jefe Swan ¿está bien?— pregunté muy preocupado, estaba sucio pero no tenía manchas de sangre. — ¡Jefe Swan!— grité.
Ya cállate. Soy Charlie. ¿Se fue?— preguntó.
Sí. Estamos a salvo.
Ni una palabra a Bella ni a Renée— dijo incorporándose y sacudiéndose la ropa.
Casi morimos juntos ¿Y a él lo único que le importaba era que su esposa y su hija no supieran que un oso lo había atacado?
¿Es todo lo que va a decir?— pregunté muy enfadado.
¿Qué quieres que diga? ¿Qué me deslicé a propósito para que el animal te haga pedazos? Pues sí lo hice y me arrepentí. He estado rezando para que no te ocurra nada. Maldición, Edward porque tienes que ser tan buen chico – se quejó.
Definitivamente no entendía este hombre. Me senté en el suelo sin saber que decir o hacer.
Me daba por vencido, nunca nos comprenderíamos, jamás podríamos ser amigos porque en su mente yo no era bueno para su hija. Yo era un intruso, hijo de su ex enemigo que no merecía a su pequeña.
Extrañamente Charlie se sentó a mi lado. Ya no quería seguir intentando una amistad que era imposible, sólo quería irme a casa. Me había cansado este hombre testarudo.
Algún día, tendrás una hija, te pasarás la vida cuidándola, amándola. Por años será tu princesa y tú el hombre más importante en su vida. Pero un día aparecerá alguien que se ganará su corazón y pasarás a segundo plano. Él te la quitará, se la llevará lejos y ya no será tu pequeña. ¿Qué crees que sentirás por aquel tipo? Yo no me trago ese cuento "no pierdes una hija sino que ganas un hijo" que me canta Renée todos los días. A mí ya no me importa tu apellido ni tu familia, sino que te llevas lo que más amo en la vida— me dijo mirándome con severidad pero sus ojos lo delataban, le dolía toda la situación.
Traté de ponerme en su lugar, algún día yo también pasaría por algo similar y debía ser comprensivo.
Yo no quiero quitarle a su hija. Bella es también lo que más amo en la vida. Estoy seguro que nunca perderá su amor, ella sabe que usted es puerto seguro— le dije para consolarlo.
Lo siento Edward, no dudo que la quieres sólo que no puedo evitar sentir que me quitas a mi hijita— susurró.
Iremos a estudiar a Seattle, vendremos en fiestas y para cada cumpleaños. No será por mucho tiempo, cuando nos graduemos… le doy mi palabra que volveremos a vivir aquí, en Forks. Yo trabajaré en el hospital y Bella en lo que guste. Podrá ver crecer a sus nietos, se los dejaremos algunos fines de semana, le prometo que no le quitaré a Bella— él sonrió.
Nietos… sí, eso suena bien— dijo ofreciéndome su mano.
Finalmente terminamos acampando dos días, me enseñó a pescar y a hacer fuego sin usar fósforos.
.
—Los declaro marido y mujer… puede besar a la novia— dijo el sacerdote.
Era lo que más quería hacer. Tomé una mano de mi esposa y suavemente tiré de ella hasta que nuestros pechos se encontraron. Era tan hermosa, su sonrisa iluminaba mi vida, más que el sol.
— ¿Puedo darle un beso señora Cullen?— le pregunté.
—Lo mismo le iba a preguntar señor Cullen— dijo siguiéndome la broma.
Me apoderé de sus labios de inmediato, en un suave, dulce y apasionado beso.
De ahora en adelante seríamos uno, para siempre.
.
.
.
BELLA
Esme nos abrazó llorando, estaba muy conmovida.
—Hija, bienvenida otra vez a la familia. Edward y tu se ven tan bien juntos…— decía mientras lloraba.
— Tranquila mi amor— le dijo Carlisle abrazándola. Luego mi suegro me abrazó.
—Mucha paciencia, tolerancia y comprensión. Los primeros meses serán como un sueño pero después que pasen tendrán que poner mucho de su parte para hacer que esto funcione. La convivencia es difícil pero si hay amor verdadero todo marchará bien— me sonrió.
Había escuchado muchos consejos parecidos y los tomaría en cuenta, pondría todo de mi parte para que este matrimonio fuera para siempre.
—Felicidades amiga— Rose y Alice llegaron a abrazarme.
—Nuestro avión parte en un par de horas Bella, sentimos no poder quedarnos a la fiesta— me dijo Rose, ella y Emmett se iban a Paris a disfrutar su luna de miel. –Suerte en tu luna de miel, no destroces muchas cosas— me guiñó un ojo.
—Ya dejen de hablar de eso o secuestraré a mi Jazz el resto del mes— se quejó Alice abrazándome.
Nos tomamos cientos de fotografías como recuerdos, bailamos muchas horas, reí hasta que me dolieron las costillas.
Fue una noche inolvidable y al siguiente día partimos a Brasil, a disfrutar de dos semanas solos.
Empezábamos una nueva vida, donde ya no habían odios ni rencores, dónde podíamos vivir en libertad de amarnos y caminar juntos.
Porque nuestra historia no terminaba en tragedia como la de Romeo y Julieta. La nuestra continuaba, teníamos el futuro por delante.
Nuestro amor era eterno.

FIN

---

Gracias por leer

PATITO

1 comentarios:

valerita :) dijo...

woooww que hermoso :'(

Publicar un comentario