14 enero 2013

Capítulo 23




CAPITULO 23


BELLA 

He esperado tantos años y pensé que podría esperas unas horas en calma. Pero ha sido el tiempo más largo al que me he enfrentado.
Él está en casa de Charlie, yo debo esperarlo aquí, sé que vendrá y lo sentiré en cuanto salga por la ventana.
¡Cómo he deseado acercarme a él! Todos estos años anhelaba volver a ver sus ojos otra vez. Pero el recuerdo de aquel día sigue presente en mí, es como un sueño lejano que me ha acompañado y me ha ayudado a soportar esta vida.

"¿Tú... no... me quieres?
"No"
"No me convienes, Bella."
 "Te garantizo que no volverás a verme. No regresaré ni volveré a hacerte pasar por todo esto. 
Podrás retomar tu vida sin que yo interfiera para nada. Será como si nunca hubiese existido".

Una parte de mí lo creía, la otra lo rechazaba rotundamente. Hasta que no oiga de sus propios labios, que me ama, no estaré segura.
He cumplido mi condena y ahora soy libre. Sé que podría ir al lugar que quisiese, pero es aquí donde más anhelaba estar. No en Forks, todos estos años sólo regresaba para asegurarme que mi padre viviera feliz.
Los niños le han dado un nuevo aliciente y ha volcado todo su amor en la pequeña Bella. He visto como la mira, como solía mirarme a mí, con ese mismo cariño.
John y Leah parecen felices, supe que habían pasado muchos años separados, hasta que él dejó de buscarme y se decidió a ser feliz. Y me alegra que lo haya hecho porque me di cuenta que ella lo amaba incluso antes de mi conversión.
Jacob tiene ahora a María, nunca pensé que dos personas que parecían llevarse tan mal terminarían amándose.
Él ha sido de mucha ayuda para poder regresar cada año, ahora, como el jefe de su manada, podía permitirme acercarme a mi padre. Los primeros años peleó mucho con Sam por mi causa, ya que yo no había hecho el pacto con ellos y no era una Cullen.
Solo podía venir aquí unos días cada año. Eso era lo que me habían dado mis jefes, los Volturi. Fueron 15 años de trabajos extraños en tierras inhóspitas, con seres tan diversos. Y solo una semana al año podía ser libre de ir a donde me plazca.
Aquí solo pasaba un día y los otros me dedicaba a buscar a Edward. Tres años seguidos fui a Alaska y casi me descubre Alice. Vagué por muchos lugares distintos, hasta que un día pude descubrir su rastro en Sudamérica. Pero él ya no estaba allí. Me preguntaba a dónde había ido. Hubiera sido tan fácil preguntarle a Demetri. Pero yo no llevaba ninguna prenda suya y él no lo había visto nunca. No me atreví a pedir ayuda, debía confiar en mis habilidades.
Pero mis 15 años de condena o de "apoyo", como ellos lo denominaban, había aprendido muchas cosas que nunca imaginé. Yo pensaba en la inmortalidad al lado del ser que amaba, no una vida así.
Me adapté rápido porque sentía una gran deuda con ellos. Literalmente me habían perdonado vida. Y yo les correspondí bien.
Empezaba a amanecer, me pregunto qué está pensando, si ya ha leído todo o si ya descubrió la última nota que le dejé hace poco.
¿Y qué pasará ahora, cuando venga hacia aquí? ¿Podré resistir estas ansias de mirarle y tocarle? ¿Y si no quiere verme más?
Carlisle me dio ánimos para continuar sino no habría hecho todo esto. Yo pensaba alejarme lo más posible o al menos sólo verlo y desaparecer. Pero la fortuna hizo que me encontrara con el jefe del clan Cullen hace dos años, en Volterra. Carlisle me dio las noticias que necesitaba, Edward seguía sólo y rara vez lo veían.
Sentí su esencia en el ambiente, Edward estaba cerca, ensanché mi escudo como había aprendido a hacerlo para no ser detectada, me coloqué tras de un árbol lo más cerca que pude a mi tumba, era raro ver una tumba con mi nombre y con el epitafio que yo misma escribí.
Quieta como una piedra esperé. Unos segundos que parecieron años. No tardó en llegar, tenía el semblante desencajado miraba todas las lapidas buscándome.
Me encontró y llego hasta mi tumba donde pensaba que yo estaba, sin vida. ¿De verdad creía que viví, feliz, una vida huma, sin él?
Me acerque muy lentamente segura que mi escudo me protegía, lo vi de rodillas parecía sollozar.
—Perdóname— le oí decir. ¿Estaba arrepentido?
— Te amo, te amo, claro que te amo, ¿Cómo pudiste creer que no te amaba? Siempre te he querido y siempre te querré. Cada segundo de los que estuve lejos estuve pensando en ti, viendo tu rostro en mi mente. Cuando te dije que no te quería… ésa fue la más negra de las blasfemias— esperé tanto por estas palabras, mi corazón muerto pareció revivir y saltar en mi pecho.
— Eso era lo que necesitaba oír— murmuré sin poderme contener.
Pero él no levantó la vista seguía sujetando el mármol.
— Edward— le llamé no quería verlo sufrir así. Él no me miraba seguía sumido en su dolor, pasaron unos minutos tan largos, le lluvia cesó, yo estaba seca debido a mi poder y entonces decidí retirar mi protección para que me sintiera.
Levantó los ojos hacia mí muy lentamente, me miró como si fuera una aparición, como un humano mira a un fantasma. Había miedo en sus ojos. Le sonreí y le tendí una mano. Quería tocarlo, después de todo este tiempo ansiaba verlo de cerca y tocarlo una vez más.
Llegó más rápido de lo que pensé, me tomo entre sus brazos, me estrechó con tanta fuerza que me costó respirar. Luego lentamente se separó de mi seguía mirándome con miedo y angustia en sus ojos.
— Volviste— le dije
— Pero yo… tu… ¿por qué? ¿Qué es lo que te pasó?— dijo atropelladamente. No podía creer que tartamudeara de esa forma, me causó mucha gracia y volví a sonreír.
Y luego me besó, como nunca lo había hecho antes, era el beso más apasionado que me había dado, ya no temía romperme, ni matarme como cuando era humana, yo le correspondí con todo mí ser, podría quedarme así para siempre.
Después de unos segundos o minutos nos miramos, me tomó en brazos y me levantó del suelo, corrió por el bosque, sentía el viento, su aroma, corría y en sus ojos pude ver alegría otra vez. Llegamos a un claro en el bosque.
Un recuerdo lejano vino a mi borrosa memoria.

"Ahora eres lo más importante para mí, lo más importante que he tenido nunca."
"Y de ese modo el león se enamoró de la oveja"
"Qué oveja tan estúpida"
"Qué león tan morboso y masoquista"

Era como un sueño lejano. Pero yo sabía que eso había sucedido. Parecía tan perfecto, tan irreal.

Los primeros días desde mi creación, en Volterra, solo me dediqué a recordar todas las escenas de mi pasado, todas donde él estuviera. No quería olvidar nada, no quería que ese pasado se desvaneciera, después de todo me habían dado a elegir y esta había sido mi elección, porque yo tenía esperanza.

Me depositó en la hierba. Se recostó a mi lado, como hace tanto tiempo y permanecimos así algunas horas, mirando el cielo, aspirando nuestros aromas, con las manos entrelazadas. Ninguno de los dos se atrevía a hablar, a romper el silencio.

Sabía que debía explicar tanto. Desde el momento en que mi vida cambió. Él tendría miles de preguntas y yo muchas respuestas más.

0 comentarios:

Publicar un comentario