14 enero 2013

Capitulo 8

CAPITULO 8


EDWARD

Bella sufría y me odiaba por eso. Yo me había refugiado todos estos años en mi dolor y mi soledad, mientras que ella seguía viviendo, cada día ella intentaba vivir.
Yo no había podido olvidarla, ni un solo instante de mi vida. Todo me la recordaba. Leer estas cartas eran un alivio a mi curiosidad y a la vez una lenta tortura.


SEXTA CARTA

NAVIDAD Y UNA SORPRESA
Leía más que nunca y me acostaba muy cansada, apenas tenía tiempo para ver a mis amigos, nos reuníamos cada dos o tres días para cenar. Solo Annie pasaba conmigo casi las 24 horas del día. Evitaba a John lo más que podía, no habíamos vuelto a hablar mucho desde la fiesta de Halloween.
Cuando el tiempo se hizo más frío me percaté de que diciembre había llegado.
Aún no había decidido donde pasaría navidad. Decididamente no volvería a Forks, no ahora.
Los días avanzaban y se veían los primeros adornos navideños y los primero árboles decorados. Hablaba con Renée cada fin de semana y me escribía muy seguido, aunque yo no le contestaba todos sus correos. Me extrañó que me llamara a mitad de semana.
Cariño tengo noticias— gritó emocionada. Eso no sería nada que a mí me gustara.
Suéltalo mamá.
A fin de mes habrá un partido muy importante y el equipo de Phil ha sido convocado. Habrá muchos técnicos y directores de las ligas mayores. Es en Los Ángeles cariño. Nos podrías alcanzar allá para navidad, estaremos en un hotel, Phil no tiene problemas y yo estoy…
Mamá tranquila, estaré bien. Bueno, pasar la navidad en un hotel suena grandioso pero preferiría…
¡No me vas a decir que irás a Forks!— replicó tan rápido que apenas pude pensar en algo.
Eso no. Pero quisiera una navidad con nieve y amigos…
Tú odias el frío Bella.
No lo odio, es sólo que tengo exámenes en enero. Lo siento está comenzando mi clase, te llamo luego.
Bueno cariño me avisas que estas planeando, ¿amigos? ¿No habrá alguien especial?
¡No! Mamá tengo que cortar. Adiós.
En ese momento me di cuenta de la realidad. No tenía dónde de pasar la navidad. No iba a molesta a Renée y a Phil y no podía volver a Forks, el recuerdo de la navidad pasada era espantoso.
Hola linda— Una voz me sacó de mis pensamientos.
John. ¿Qué novedades?
Dime, ¿tienes planes para navidad?
Aún es pronto.
Isa, sólo faltan 15 días, ¿No tienes pasajes o algo así?
No. Bueno mi madre acaba de llamar. Ella y Phil se irán a Los Ángeles. ¿Por qué?
Mi madre lleva organizando una fiesta de navidad desde hace unos meses. Y pues, si no tienes planes definitivos. Te invito formalmente.
Oh, suena bien. ¿Quién mas irá? ¿Has invitado a alguien más de la universidad?
Solo a ti y a Annie, los demás tienen familia esperándolos.
Bien. ¿Annie también ira?
No lo creo, prefiere pasarlo en el orfanato donde se crió, harán una representación de navidad y ellos son como sus hermanitos. Es afortunada, al menos en eso. Yo suelo pasarlo en el ático.
¿Y tu familia?
Nunca hemos conversado al respecto ¿Verdad? Mis padres se divorciaron cuando yo era muy pequeño. Mi madre volvió a tomar su apellido de soltera y a vivir en la casa de su familia. Sus fiestas y bailes son muy pomposos y suelo aislarme a mirar fotos de mi familia en navidad.
Lo siento. Mis padres también son divorciados.
Tengo una idea. Podríamos ayudar a Annie en su obra teatral y raptarla para la fiesta. ¿Qué dices?
Excelente, también podríamos recolectar juguetes para los niños.
Si. Es una buena causa. Veremos que dice Annie.
La semana pasó rápido Annie y yo nos dedicamos a los vestuarios de los niños y John a la recolección de juguetes. Nos divertimos todos, cosiendo disfraces y forrando regalos.
Renée aceptó encantada que me quedara a pasar la navidad en una gran fiesta y Charlie casi me ordenó que me quedara en Chicago. Seguro tenía miedo a que regresara a deprimirme.
En la noche buena cuando los pequeños terminaron su representación "Un cuento de navidad" recibieron sus regalos con preciosas sonrisas. Annie y yo nos vestimos, estábamos muy elegantes, aunque no sabía si sería suficiente para la alta sociedad de Chicago. Por primera vez sentí que necesitaba a mi mejor amiga y casi hermana Alice. Pero reprimí ese pensamiento. Aquí ya los recuerdos no debían alcanzarme...
La casa donde se celebraba la fiesta era imponente y muy antigua. Llegamos con tiempo. John entro con nosotras llevándonos una a cada brazo y su madre dejó a sus invitados para venir a saludarnos.
Querido llegaste. Pero que lindas damitas tenemos aquí— nos sonrió.
Lo siento madre nos retrasamos un poco. Ya sabes…
Oh me alegro de haber podido colaborar.
Entendí de donde había sacado John tantos juguetes.
Madre te presento a Isabella Swan y Annie York
Encantada. Clara... En ese momento se oyó el chirrido de unas llantas y volteamos a ver qué pasaba. Afortunadamente fue solo alguien que frenó con imprudencia.
Por favor adelante. Iré a ver quiénes son estos invitados tan desesperados.— Nos dijo la madre de John con una sonrisa y salió a prisa del hall.
John nos guió a un salón precioso
¿Desean algo de tomar?
Si tengo sed— Dijo Annie
Les traeré refrescos— Dijo John y salió rumbo a otro salón más grande aun.
Quedé deslumbrada con la elegancia de de la residencia. Era como retroceder cien años en el tiempo. Las altas arañas de bronce, el piso de mármol blanco y una espectacular escalera, era como estar en un palacio.
No sé porqué pero lentamente me acerque a esos preciosos barandales y subí hacia el segundo piso, sentí unos pasos detrás de mí y pensé que era Annie que me seguía.
Había muchos retratos a lo largo de un gran corredor blanco, todas de tamaño natural. ¿Cuántos años estarían aquí estas pinturas?, se veían tan reales. Gente que había vivido en esta misma casa hace tanto.
Y al terminar ese pasillo, muy al fondo. Te vi. Me mirabas fijamente.
¡Edward!— Grité. Todo empezó a girar.

0 comentarios:

Publicar un comentario