27 enero 2013

Cap 8 Acosador




CAPÍTULO 8

HERMOSA NOVIA

—Niño, niño, despierta pequeño, May no va a poder atenderte hoy, te traje el desayuno— apenas abrí un ojo. Mi nana estaba con una gran bandeja al lado de mi cama.
—Hola May, ¿qué hora es?
—Son a las 8 de la mañana, te deje dormir porque anoche llegaste tarde. Tengo que ayudar a vestirse a mi nieta, la boda es a las 1, la pobrecita debe necesitarme sin una madre que la acompañe— suspiró y sentí mucha curiosidad.
— ¿Cómo murió la esposa de Charlie?— pregunte.
—Fue hace mucho, vivían en Jacksonville, cerca del mar, era un lugar muy bonito, tenían una casita llena de flores. Renée mi nuera salió a comprar cerca de la casa. Pero en esa zona hay mucha vida nocturna y las pistas no son seguras. La arrollaron. La pobre Bella pasó meses sin hablar. Fue entonces que te dejé y me fui con ella. Además Charlie tuvo problemas en su trabajo y lo echaron. Le hablé a tu padre, el señor Carlisle es tan bueno que no dudó en ofrecerle trabajo aquí en la hacienda— de alguna forma me sentí turbado. Me dolía que Bella haya pasado por eso.
Yo no la odiaba, por supuesto que no. A pesar de todas las cosas que me hacía.
—Qué pena— dije temándome el jugo antes que May me dijera nada.
—Bueno, me voy a ayudar a mi nieta. Por favor mi niño, no la hagas renegar más. Ella me ha contado que eres algo pesado— iba a protestar pero me puso una tostada en la boca. –Yo te crié, sé que eres muy travieso cuando te lo propones. Hoy es el día más importante de su vida, compórtate— me revolvió los cabellos y se fue.
¿Yo un pesado? Bueno, creo que a veces se me pasa la mano pero ella comenzó. Además tenía algo que me hacía enloquecer.
Está bien. Hoy la trataré como si apenas la conociera. Bueno, apenas la conozco. Me comportaré como un adulto civilizado y educado. No más bromas. A menos claro que ella comience, entonces no podré evitar responderle.
.
Me vestí con un traje muy formal negro, traté de peinarme pero mis cabellos son más rebelde que yo, así que me pasé los dedos para alisarlos un poco. Salí a buscarla a su casa. Yo debía recogerla y llevarla a la pequeña capilla, era el padrino o al menos los representaba.
Estacioné en frente y toqué el claxon un par de veces.
No salía, tal vez se había arrepentido.
Me bajé y llamé a su puerta. Me abrió Jessica, ni siquiera estaba avergonzada por su comportamiento anoche, bueno ella no sabía que yo la había oído.
—Hola Edward. Bella aún no está lista, pasa para que la esperes, en un momento sale— entré a la pequeña salita y me encontré a Charlie allí.
—Buenas tardes Charlie— saludé, no me simpatizaba pero era el capataz y debía llevarme bien con él.
—Buenas tardes. ¿Cuánto más tardarán?— se veía aburrido.
—Sólo falta el velo— escuché a una de las chicas.
Me senté al lado del capataz a esperar, pasaron 15 minutos y nada. Ya casi era la 1. Si ella se ha arrepentido por mí no hay ningún problema.
Escuché pasos a mi espalda, me levanté a ver.
Me quedé sin aliento. Rara vez había ido a una boda, pero en mi vida había visto a una novia más hermosa. Su cabello no estaba recogido en un alto moño y no tenía ninguna tiara de brillantes. Sus bucles caían sueltos. El velo estaba sujeto por una corona de pequeñas flores blancas. En la mano tenía un ramo de margaritas. Su vestido era sencillo y tan femenino.
Nos miramos por unos segundos y deseé no haberlo hecho. Ya no era el mismo.
Me recompuse enseguida ella apartó los ojos de mí.
Yo no podía albergar sentimientos por ella. Era tonto desear a alguien a punto de casarse. Muy tonto.
—Hija, estás hermosa— escuché a Charlie. Hermosa era quedarse corto.
