14 enero 2013

Capítulo 3

 

CAPÍTULO 3

VERTE OTRA VEZ


BELLA
Cuando regresé a casa todo era un alboroto, los policías que había contratado papá buscaban por todas partes, no estaban uniformados pero yo los conocía bien. La puerta principal estaba cerrada.
— Allí estas niña ¿Dónde te habías metido?— Charlie se veía muy molesto.
—Salí a tomar aire papá— dije enrojeciendo. Recordar aquel príncipe Romeo me tiñó de escarlata las mejillas.
Al lado de mi padre Jacob Black me miraba con suspicacia. Traía un disfraz egipcio que le quedaba muy bien, no recordaba haberlo visto en la fiesta durante todo el tiempo que bailé.
—Jake ¿seguro que eran desconocidos?— preguntó Charlie.
—Si Charlie, estoy seguro, eran dos jóvenes que nunca había visto antes, uno rubio, delgado y el otro castaño muy musculoso. Son foráneos.
—Bella, ve a tu habitación— me ordenó papá y rápidamente les hice una señal a mis amigas para que me siguieran.
— Bella, ¿dónde te metiste?— me acorraló Alice cuando ya estábamos entrando. Cerré la puerta asegurándome que nadie estaba cerca.
—Conocí a alguien Alice. No se quién es pero fue maravilloso.
— No fuiste la única— Rose se veía emocionada.
—Yo también conocía un joven divino— dijo Alice. –Sé que es él, mi príncipe.
— Nombres, quiero nombres. Ya deja de hacer caritas Alice. Yo conocí al hombre más sexy del mundo. Mi guapo pirata se llama Emmett, lo conocí en el buffet, no llevaba máscara ni tampoco mucha ropa, es guau. Pero el estúpido de Jacob lo echó a perder, mocoso entrometido— se quejó Rose.
— Yo estaba sentada en la barra cuando lo vi llegar— empezó a contarnos Alice. —Fue como un dejavu, ya lo había visto antes, en mis sueños. Bajé de mi asiento y lo esperé, sus ojos eran celestes y sus cabellos rubios estaban revoloteados. Se quitó la máscara y yo la mía. Le dije "Dónde has estado todo este tiempo" me respondió "buscándote preciosa, perdón por hacerte esperar". ¿Pueden creerlo? Su nombre es Jasper y vive en Seattle. Pero el padre de Jacob llegó y lo interrogó, quería saber con quien había venido, él se puso nervioso, entonces llegó el otro, el grandote, le dijo algo y se fueron. Apenas alcanzó a lanzarme un beso— lloriqueó.
Me quedé pensando, realmente cupido había hecho de las suyas en este día del amor ya que las tres parecíamos tocadas por alguna extraña fuerza que azotó sin piedad como un huracán.
— Bella estamos esperando tu historia y su nombre, aunque no vimos a nadie más— me presionó Rose.
—Estaba bailando— empecé a narrarles lo que me ocurrió. –Y alguien me miraba, pensé que tal vez Jacob o Mike pero tenía los ojos verdes. Tomó mi mano y bailamos como si flotaramos en el aire, terminó la danza, salimos al jardín nos quitamos las máscaras y…
—Y…— dijeron las dos al mismo tiempo.
— Bueno me dijo cosas hermosas y me besó…
— ¿Qué? ¡No! ¡Bella, tu primer beso!— saltó Alice.
— ¿Que tal besa?— preguntó Rose.
— Fue rápido y dulce…
— ¿Su nombre, cual es?— exigió Rose
— No lo sé ¿Romeo?— dije dudando, ellas se echaron a reír. – ¡No se burlen!— me quejé. —Es que de verdad pero no lo sé, él me dijo que lo llamara como quisiera.
— ¿Le diste tu primer beso a alguien y ni siquiera sabes su nombre?— me reprendió Rose.
— No sólo eso— Alice se llevó las manos a la boca espantada.
— No pienses mal campanita, es que me pidió ser su novia.
— ¿Y qué le respondiste?—pregunto Rose.
—Que si— dije y me puse una almohada en la cara, no podía creer que fuera tan ingenua, ni siquiera sabía su nombre.
— Y… continua por favor—Rose estaba todavía muy interesada en mi historia.
—Y llegaron los otros dos y se lo llevaron, por cierto el rubio me dejó un beso para la hadita y el pirata me pidió que le dijera a la mariposa que volvería para verla.
Las dos sonrieron, Alice daba saltitos como loca.
— ¿Pero porque todo el alboroto en la fiesta?— pregunté.
—Hay rumores Bella, tus sabes, los viejos chismes de siempre, historias antiguas. Se dice que al nuevo hospital vendrá un médico de Seattle, uno muy bueno por cierto, y que ese doctor y tu padre son enemigos— Rosale me miró con algo de temor.
— ¿El doctor Cullen?— pregunté.
— Lo conoces— Rose me miraba extrañada.
—Lo conocí hace muchos años, mi padre y él se pelearon en la puerta de la escuela. Pero ¿Qué dicen de él? ¿Han oído algo del porqué odia a mi padre?— le pregunté.
— Por más que he preguntado e investigado no he averiguado nada en concreto amiga. Pero de lo que sí estoy segura es que la llegada de gente extraña trae a tu padre con los pelos de punta— dijo Alice.
— Bella por dónde escaparon nuestros tres mosqueteros, no los vi salir por la puerta principal— preguntó Rose.
—Los dejé salir por la puerta lateral. Esa que está escondida bajo las enredaderas.
—Lo que no entiendo es porque tenían miedo de que los atraparan. No hacían nada malo— comentó Alice.
— Ahora sólo nos queda esperar a que regresen— suspiró Rose.
Yo todavía estaba en las nubes, quería saber su nombre, de dónde era. Y sobretodo mirarlo miles de veces, sentir su labios otra vez, su voz aterciopelada. Creo que en verdad existe cupido y me ha pegado un buen flechazo.
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EDWARD
Nos fuimos al día siguiente a Seattle, mi padre me castigaría su se enteraba de que estuvimos en Forks y sobre todo si sabía que nos colamos a esa fiesta en casa de los Swan.
Carlisle se mudaba a ese pueblo en dos semanas para asumir la dirección del nuevo hospital. No sabía si sería permanente por eso ni le pregunté. Ahora le suplicaría para terminar la preparatoria allí. No quería quedarme en Seattle.
Lo que ocupaba mis pensamientos era saber su nombre, me emocioné tanto que al final de cuentas ni siquiera supe como se llamaba esa adorable criatura, muy dentro de mí me refería a ella como Julieta y ahora era mi novia. Tendría que idear un plan para regresar y pronto.
—No puedo vivir sin ella, esa preciosidad es una diosa— soltó Emmett de pronto. Pensé que Jasper se reiría pero me soprendí de escucharlo.
—Amigos oficialmente les comunico que he encontrado a la mujer de mi vida— dijo Jasper.
—Ya somos tres— dije sin dudar. – ¿Ahora que hacemos para salir de aquí?
—Es fácil, si nos expulsan podemos pedir nuestro traslado…— empezó Emmett.
— No podemos salir así de Seattle— dijo Jasper –Si nos vamos que sea honorablemente.
— Estoy de acuerdo— admití –debemos lograr que nuestros padres acepten el traslado.
—A mi padre le encanta cazar y acampar—Emmett estaba eufórico –Le contaré que hay sitios estupendos en Forks, los mejores osos de todo el país.
— Yo puedo trasladarme si lo deseo— dijo Jasper –Mi padre está ahora en Chicago y no le molestará— el papá de Jasper era un coronel del ejército y siempre viajaba.
—Yo puedo decir que no quiero quedarme sólo en Seattle, seguro mamá no querrá dejarme— dije sabiendo cuanto se extrañarían mis padres. Esme no soportaría mucho antes de seguir a Carlisle.
—Entonces trato hecho, nos vamos de aquí— sentenció Emmett.
—Por supuesto que sí, es un hecho— Jasper se veía tan serio que me asustaba.
— Hermanos, hemos encontrado un nuevo lugar para vivir— dije esperanzado en ver otra vez a mi hermosa dama.

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