—Gracias papá— sonrió y vino a abrazarlo.
—Vámonos, Jacob está en la capilla desde hace rato— urgió Charlie.
—Hola acosador— me susurró al pasar a mi lado
—Hola exhibicionista— le respondí sin mover los labios.
Les abrí las puertas del auto y me limité a conducir los 200 metros que nos separaban de la pequeña capilla. Debía estar llena, no creo que nadie se pierda la ceremonia.
Bajamos del auto y me apuré a abrirles las puertas, estaba medio idiotizado todavía.
—Papá, tú debes llevarme del brazo— gritó ella molesta al ver que su padre avanzaba.
—Sí. Uy, lo siento… estoy algo nervioso— sonrió el capataz.
— ¿Te sucede algo Charlie?— pregunté al ver que estaba algo inquieto.
—Olvidé ir al baño— dijo de pronto retorciéndose, ahogué una carcajada.
—Date prisa por favor— rogó ella evidentemente molesta.
—No tardo hijita, no te molestes— y corrió al primer matorral, no me pude contener y me doblé de risa.
—Cierra la boca pervertido— me soltó de pronto. Ya estaba extrañando sus insultos.
—Calladita te ves más bonita— le dije aún riendo.
—Sólo has venido para arruinarme mi boda, sino fuera porque te necesito, te partiría el alma— gritó ella.
— ¿Partirme el alma?— volví a reír, esta niña se inventaba cada cosa.
—Yo digo lo que pienso baboso— parecía que iba a tirarme su bouquet.
—Será mejor que apures a tu papá, acabo de ver a un perro dirigirse al mismo árbol — seguí riendo si poder contenerme.
— ¿Te crees muy listo?— estaba que echaba humo, podría freír un huevo en su cabeza.
—Nop… sólo conocedor de los misterios de un cuarto de baño— me seguí burlando.
—Ay… ya no quiero que seas mi padrino— gritó.
—No seré tu padrino, Dios me libre. Sólo represento a mis padres, por lo que a mí respecta no te conozco— miré en otra dirección haciéndome el ofendido pero sonriendo todavía.
—No quiero que estés en la iglesia, se supone que es el día más feliz de mi vida, lo estás echando a perder— siguió renegando.
—Tu solita te estás echando a perder ese maquillaje recargado que llevas— me burlé.
—Todos dicen que me veo bien— pareció dudar de su apariencia, si supiera que estaba divina.
—Será porque eres la novia y no quieren preocuparte pero pareces una payasa— seguí haciéndole perder los papeles, en verdad se veía preciosa.
—No… no te creo, necesito un espejo—chilló y corrió a verse en la luna del auto.
—Ves… tienes un ojo más negro que otro—le dije riendo.
—No es cierto, eres un acosador, no voy a creerte nada— Entonces oí pasos detrás de mí, Bella se asustó mucho.
— ¿Por qué demoran tanto?— escuché la voz del novio.
— ¡No! ¡Vete Jake!— gritó ella escondiéndose en mi, tan cerca de mi pecho que tuve deseos de abrazarla.
—Pero Bella, es que me preocupé— le respondió el chico moreno.
—No… no… vete o lo echarás a perder— chilló ella.
—Creí que ese era mi trabajo— le dije muy despacio.
—Tú eres el culpable de todo— murmuró. –Jacob Black, vete y sigue esperando, ¡no me mires!— dijo molesta y entendí, ella estaba asustada por esas tontas supersticiones que decían que el novio no debía ver a la novia antes de la boda.
Muy rápido me hice a un lado tres pasos y lo llamé.
— ¡Jacob!— Él se giró a verme y también miró a Bella. –Suerte— le dije, Bella pegó un grito y le dio la espalda.
Me eché a reír otra vez, no podía creer que sean tan supersticiosos, el chico se fue cabizbajo y Bella seguí maldiciendo.
Sentí un fuerte dolor, Bella me dio un pisotón en mi pie derecho.
—Lo hiciste a propósito, me lo estás arruinando— estaba a punto de llorar.
—Está bien, ya entendí— dije cojeando. –Mejor me voy y espero dentro— caminé hacia la capilla y esperé en las escaleras del altar.

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